La plaza Sant Gaietà es un rincón muy agradable situada en una zona céntrica de Sarrià. Muy cerca del paseo de la Bonanova y de Major de Sarrià, justo detrás del mercado, esta placita es muy poco conocida, porque se esconde de la vista de los extraños. Si no la buscáis, no la encontraréis, ya que para llegar sólo podéis hacerlo a través de un pequeño callejón que parece que no lleve a ningún sitio.
Como el patio de casa
La plaza Sant Gaietà es un espacio público, pero al estar tan escondida, mantiene el encanto de un patio de casa familiar. Es una plaza sin terrazas de bar, sin estatuas, sin grandes infraestructuras culturales, sin columpios, sin bancos de diseño... No hay turistas con sandalias y calcetines haciendo fotografías, ni músicos de calle, ni vecinos paseando perros, ni ciclistas alocados. En la plaza Sant Gaietà sólo hay flores, paz y belleza. Una plaza que sólo es frecuentada por los vecinos.
El triunfo de la maceta
Algunos vecinos denominan esta plaza, por sus dimensiones, "el raconet" ("el rinconcito"). A pesar de sus reducidas dimensiones, está llena de plantas. Pero plantas anárquicas, sin simetrías ni planificación. Hay ficus, buganvillas, geranios, una pequeña palmera, rosales... Algunos vecinos apilan en la plaza la leña que usarán en sus chimeneas durante las noches de invierno. Y no faltan algunos elementos decorativos colgados en las paredes, que dan un aire muy intimista a este espacio. Algunos creen que el "rinconcito" es el lugar más romántico de Barcelona.
Paseo por Sarrià
Al salir de la plaza podemos ir a dar una vuelta por Sarrià, un barrio que no acostumbra a ser muy frecuentado por los forasteros, pero que vale la pena. Podemos pasar a ver el Centro Cultural Casa Orlandai, en la calle Jaume Piquet. El edificio es precioso: era la lujosa residencia de un directivo de la empresa química Cross. El exterior es más sobrio, pero el interior es de un gran lujo: tiene unos preciosos vitrales y una magnífica escalera de mármol. Si queremos ir a tomar alguna cosa cerca de Sant Gaietà, hay un clásico en Sarrià: el bar Tomàs, de la calle Major de Sarrià, famoso por sus patatas bravas. A poca distancia encontramos una hamburguesería con mucho renombre: OK Sarrià. Se trata de un local de pura inspiración americana, donde se sirven unas hamburguesas que hacen las delicias de los más puristas (incluso hay las de medio kilogramo de peso). Los que sólo quieran tomar un helado tienen una gran heladería, Tomo II, en la calle Major de Sarrià. Y los que busquen sentarse a la mesa en un sitio elegante, y deleitarse con una buena cocina, una opción excelente es el jardín del restaurante Vivanda, también en la calle Major de Sarrià. Para los bolsillos más modestos, se puede hacer ir a tomar un bocado en la terraza del Forn de la Villa, en la Plaza del Consell de la Villa.