Es casi imposible pensar en Raimon y no imaginarlo con ademán de luchador y la boca bien abierta, probablemente con algún grito reivindicativo, seguramente mientras se tararea Al vent como quien no quiere la cosa. El cantautor es una de las figuras más relevantes de la cultura de los Països Catalans, un ser que con su sola presencia ha llenado las calles de colectividad, orgullo y transgresión, remando a contracorriente, porque Raimon nunca se ha conformado con lo que los otros decían de él. "Cuando no me he sentido a gusto con lo que querían hacer de mí, he dicho que no. Esto ha sido una cosa fundamental. Muy a menudo, sobre todo después de unos cuantos años de eso que llaman democracia, querían colocarte en el saco de los chicos de la resistencia, como si fueras un pasado. Y me rebelé contra eso, dije que no a muchas cosas". Comprometido con el país y abierto al mundo en la teoría y en la práctica, el artista se ha movido tanto por Japón como para Alemania o Italia, siempre dejando huella.

El de Xàtiva acaba de publicar Personal i transferible (Empúries), una recopilación de los dietarios que escribió a inicios de la década de los 80, concretamente entre 1982 y en 1983, y que le sirvieron para fijar experiencias y vivencias, reflexiones, viajes y cualquier pensamiento que lo acompañara escrito con la espontaneidad de quien vuelca aquello que nunca cree que saldrá publicado. Unos textos en que, también, quiso alimentar a los otros con una intención pedagógica, en un momento en que no era frecuente ver dietarios de grabaciones, y que con el tiempo son un testimonio impagable de sus procesos creativos. Y también escrito de una forma diferente a la creación de canciones, como ha explicado el mismo Raimon, que cumplirá 83 años el próximo diciembre, en la rueda de prensa que ha dado el pistoletazo de salida a la publicación de sus cuadernos y que se ha celebrado en la Llibreria Ona. "En el papel en blanco de la canción estás intentando hacer un texto poético, pero en la libreta el pensamiento va a chorro".

RAIMON EN LA LIBRERÍA OLA|ONDA / Foto: Montse Giralt
Foto: Montse Giralt

Raimon dejó su tierra cuando tenía 17 años. Se marchó a la ciudad de València para estudiar Historia en la Facultad de Filosofía y Letras. Aquellos años descubrió escritores que se convertirían referentes imprescindibles de su imaginario cultural, como Ausiàs March, Salvador Espriu o Josep Pla, este último de quien el cantautor ha reconocido haber bebido en sus procesos creativos y con el que forjó una relación personal fuerte, junto con Joan Fuster. "Un día encontré un libro que se titulaba  El descrèdit de la realitat, lo firmaba un tal Joan Fuster", recordaba tiempo atrás Raimon. "Pensé que aquel título estaba muy bien, que era muy inteligente y lo compré. En la universidad, un chico me dijo que el autor iba el lunes al club universitario. Allí lo conocí. Nos hicimos amigos. Lo fuimos hasta que se fue".

La situación del catalán y la política en el País Valencià

Sobre si se ha avanzado o no respecto a hace 40 años, Raimon tiene claro que hay cosas en la humanidad que son perennes y que los seres humanos tenemos una cierta inercia a la repetición. Sobre lo que sí tiene una opinión forjada el cantautor es sobre el estado del catalán en su casa, en un momento de censura y represión provocada por Vox y el Partido Popular, y después que el catalán haya dejado de ser lengua vehicular en el territorio. "La situación es un desbarajuste, yo espero que se calme un poquito; cambian el acento, quieren poner valenciano con c cedilla, yo qué sé... Están chalados, no se entiende", ha expresado con amargura. "El catalán y el valenciano, como el balear, son la misma lengua; el valenciano es otro manera de hablar el catalán, igual que el catalán es otra manera de hablar al valenciano. Afortunadamente hay una escritura que va bien para todo el mundo y es lo que quieren cambiar ahora", ha matizado.

Cuando no me he sentido a gusto con lo que querían hacer de mí, he dicho que no

Raimon se mantuvo siempre como un acorde disonante, una persona con criterio propio que no dejó domarse por nadie. "La gente de la izquierda pensaba que yo tenía que hacerme político, incluso diciéndome que yo ya no sería nadie. Había esta cosa de querer usarte". Sin embargo, como siempre, él siguió diciendo que no. Hace 6 años se retiró en el Palau de la Música después de más de 50 años de trayectoria, pero se mantiene satisfecho de la decisión, sin añorar el ego del creador. "Si me hubieran hecho terminar igual sería diferente, pero pensé que, como ya estaba viejo, era momento de irse", ha expresado entre risas. También ha dedicado unas palabras preciosas a su compañera de camino y de vida, Annalisa Corti, presente en la sala y con quien se casó el año 1966. "Hemos tenido mucha suerte mutua, nos queremos mucho desde el primer día que nos conocimos y no sabríamos vivir el uno sin el otro". Aunque no hay ningún lanzamiento discográfico pendiente "porque ya está todo publicado", el cantautor ha dejado la puerta abierta a hacer una segunda parte de estas notas en forma de dietarios que ya son parte de nosotros.

RAIMON EN LA LIBRERÍA OLA|ONDA / Foto: Montse Giralt
Foto: Montse Giralt