San Juan de Acre (Reino cruzado de Jerusalén), 18 de mayo de 1291. Hace 733 años. El ejército del sultanato mameluco de Egipto rompía las últimas defensas de la ciudad. La última plaza del Reino de Jerusalén caía en manos de los musulmanes. La pérdida de esa estratégica y simbólica posición ponía fin a casi dos siglos de existencia del Estado cruzado de Jerusalén (1099-1291) y de dominación cristiana en la región y ponía en la picota a las cuatro grandes órdenes militares (Templarios, Hospitalarios, Teutónicos y Santo Sepulcro), responsables de su gobierno y de su defensa. Pero los caballeros templarios reaccionaron rápidamente con un proyecto que pasaba por Catalunya y el País Valencià y cuyo objetivo estaba puesto en la recuperación del Reino de Jerusalén. ¿En qué consistía ese proyecto? ¿Y por qué no cuajó?

Mapa de las tres primeros cruzadas (siglos XI y XII). Fuente Enciclopedia Catalana
Mapa de las tres primeras cruzadas (siglos XI y XII) / Fuente: Enciclopèdia Catalana

La pérdida del Reino de Jerusalén

La caída de Acre —y la desaparición del Reino de Jerusalén— tuvo graves consecuencias políticas y económicas para Europa. Quedaba lejos la época en la que el Mediterráneo oriental era un mosaico de dominios cristianos que tenían una extraordinaria importancia estratégica y que obedecían a un doble propósito. Por una parte, el prestigio que suponía poseer los "lugares santos", con el rendimiento sobre las principales actividades económicas que ahí se desarrollaban (el prototurismo de las peregrinaciones y la rapiña y comercialización de las reliquias). Y, por otra parte, el control sobre una plataforma territorial de incursión comercial europea hacia los mercados orientales (India y China). Una de las consecuencias inmediatas de esa pérdida sería el desprestigio en el que quedaron sumidas las grandes órdenes militares.

Los templarios y la conquista de la Catalunya Nueva

Los templarios tenían una larga relación con Catalunya. En 1131, doce años después de la fundación de la orden en Jerusalén, pero coincidiendo con las primeras tareas de proselitismo templario en Europa, encontramos a un personaje llamado Pere Bernat (muy relacionado con la cancillería barcelonesa del conde Ramón Berenguer III), que protocoliza la primera donación a la orden que se produce en el Mediterráneo occidental: una finca llamada Mansus Dei (el Mas de Dios), en Trullars (Roselló). Durante los años inmediatamente posteriores (décadas de 1140 y 1150), en tiempos del conde Ramón Berenguer IV, tendrían un papel muy destacado en la empresa militar de conquista y colonización de los valles bajos del Segre y el Ebro (1148-1149) y, en contrapartida, obtendrían importantes compensaciones patrimoniales (Gardeny, Miravet).

Mapa de la región de Próximo Oriente entre la primera y la segunda Cruzada (medios siglo XII). Fuente Wikimedia Commons
Mapa de la región de Oriente Próximo entre la primera y la segunda cruzada (mediados del siglo XII) / Fuente: Wikimedia Commons

Los templarios y la conquista del País Valencià

Los templarios serían uno de los principales actores en las empresas conquistadoras de Mallorca (1229-1232) y el País Valencià (1232-1245) en tiempos del rey Jaime I. En la primera fase de la empresa valenciana (río Sénia, 1233 – río Júcar, 1238), los templarios fueron un actor destacado de esa campaña, y fueron recompensados con la donación de un territorio de unas 200.000 hectáreas —que recibirían a título patrimonial y jurisdiccional (ostentarían su propiedad, administrarían la justicia y ejercerían el poder)— y que abarcaba gran parte de las actuales comarcas del Alt y el Baix Maestrat. De hecho, el topónimo Maestrat deriva de la figura del Gran Maestro templario de Catalunya, que sería el auténtico soberano de ese extenso dominio desde la conquista catalana (1232) hasta la desaparición de la orden (1312).

La "finca" de los Anglesola

Ese enorme dominio valenciano del Temple estaba físicamente conectado con el dominio catalán de la orden, que abarcaba una larga franja de territorio en el margen derecho del Ebro, entre Miravet y Amposta y hasta la Ràpita. Pero, en cambio, no lo estaba con otro amplio dominio templario situado sobre las sierras de Penya-golosa y de Penya-roja, a caballo entre el País Valencià y Aragón, y obtenido, también, con el mismo argumento. Entre esos dos predios gigantescos (el valenciano y el aragonés), había otro, que seguía el curso del río Millars, y que era propiedad de la familia Anglesola, unos barones feudales del llano de Lleida que también habían jugado un papel importante en la primera fase de la empresa conquistadora valenciana. Los templarios, con el propósito de unir territorialmente esos predios, compraron la "finca" de los Anglesola

Una de las representaciones más antiguas que se conservan del castillo de Miravet (1650). Fuente Archivo Militar de Estocolmo
Una de las representaciones más antiguas que se conservan del castillo de Miravet (1650) / Fuente: Archivo Militar de Estocolmo

Los dirigentes templarios

Esa compra tuvo un coste de 500.000 morabetinos de oro, una fortuna colosal al alcance de muy pocos. Y para entender la arquitectura y el objetivo de ese proyecto, hay que saber quién había detrás de dicha operación. El gran maestro del Temple (su jefe político) era el borgoñón Jacques de Molay (1292-1314). El mariscal de la orden (su jefe militar) era el catalán Dalmau de Rocabertí (1302-1314). Y el gran maestro en la provincia templaria de Catalunya-Provenza-Aragón era el también catalán Berenguer de Cardona (1291-1307). Molay y Rocabertí habían defendido, sin éxito, la supervivencia del Estado cristiano de la Pequeña Armenia (Cilicia), con el propósito de crear una plataforma templaria para recuperar Jerusalén. Y Cardona, miembro de la familia feudal más poderosa de Catalunya, se había hecho un nombre propio desafiando repetidamente el estamento real catalán.

500.000 morabetinos de oro

Para hacerse una idea, eso equivalía al valor de unos 500 edificios en la Barcelona de la época. Una transacción estratosférica, totalmente inédita en la Europa medieval, que hizo saltar todas las alarmas de las cancillerías continentales. ¿Cómo era posible que los templarios, tras la colosal derrota en Jerusalén, conservaran esta fuerza económica? ¿Cómo era posible que los templarios, profundamente desprestigiados por la pérdida de Jerusalén, tuvieran el valor de lanzar este mensaje al mundo? Y la respuesta a esas preguntas estaba en el propio contexto político y cultural surgido de dicha derrota. Aquella colosal inversión era la respuesta templaria de oposición a un proyecto internacional que diluía las cuatro órdenes en una nueva institución, que quería impulsarse con el objetivo de recuperar la fuerza militar y el prestigio político perdidos en Acre.

Mapa pedidos templeres en la Corona catalano aragonesa. Fuente Archivo ElNacional
Mapa comandas templarias en la Corona catalanoaragonesa / Fuente: Archivo El Nacional