Lleida, mamlaka (reino taifa) de Lárida (Lleida), 30 de noviembre de 1036. Hace 1.088 años. Hisham III, último califa de al-Ándalus, moría a los 60 años, destronado y arrinconado en Al-Taghr (la antigua región de la frontera superior —o frontera norte— andalusí). Cuando la muerte alcanzó a Hisham, ya hacía cinco años que había sido apartado del poder y que el califato andalusí se había fragmentado en 27 dominios independientes, denominados mamlakes o reinos de taifas. Uno de estos dominios era la mamlaka de Lárida, donde se había refugiado y donde había muerto el último califa andalusí. Y otro era la mamlaka de Balansiya, un territorio articulado por la ciudad de Balansiya (la actual València), que abarcaba la fachada mediterránea desde el río Senia (en el norte) hasta el río Serpis (en el sur), y desde la costa (en el este) hasta las primeras estribaciones de la cordillera Ibérica (en el oeste).

Mapa de los mamlakes o riendas de taifas surgidos de la fragmentación del califato andalusí. Fuente Instituto Geográfico Nacional
Mapa de los mamlakes o reinos de taifas surgidos de la fragmentación del califato andalusí / Fuente: Instituto Geográfico Nacional

La época oscura

Con anterioridad, durante la dominación romana (siglos II a.C. – V d.C.) y visigótica (siglos V a VIII), el actual espacio territorial valenciano no había tenido un dibujo propio ni una denominación propia. Había sido dividido entre las provincias romano-visigóticas Tarraconense y Cartaginense, que encajaban en la sierra del Maigmó (sobre el eje que forman los actuales pueblos de Biar, Castalla y Tibi). De hecho, los romanos no inventaron nada, sino que trazaron esa línea sobre una división todavía más antigua: el territorio en el norte del Maigmó había sido el solar histórico de los edetanos y de los ilercavones (naciones noribéricas emparentadas con los ilergetes, los layetanos o los indiketas, emplazados en el norte del Ebro) y el del sur había sido el de los contestanos (nación suribérica emparentada con los bastetanos y los oretanos, emplazados en el sureste peninsular).

La mamlaka de Balansiya (el reino taifa de València)

Por lo tanto, la mamlaka de Balansiya es el primer dibujo que prefigura un espacio territorial valenciano. ¿Pero puede considerarse la primera denominación de un espacio territorial propiamente valenciano? ¿Es la forma más antigua de llamar al país de los valencianos? Pues, según la mayoría de los historiadores actuales, la respuesta sería que no. Por dos razones. La primera, porque aquella mamlaka tuvo una existencia efímera (1031-1094). Fue liquidada por la todavía más efímera estructura de dominio del Cid (1094-1102) y, acto seguido, por la restauración califal almorávide (1102-1238). Y la segunda, porque no existe ningún tipo de continuidad —ni política, ni cultural, ni étnica— entre aquella mamlaka y el país que se construye a partir de la conquista catalanoaragonesa de Jaime I, y que es la cuna de la identidad valenciana medieval, moderna y contemporánea.

Mapa del País Valencià (siglo XVI). Fuente Generalitat valenciana
Mapa del País Valencià (siglo XVI) / Fuente: Generalitat Valenciana

¿Entonces, cuál es la primera denominación?

En cambio, las fuentes revelan la existencia de una denominación que quiere hacer referencia al territorio articulado en la órbita de la ciudad de Balansiya y que, según la investigación historiográfica, habría quedado alojada en la cultura popular durante la larga época de dominación árabe (siglos VIII a XIII): Bilad Balansiya, que se traduciría directamente como País de València o País Valencià, y que se correspondía con los antiguos solares de los ilercavones y de los edetanos, y con los de la mamlaka de Balansiya. Pero mientras que el uso social del término mamlaka no sobrepasa la existencia del reino taifa valenciano (una parte del siglo XI), el término bilad ya se utilizaba en tiempo del califato omeya (siglos VIII a X) y se siguió utilizando hasta la conquista catalanoaragonesa de Jaime I (1238).

El reino cristiano de València

En 1229, la empresa militar catalanoaragonesa de Jaime I empezaba la conquista y colonización del Bilad Balansiya (País de València o País Valencià). No el de la mamlaka de Balansiya, desaparecida 135 años antes. Y el 9 de octubre de 1238, Jaime I entraba en la capital. En aquel momento, el rey habría podido optar por dividir el territorio entre catalanes y aragoneses. Pero por razones estrictamente políticas creó una nueva entidad política: el reino de València, y lo dotó de un sistema institucional y político propio. Sin embargo, es importante aclarar que aquella decisión no se fundamentaba en la voluntad de restauración de unos antiguos límites (la mamlaka o el dominio del Cid), sino en la necesidad de ganar fuerza, políticamente, para hacer frente a las dinámicas feudales de la nobleza catalana, entregada a la erosión del poder real por beneficio propio.

Mapa del País Valencià (siglo XVII). Fuente Cartoteca de Catalunya
Mapa del País Valencià (siglo XVII) / Fuente: Cartoteca de Catalunya

El País Valencià

No obstante, la sociedad valenciana medieval y moderna —en su conjunto— abrazó el término País Valencià para referirse al territorio de la entidad política del reino de València. En 1699, el escritor Agustí Bella, autor de “Vida de fra Agustín Antonio Pascual” dice: “no le tenia el Señor destinado para apóstol de las Indias, sino de nuestro País Valenciano”. Y, reveladoramente, después de la ocupación borbónica francocastellana del país y de la destrucción, a sangre y fuego, de todo el sistema institucional y político valenciano (1707), el uso del término "País Valencià" se intensifica. Las primeras voces que reivindican la restauración de la nación, la lengua, la cultura y el régimen foral, formuladas por la intelectualidad valenciana del siglo XVIII, no hablan del antiguo reino de València, sino del País Valencià.

El País Valencià y la Ilustración valenciana

El término popular País Valencià gana, definitivamente, la categoría académica durante la época de la Ilustración. El profesor Manuel Martín, médico de la Universitat de València, documenta sus trabajos de investigación científica utilizando el término "País Valenciano" (1733). El jesuita Tomás Serrano también utiliza el término "País Valenciano" en su producción literaria o en su investigación académica (1762). Algunas revistas satíricas (no olvidemos que, a pesar del género de estas publicaciones, la competencia lectora estaba al alcance de una minoría social letrada), que editan en valenciano, utilizan en todo momento el término "País Valencià" (1767). O los diarios, valencianos o no, como el Diario de Valencia, el Correo de Madrid o El Católico de Valencia (siglo XIX), utilizan, habitualmente, la forma "País Valenciano".

Mapa de los pueblos pre romanos. Fuente Universidad de Lisboa
Mapa de los pueblos prerromanos / Fuente: Universidad de Lisboa

El País Valencià y el Renacimiento valenciano

A caballo entre los siglos XIX y XX, el movimiento social y cultural del Renacimiento valenciano, pilotado por la asociación "Lo Rat Penat", eleva el término a la categoría política y, por consenso general, queda asociado a la corriente que reivindica la restauración y la plenitud del autogobierno valenciano. Cómo se llega a la actual denominación "Comunidad Valenciana" se explica por un pacto, durante el tardofranquismo, entre las fuerzas progresistas valencianistas y las fuerzas nacionalistas españolas para sacar adelante el Estatut. Sin embargo, las denominaciones "Reino de Valencia" y "País Valencià" quedan contempladas en la redacción del Estatut y aparecen en su preámbulo. Proclamar que estas denominaciones son ilegales es, como mínimo, una formidable demostración de ignorancia de la historia del País Valencià.