¿A quién no le han dicho nunca eso de "es que los profes vivís muy bien..."? No seré yo quien defienda al colectivo, ya que tengo muchísimos motivos para criticarnos y solo hay que echar una ojeada a cierto grupo de Facebook (que todos los profes sabemos) para ver la empatía y el buen rollo que gastamos entre nosotros. De hecho, los comentarios desafortunados y hechos con mala sombra son los más habituales, propios más bien de niños enrabiados que de docentes serios, pero bien, en todo caso, de esto ya hablaremos otro día (o no).
Las alegrías de ser profesor
Neus Rossell, a Tres mesos de vacances (i altres alegries de ser mestra),, retrata con humor esta percepción tan errónea que tiene la sociedad de los docentes y nos hace reflexionar sobre la realidad de nuestra profesión. Plantea situaciones y problemáticas reales: la diversidad en las aulas, las reuniones con familias... Los límites (o los no límites) que podemos establecer como docentes y, en definitiva, los obstáculos con que nos encontramos diariamente como docentes. Maestras y profesores siempre somos cuestionados. Y ahora tampoco pronunciaré un discurso victimista sobre esta cuestión, simplemente recordaré a la población que el hecho de tener que irnos justificando y excusando día tras día es bastante pesado.
Cuando nos dicen que tenemos tres meses de vacaciones, los tendríamos que preguntar: "¿Si es tan fácil y tan maravilloso, por qué no hay cola para entrar en la profesión?"
Actualmente, faltan profesores (y de la especialidad de catalán, todavía más). La falta de profesionales de la enseñanza es alarmante y afecta directamente a la calidad de la enseñanza. Así que, cuando nos dicen que tenemos tres meses de vacaciones, los tendríamos que preguntar: "¿Si es tan fácil y tan maravilloso, por qué no hay cola para entrar en la profesión?" ¡Os esperamos con los brazos bien abiertos! Y, después de esta propuesta, siempre habrá quien se justificará: "no, no, yo ya tengo otro trabajo"... Y quién lo intentará arreglar: "no, no, si yo no podría, ¿eh? En el fondo os admiro..."
La verdadera recompensa
Como profesora de catalán, además, me encuentro con retos diarios que van desde la motivación del alumnado hasta la defensa de nuestra lengua. ¿En un mundo cada vez más globalizado, os imagináis intentando convencer a treinta adolescentes que el catalán sí que sirve para "alguna cosa"? ¿Os imagináis también haciendo de consejeros, de mediadores, y de todo lo que haga falta? ¿Os imagináis asumiendo que la materia de la cual sois especialistas es totalmente una cuestión secundaria de vuestro día a día en el aula? ¿Y por descontado os imagináis lidiando y solucionando situaciones surrealistas? ¿Poniendo límites sin poner muchos? ¿En definitiva, os imagináis sintiéndoos desprotegidos, desacreditados y menospreciados en vuestro trabajo cada día, por el sistema y por la sociedad, y así hasta que os acostumbréis y os parezca, incluso, "normal"? ¿Os lo imagináis o no?
¿En un mundo cada vez más globalizado, os imagináis intentando convencer a treinta adolescentes que el catalán sí que sirve para "alguna cosa"?
Así que la próxima vez que alguien me diga con una sonrisa que tengo tres meses de vacaciones, les haré una recomendación: leed el libro de Neus. Quizás así entenderéis que nuestro trabajo no se mide en horas lectivas ni en días festivos. Y que conste que, si algunos de los que vais predicando que hacemos demasiadas vacaciones se atreve a unirse a nuestras filas, estaremos encantados de daros la bienvenida en el mundo educativo. Pero ya os lo aviso: la verdadera recompensa es ver cómo un alumno aprende y crece. Y eso, queridos, no hay vacaciones que lo paguen.