¿Podrías decir alguna serie de dibujos animados que se emitiera entre los 90 y los 2000 y que tuviera a mujeres como protagonistas? Seguro que sí. ¿Y podrías decir alguna serie de dibujos animados que se emitiera entre los 90 y los 2000 en que las mujeres no dependieran de factores ajenos para completar o ver respetadas sus misiones? Aquí la cosa cambia, y es que aunque algunas series ganaron reconocimiento en aquella época por explicar historias desde un supuesto punto de vista femenino, si rascamos un poco en la superficie es fácil ver cómo el empoderamiento se desmonta. Mientras parece que las protagonistas de los dibujos animados siempre consiguen el éxito al final de cada capítulo gracias a sus propias capacidades, y así las vende la publicidad, en realidad siempre actúan bajo los designios silenciosos de una figura masculina o sus actos se ven reforzados por una apariencia física que —oh, casualidad— es super normativa.
Totally spies, por ejemplo, puede parecer a priori una serie muy feminista: muestra a tres mujeres fuertes y empoderadas que son espías y que tienen que resolver misterios y casos en cada capítulo. Pero trabajan bajo las directrices del clásico sistema patriarcal, y es que siguen las órdenes de Jerry, su jefe. Es más: en la mayoría de capítulos, cuando Sam, Alex y la Clover están a punto de acabar una misión de manera brillante, siempre llegan él y su equipo de hombres para ejecutar el último acto decisivo y derrotar a los enemigos.
La norma que se enseñaba implícitamente era clara: que las mujeres siempre necesitan la guía y la aprobación masculina para desarrollar sus misiones, y que como mujer da igual el esfuerzo y el trabajo que hagas, que siempre habrá un hombre que se llevará el mérito público que te mereces tú. De hecho, esta invisibilización también pasaba en Inspector Gadget. Aunque la serie va de un detective cyborg que dispone de toda una serie de artefactos para desarticular la organización MAD, la que siempre acababa resolviendo todos los conflictos es su sobrina adolescente Sophie. Y obviamente sin llevarse ningún reconocimiento.
🟠 Cuando una ya es multitud: el Síndrome de la Pitufina en los dibujos animados
Cosificación y sexualización en los dibujos animados
Pero no solo es el qué, también es el cómo. Más allá de la superioridad moral y física que se atribuye a los protagonistas masculinos en detrimento de las mujeres, también hay una diferencia abismal en la mirada que reciben ellas y las expectativas que se crean en torno a las heroínas de las series de dibujos animados. Las características físicas o la manera en que interactúan con su entorno, con marcados atributos asociados a la feminidad, pasa a un primer plano incluso por encima del argumento. Se ve muy claro en Sailor Moon: no es tan importante que las cuatro chicas protagonistas tengan poderes mágicos y actúen como auténticas heroínas, si no que sean estilísticamente super normativas, tengan la habilidad innata de poder gustar a los chicos y se sexualice peligrosamente sus cuerpos a pesar de ser menores de edad.
Un ejemplo complejo es el que se encuentra en Ranma ½, la serie en que un chico se convierte en chica cuando se moja con agua fría después de haber caído en un estanque maldito. Lo que podía parecer un guiño y un paso adelante en cuanto a referentes para el colectivo trans es en realidad una feminización forzada. Este concepto hace referencia a la idea de imponer el rol de género de una mujer a un hombre como una broma de mal gusto o como una maldición.
Que Ranma represente las dos caras de este binarismo de género hace que se puedan ver perfectamente todos los estereotipos asociados a hombres y mujeres
En este sentido, durante toda la trama, Ranma busca la manera de curarse para dejar de convertirse en mujer, y los momentos de más tensión en la serie pasan cuando ve que quizás no volverá nunca más a ser un hombre al 100%, demostrando que, para él, ser una mujer es una ridiculez que afecta a su virilidad. Pero, además, la posibilidad de que Ranma represente las dos caras de este binarismo de género hace que se puedan ver perfectamente todos los estereotipos asociados a hombres y mujeres. Mientras lo que se espera de él es que sea fuerte, duro y valiente para convertirse en un gran maestro de artes marciales, de ella se entrevé que solo es apta para casarse y ser un sujeto pasivo que guste a los hombres.
Ya lo ves: tal vez tus referentes no son tan bonitos como los recordabas. De toda esta toxicidad nace Retrovisor pop, la sección audiovisual fast-food de ElNacional.cat que revisa la cultura pop que hemos consumido los millennials en los 90' i 00's. Aquí encontraras todos los vídeos.