Son días de aislamiento y, en algunos casos, también de introspección, estado que puede ser propicio para aquellos creadores que tienden a mirar hacia adentro, más partidarios de encontrar en sus yo y los alrededores inmediatos aquellas cosas que pueden compartir con los otros. Como los poetas. Los escritores tienen que escribir y los lectores tienen que leer, con la misma proximidad, si puede ser, que la del campesino y el consumidor. Y para que eso pase, ahora y aquí, La Llança, suplemento cultural de El Nacional, ha propuesto a una treintena de poetas de una calidad indiscutible y con una trayectoria detrás que nos hagan llegar un poema recién recogido. Así pues durante un mes publicaremos cada día un poema, cada uno de un poeta diferente, sin más requisitos ni condiciones que estos que hemos mencionado. Porque vivimos como vivimos y también porque se lo hemos pedido sin margen de tiempo, tendremos durante treinta días "Poetas bajo presión".
Hoy es el turno del poeta, novelista y periodista cultural David Castillo (Barcelona, 1961)
Com pots estar tan trist a la ciutat?
Títol d’una cançó de Víctor Nubla
Cada dia cau un amic en la impietat,
els incineren i dintre de quaranta dies
lliuraran les cendres a la família.
M’afaito sol en la decrepitud del pis
abassegador que només em rescata
quan tu dius hola i apareixes entre
ombres del teu refugi domèstic
amb les olors de plats que tan bé conec.
Els clarinets del meu amic sonen llunyans,
post-industrials van dir,
com un ferit a la pota coixa
després del bombardeig
i el fred primaveral que s’alterna
amb el plugim interminable
que em fa desitjar-te encara més.
Tot passarà també com la tempesta,
com aquestes vides fugisseres
entre els escamots de la mort,
setge intensiu, pudor de sirenes
a cada moment.
Som al cim de l’epidèmia,
penso reiteradament en tu.
Penso reiteradament en tu,
penso reiteradament en tu,
fins i tot quan em tallo.