Son días de aislamiento y, en algunos casos, también de introspección, estado que puede ser propicio para aquellos creadores que tienden a mirar hacia adentro, más partidarios de encontrar en sus yo y los alrededores inmediatos aquellas cosas que pueden compartir con los otros. Como los poetas. Los escritores tienen que escribir y los lectores tienen que leer, con la misma proximidad, si puede ser, que la del campesino y el consumidor. Y para que eso pase, ahora y aquí, La Llança, suplemento cultural de El Nacional, ha propuesto a una treintena de poetas de una calidad indiscutible y con una trayectoria detrás que nos hagan llegar un poema recién recogido. Así pues durante un mes publicaremos cada día un poema, cada uno de un poeta diferente, sin más requisitos ni condiciones que estos que hemos mencionado. Porque vivimos como vivimos y también porque se lo hemos pedido sin margen de tiempo, tendremos durante treinta días "Poetas bajo presión".
Hoy nos llega un poema de Jordi Llavina (Gelida, 1968), Premio Letra de Oro 2018 por Ermita.
L’ASSAIG DEL PARADÍS
“Hoy las calles recuerdan / que fueron campo un día”
Jorge Luis Borges
Aquell temps els dofins, xalestos, van tornar
a les aigües del port de Barcelona
i es passejaven, confiats, els porcs senglars,
amunt i avall, per la Diagonal.
M’han dit també que un home de Tortosa,
en sortir un dia a comprar el pa de bon matí,
just davant el Palau Episcopal,
es va veure sorprès per una guilla
que anava devorant, afamada, un colom.
I a Vilafranca —paraula d’honor—
jo mateix vaig poder comprovar no fa gaire
com dues daines s’acostaven, batxilleres,
al monument a Milà i Fontanals.
Així és que, durant aquell temps,
vam assistir a l’assaig del paradís.
De tots, sens dubte, els que hi van prendre més delit
foren els ciutadans a qui el dolor
no havia encara inquietat el cor.
Però el dolor —que, en lloc de mascareta,
duia, sense cobrir, el bec de la Mort—
s’anava acarnissant amb tot de cors
igual que la rabosa tortosina amb el colom.