“No teníamos ninguna expectativa. Nunca pensamos que tendríamos éxito, principalmente porque nuestra música era una combinación de géneros que en aquel momento estaban en guerra entre sí: punk, metal y hip hop”, señalaba Tom Morello, guitarrista de Rage Against the Machine, en una entrevista a la revista Metal Hammer de 2012 que conmemoraba el 20 aniversario de la publicación de su homónimo álbum de debut. Gargajo incendiario contra toda estructura de poder represora, hoy, 3 de noviembre de 2022, se celebran las tres décadas de vida de aquel cóctel sónico ya devenido clásico de la historia del rock. “No solo eso, éramos una banda interracial haciendo canciones de gran contenido político. Estábamos muy a la izquierda de grupos como The Clash y Public Enemy. Antes de 1992, era imposible llegar a la cima de las listas con una fórmula como esta". Lo consiguieron. Rage Against the Machine lucharon contra el sistema desde dentro del sistema, y ganaron sin renunciar un ápice a sus ideales. 

Rage Against the Machine lucharon contra el sistema desde dentro del sistema, y ganaron sin renunciar un ápice a sus ideales

La voz de la rabia

Zack de la Rocha nació el 12 de enero de 1970 en Long Beach, un suburbio de Los Angeles. Su padre era Beto de la Rocha, un conocido muralista, miembro de Los Four, el primer colectivo de artistas chicanos que consiguió exhibir su obra en un museo norteamericano. Su abuelo, Jose Isaac de la Rocha Acosta (1882–1920) fue miembro destacado de la Revolución Mexicana. No es extraño que mamara conciencia social y política desde la cuna.

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Zack de la Rocha, la voz concienciada de una generación

El joven Zack se adentró en el mundo de la música a través de The Clash, The Misfits, Sex Pistols, Bad Religion; clásicos del punk que fueron su puerta de entrada al mundo del hardcore, mucho más implicado políticamente. Minor Threat, Bad Brains y The Teen Idles, juntamente con eminencias del hip hop como Run DMC y Public Enemy, se convirtieron en su nueva religión. Palabra que se propuso predicar al frente de Inside Out. Su vida fue corta, apenas cuatro años y un único EP publicado, No Spiritual Surrender, pero la formación acabaría resultando un nombre de culto en la escena hardcore punk.

La guitarra contra el sistema

Tom Morello nació el 30 de mayo de 1964 en el barrio de Harlem de Nueva York. Su padre es Ngethe Njoroge, un prominente miembro de Mau Mau, la guerrilla que luchó por la independencia de Kenia. Una vez conseguido su objetivo, fue el primer embajador del país africano en las Naciones Unidas. Su madre es Mary Morello, una profesora de inglés y activista social de largo recorrido. En 1987 ella fue la impulsora de Parents for Rock and Rap, una organización que luchaba contra la censura en la música en los cada vez más conservadores Estados Unidos de Ronald Reagan. Tom creció con su madre. Ngethe Njoroge renegó de la paternidad de Tom cuando este tenía tan solo 16 meses, dejó América del Norte y regresó a su país. 

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Tom Morello, la guitarra como herramienta política / Foto: EFE

Led Zeppelin fue, y sigue siendo, la principal influencia de Tom Morello. Con estos, maestros del hard rock y el metal como Black Sabbath, Deep PurpleKiss. Guitarras punzantes a las que iría sumando las rimas afiladas de los primeros héroes del hip hop: Public Enemy, Run DMC, Bomb Squad; el compromiso punk de The Clash y la cosmovisión de cantautores como Bruce Springsteen y Bob Dylan. Licenciado con honores en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard, acabados los estudios, Morello se trasladó a Los Angeles. Tras diversas tentativas que no llegaron a ningún lado, en 1989 formó Lock Up, una banda de funk metal al estilo de Red Hot Chili Peppers, Living Colour o Fishbone. Publicaron un único disco, Something Bitchin' This Way Comes (1989), para separarse poco después de su aparición. 

El ritmo de la máquina

Tim Commerford nació el 26 de febrero de 1968. Su padre era ingeniero aeroespacial que trabajaba para la NASA. Su madre, una eminente matemática. A ella le diagnosticaron cáncer cuando Tim era un adolescente. Sus padres se separaron poco después. Las cuatro cuerdas del bajo, con Gene Simmons, Sid Vicious, Steve Harris y Geddy Lee como principales referentes y fuentes de influencia, fueron su herramienta de evasión. 

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Tim Commerford, el ritmo de la rabia

Brad Wilk nació el 5 de septiembre de 1968 en Portland, pero su infancia fue un constante peregrinaje de ciudades y hogares, hasta que su familia se instaló definitivamente en el sur de California. Fue justamente entonces, con 13 años, cuando empezó a tocar la batería, con Alex Van Halen, John Bonham, Keith Moon y Elvin Jones conformando su principal olimpo de metrónomos a los que emular. Tras marcar el ritmo en diversos grupos menores, en 1989 realizó una audición para entrar a formar parte de Lock Up. No le cogieron (por esa misma época también opositó al puesto de batería de una nueva banda de Seattle, pero tampoco lo cogieron: el grupo pasaría a la historia con el nombre de Pearl Jam). Pero cuando Lock Up se separó, en 1991, su guitarrista, Tom Morello, le llamó para proponerle hacer algo juntos. 

Brad Wilk
Brad Wilk, tambores resonando contra el sistema

Fue justamente el batería de Lock Up, Jon Knox, quien sugirió a Tom Morello que llamara a un viejo amigo suyo cantante para que se le uniera a su nueva aventura. El vocalista se llamaba Zack de la Rocha y provenía de Inside Out, una banda de hardcore que había dejado huella en la escena underground. Fue De la Rocha quien propuso a Morello sumar al proyecto a un compañero suyo del instituto que aseguraba que era un magnífico bajista: Tim Commerford

El momento preciso

Zack de la Rocha había escrito una canción para su antigua banda de hardcore llamada 'Rage Against the Machine', título que también iba a dar nombre al primer disco que el grupo estaba preparando poco antes de su desaparición. Traducida literalmente, en castellano la expresión sería 'rabia contra la máquina'. En una interpretación más metafórica vendría a expresar la 'lucha contra el sistema'. Era el nombre perfecto para el nuevo grupo que habían formado De la Rocha, Morello, Commerford y Wilk. “Simplemente sentí que este nombre encajaba perfectamente con el mensaje que queríamos transmitir con nuestra música”, dijo de la Rocha en una entrevista de 1992. “Quería pensar en algo metafóricamente que describiera mis frustraciones respecto a los Estados Unidos, hacia su sistema capitalista y cómo ha esclavizado, explotado y creado una situación muy injusta para mucha gente”.

Rage Against the Machine tan solo hubiera podido existir y triunfar en aquel preciso momento, a inicios de los años noventa

Rage Against the Machine tan solo hubiera podido existir y triunfar en aquel preciso momento, a inicios de los años noventa. Los años ochenta fueron una década mágica para la música, pero, salvo alguna excepción, insustanciales en lo que a compromiso y rebelión se refiere por parte de sus artistas. En el pop el continente eclipsaba el contenido. En el rock dominaban las bandas angelinas de hair metal, formaciones perpetuantes del caduco eslogan 'sexo, drogas y rock'n'roll'. Todo cambió con la irrupción en escena de las bandas de Seattle bajo ese sonido bautizado como grunge. Con Nirvana al frente del contingente, en lo sónico retornaban a la furia del punk. En lo lírico, se adentraban en terrenos alejados de los estereotipos.

Primer concierto de Rage Against the Machine el 31 de ocubre de 1991

Las bandas de Seattle no ejercían la política a través de su propuesta de forma evidente, pero sí que ofrecían una visión alternativa a la convencional del mundo. Ellos pavimentaron el camino a la eclosión de propuestas como la de Rage Against the Machine, un grupo que hacía de la lucha de clases y la denuncia de injusticias su principal razón de ser. Discurso sin tangentes que destilaban sobre un telón de fondo sonoro que mezclaba la anarquía del punk, lo lacerante del metal y el espíritu de calle del hip hop. 

Inmolándose

En diciembre de 1991 Rage Against the Machine publicaron American Composite, una demo que ya incluía muchos de los temas que acabarían en su primer icónico álbum. La banda la vendía a cinco dólares en sus conciertos. Llegaron a despachar más de cinco mil copias, un éxito inaudito para una banda acabada de formar. No es de extrañar que todas las discográficas, desde las independientes hasta las multinacionales, se interesaran por ellos. Epic, filial de Sony, ganó la apuesta. Rage Against the Machine, el disco de debut de De la Rocha, Morello, Commerford y Wilk se publicó el 3 de noviembre de 1992. Hoy hace justamente 30 años

Thích Quảng Đức self immolation
La fotografía de Malcolm Browne que Rage Against the Machine utilizaron como portada de su primer disco 

Lo primero que impactaba del álbum era su portada, reproduciendo una imagen del famoso fotoreportero Malcolm Browne tomada en Saigón en 1963. Una instantánea que captaba la inmolación del monje Thích Quảng Đức como protesta contra la política de represión de la religión budista en Vietnam del Sur por parte de su presidente Ngô Đình Diệm.

Liberándose

Un día antes de la publicación del disco, Rage Against the Machine lanzaron su primer single: 'Killing in the Name', una pieza que condensa todo el ideario, musical (una voz que se mueve entre la ferocidad del hardcore y la rima amenazadora del hip hop, guitarras tan lacerantes como imaginativas, una bajo percutiendo el ritmo como un martillo neumático y una batería que marca el pulso con la precisión de un reloj suizo pero con la fuerza de una bola de demolición) y de discurso del cuarteto. 

'Killing in the Name'

“'Killing in the Name' es la canción más importante del disco”, reflexionaba Tom Morello. “Ha cobrado una vida propia más allá del grupo. Ya es uno de los principales himnos rebeldes del rock para las personas que están en primera línea tratando de cambiar el mundo. Frederick Douglas, un esclavo liberado que se convirtió en abolicionista, escribió en su autobiografía: 'El momento en que me liberé no fue cuando me liberaron físicamente de mis cadenas. El momento en que me liberé fue cuando el amo dijo que sí y yo dije que no'. ¡Y de eso se trata esa canción! Se trata de hacer frente a la autoridad ilegítima dondequiera que levante la cabeza. A veces, pueden ser los padres o puede ser la escuela, su lugar de trabajo o en su gobierno". Aún hoy, ese 'vete a la mierda, no haré lo que me digas' que Zack de la Rocha clama al final de la pieza como un mantra cargado de rabia sigue resonando a muchos niveles. 

'Killing in the Name' es uno de los principales himnos rebeldes del rock para las personas que están en primera línea tratando de cambiar el mundo  

rage against the machine

Foto promocional de 1992 de Rage Against the Machine

Sin tiempo para coger aire, el resto del disco es una constante sucesión de ganchos de izquierda en el epicentro del cerebro del oyente. 'Bombtrack', 'Take the Power Back', 'Bullet in the Head', 'Know Your Enemy', 'Wake Up', 'Freedom'... conforman una de las mayores colecciones de esputos jamás lanzados por un grupo de rock contra los poderes fácticos. Manifiesto arropado por una propuesta sónica que crearía cátedra en el mundo de la música, pese que a ninguno de los discípulos de Rage Against the Machine alcanzarían un nivel similar al mostrado por los padres del rap metal (que mal suena hoy esta etiqueta). Sin lugar a dudas, el disco que dinamitó la industria musical.