Poéticas de la emoción es la nueva exposición con la que el CaixaForum pretende acercar el arte contemporáneo al gran público. Y lo hace mediante una combinación entre el arte figurativo y el arte contemporáneo, de tal forma que el uno sirva de vía de entrada al otro. El eje central de esta exposición, comisariada por Érika Goyarrola, son las emociones, porque estas "son universales" y pueden hacer de puente entre los diferentes tipos de arte. En total hay 44 piezas, algunas de la colección de la propia la Caixa, y otras obtenidos de diferentes prestatarios, como el MNAC, que ha ofrecido 6 piezas excepcionales, algunas de las cuales proceden del fondo de la colección permanente. La exposición se podrá ver hasta el 2 de mayo.
Anónimo. Castilla, Plañideros, c. 1295. MNAC. Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona © Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona, 2019.
Conexiones
La exposición cuenta con piezas de una calidad excepcional, de diferentes periodos históricos. Desde una tabla gótica del siglo XIII hasta un vídeo del 2013 de Esther Ferrer, pasando por un dibujo de Julio González, imágenes de una dura performance de Gira Pane, un Homúnculo de Manolo Millares o unas fotografías de El Lebrijano de Colita. CaixaForum ha apostado fuerte y no se ha limitado a rescatar piezas de su fondo, sino que ha llevado a la sala 2 algunas piezas magníficas de otras instituciones o de colecciones particulares. Y, para ponerlas en diálogo, ha buscado ciertas conexiones temáticas y ha dividido la exposición en tres ámbitos.
Gina Pane, Action Psyché, 1974. Col·lecció MACBA. Consorci MACBA © Gina Pane, VEGAP, Barcelona, 2019.
El omnipresente dolor
El primer ámbito está centrado en la emoción del sujeto, centrándose en las emociones negativas más extremas: el dolor y la tristeza. Y parte del arte religioso medieval para remontarse al arte contemporáneo. Por una parte encontraremos un retablo gótico castellano anónimo de unos plañideros, junto a un impresionante descenso de la cruz de la escuela hispanoflamenca, del siglo XVI. Por la otra, las imágenes del Action Psyché, una performance que hizo Gina Pane en París en los años setenta en que se infligió heridas en su cuerpo con una cuchilla, en una recreación de estigmas religiosos. O The Silent Sea, de Bill Viola, un vídeo donde se grava a cámara lenta, en silencio, a un conjunto de personajes con expresiones dramáticas, con una estrecha relación con las representaciones más clásicas de la Pasión.
Shirin Neshat, Turbulent, 1998. Colección "la Caixa" de Arte Contemporáneo. © Shirin Neshat.
La pequeñez del ser humano
En el segundo espacio las emociones humanas no se muestran a través de personajes, sino de forma metafórica, mediante su relación con el paisaje y con la arquitectura, de tal forma que el estado anímico del artista se refleja en los objetos representados. Incluye los autorretratos de Francesca Woodman, en que va mostrando su cuerpo en edificios abandonados o en ruinas, junto de obras mucho más clásicas, como la Puesta de Sol, de Joaquim Mir. Al lado de estas obras unos inmensos relieves de bronce de Günther Förg, de 500 kg de peso, que se sitúan entre la escultura y la pintura...
Perejaume, Paisaje 17, 1985. Colección "la Caixa" de Arte Contemporáneo © Perejaume, VEGAP, Barcelona, 2019.
La fiesta y la política
El tercer ámbito analiza cómo el arte se apropia pero a la vez realza la emoción que ofrecen los movimientos sociales y la política, pero también la fiesta y las celebraciones populares. En este ámbito se incluye desde la impresionante Mayo 1968 de Joan Miró, hasta la pieza Turbulent de Shirin Neshat, una instalación para denunciar la prohibición de cantar a las mujeres iraníes, constituida por dos proyecciones, una de un cantante con un escenario lleno, y una de una cantante iraní en el mismo lugar sin público. Este espacio también incluye un dibujo de Juli González, El grito de Montserrat, una colección de fotografías de Colita sobre las manifestaciones de la transición... Y en relación con los temas más lúdicos, incluye desde un cuadro de Darío de Regoyos, Fiesta Vasca, hasta un vídeo de Iván Argote en que suma ea muchos desconocidos a su particular celebración de su cumpleaños en un escenario muy especial: un ascensor del Metro parisino.
Colita, Manifestación gay, Barcelona, 1977 © Colita.
¿Misión difícil pero no imposible?
Isabel Salgado, directora de exposiciones de la Fundación la Caixa, en la presentación de Poéticas de la emoción, ha destacado que el arte contemporáneo despierta mucho menos interés del público, en el CaixaForum, que otras iniciativas (como las grandes exposiciones de Toulouse-Lautrec o Velázquez). Ha reconocido que hay "una barrera" para acceder al arte contemporáneo que el CaixaForum intenta romper con visitas guiadas, actividades escolares, talleres... La Fundación la Caixa tiene mucho interés en el arte contemporáneo: dispone de una gran colección artística y el CaixaForum de Barcelona mantiene una sala dedicada a este tipo de muestras artísticas, en la que se da prioridad a los jóvenes profesionales del arte. Pero parece que esto no basta. La comisaria Érika Goyarrola es consciente de la dificultad para hacer llegar el arte contemporáneo al público: "a veces es tan críptico que sólo llega a un pequeño grupo de especialistas". Goyarrola, a pesar de todo, también ha expresado una cierta crítica hacia el arte contemporáneo, porque "a menudo se ha olvidado de la capacidad que tiene de generar emociones". Con Poética de las emociones se propone una misión: el hacer llegar este arte al gran público. Sin duda, fácil no lo será.