Ramon Cotarelo es catedrático emérito de Ciencia Política de la UNED. Se mostró muy crítico con la transición española y más tarde con el desmantelamiento del estado del bienestar. En los últimos años se ha dedicado al estudio de la ciberpolítica y se ha destacado por su apoyo al derecho a decidir de los catalanes. Acaba de publicar, en La Caja Books, en catalán y en castellano, Los nuevos dictadores (Els nous dictadors), un libro en el que cuestiona las tendencias autoritarias que proliferan en el mundo y en el que muestra su apoyo al independentismo catalán.
Este es un libro que cita a eminentes politólogos, sociólogos y filósofos, pero que no tiene aparato de citas como los textos académicos. ¿A quién va dirigido?
Es un libro para todo el mundo. Es un ensayo escrito sin tecnicismos, sin academicismos, pero con rigor. Esto no es un panfleto. Está en una línea de ensayo y estudio del fenómeno de la dictadura que tiene una amplia trayectoria. En Catalunya la dictadura ya fue objeto de un famoso estudio de Cambó, que fue escrito en tiempos de Primo de Rivera. Le contestó, desde un punto de vista muy distinto, Andreu Nin. Como la dictadura nos afecta a todos, el tema ha sido abundantemente tratado, y con mucho nivel. Yo intento aportar mi granito de arena intentando hacer llegar estas reflexiones al gran público.
Las dictaduras son una cosa del pasado, del presente y muy probablemente del futuro
¿Por qué hablar hoy de las dictaduras? ¿No son una cosa del pasado?
No, claro que no… Son una cosa del pasado, del presente y muy probablemente del futuro. La dictadura es el gobierno arbitrario, en el que el gobernante no está sometido a la voluntad de los gobernados, sino al revés. La dictadura cambia de forma continuamente, se oculta… ¿Quién podía decir en público, en España, durante los 40 años de Franco, que eso era una dictadura? La dictadura se implanta, e impide que se descubra y que se investigue. La dictadura necesita una investigación crítica porque toma muchas formas.
¿A qué se refiere cuando habla de “dictadura de la mayoría?
En el libro hablo de la posibilidad de que la democracia, sin dejar de ser una democracia, se convierta en una dictadura, y lo aplico al caso catalán. La mayoría puede ser tiránica si hay una minoría que no tiene posibilidad de ser mayoría nunca y sobre la que la mayoría toma decisiones… Los catalanes son minoría y nunca podrán hacer realidad sus anhelos, porque podrán ser sometidos por la mayoría. Esto es la dictadura de la mayoría, y ya ha sido muy teorizada, aunque vete a explicarle esto a Borrell o a Sánchez.
Los catalanes son minoría y nunca podrán hacer realidad sus anhelos, porque podrán ser sometidos por la mayoría
En Els nous dictadors argumenta que España no es una democracia homologable a las de otros puntos de Europa. ¿Por qué?
Es así porque en los últimos 300 años España no ha sido nada parecido a un estado de derecho como los europeos, salvo en una parte del corto interregno de la Segunda República. Si el estado de derecho debe tener raíces, tradiciones, costumbres… España no puede ser un estado de derecho. Y no podemos creer que por obra de la divinidad España se haya convertido repentinamente en un estado de derecho, tras 40 años de tiranía… Hay los que nos venden que, con la transición, de repente la población se levanta profundamente democrática. Esto no es creíble.
¿En qué se percibe la debilidad de la democracia española?
La tiranía de la mayoría opera de forma sistemática. Esto genera presos y exiliados políticos. Y hay represión penal de las ideas: hay condenas a gente por rapear, por contar chistes por internet… Tenemos legalizados a partidos y organizaciones abiertamente fascistas, que se declaran como tales y son acusaciones populares en procesos penales… Y los procesos penales están gestionados por un sistema judicial que jamás se depuró después de la dictadura. No es depuró ni la judicatura, ni la policía. La credibilidad de la prensa y los medios es cero, la más baja de Europa. Los medios no son fiables, porque mienten. Y mienten porque defienden los intereses de una parte, porque están pagados… La independencia del poder judicial es la más baja de Europa; esto dicho por los mismos jueces y por el Consejo de Europa. ¿Hay algo más repugnante que un juez injusto? ¿Hay algo peor que eso? La base del Estado de derecho es la independencia del poder judicial, y en España el poder judicial no es independiente. España no es un Estado de derecho homologable a los que quiere codearse. Esto es pura propaganda. Me gustaría que me devolvieran el dinero que nos están cobrando los de España Global por defender que lo blanco es negro.
La Constitución dice que todo el mundo tiene derecho a su juez natural. Pero, ¿se puede considerar juez natural a quien no entiende la lengua del acusado?
La aplicación del artículo 155, ¿se podría considerar un estado de excepción de facto?
Por supuesto. ¿Cabe alguna duda de ello? Esto es el derecho penal del enemigo. La relación entre Catalunya y España es una relación colonial. Y la metrópoli impone su derecho sobre la colonia… Por ejemplo, la Constitución dice que todo el mundo tiene derecho a su juez natural. Pero, ¿se puede considerar juez natural a quien no entiende la lengua del acusado? Si esto es el juez natural, yo soy obispo de Cartagena. En el caso español, no es sólo que las instancias judiciales estén faltando a su deber, lo que sería una falta relativamente leve… Es que no están para imponer justicia, sino que son la herramienta de la oligarquía castellana para imponer su voluntad a Catalunya. La oligarquía ha decidido recurrir a los jueces porque ya no puede recurrir al ejército.
¿La justicia no es independiente en España?
Cuando la ministra Carmen Calvo exige que el gobierno belga entregue a Puigdemont, demuestra que hay una persecución política. Está indicando que los jueces belgas deben entregar al Estado español un enemigo político suyo.
El culto a la personalidad estuvo muy arraigado en ciertos sistemas políticos, como las dictaduras comunistas. ¿Ha desaparecido en la actualidad? ¿Está presente en el mundo occidental?
El culto a la personalidad no ha desaparecido, sino que ha triunfado y se ha generalizado, gracias a la potencia de los medios audiovisuales. Ahora hay culto místico a la personalidad en muchos campos, no sólo en la política: basta pensar en Elvis Presley o en Marilyn Monroe. El culto a la personalidad es el nombre que damos a la afición a tributar culto a nuestros ídolos. Hoy en día tienes culto a la personalidad en todas partes. Hay personalidades que levantan pasiones en multitudes de gentes, pero que resultan despreciables para muchas otras. Esto se puede ver en España con Belén Esteban, que provoca sentimientos encontrados. Y en el caso de la política, igual, o todavía más… Pero como la política es un terreno resbaladizo, los esfuerzos por constituir ídolos, dirigentes carismáticos, tropiezan con campañas en contra de sus adversarios, y esto es conflictivo. Y por hablar de un tema sensible, ya que siempre me gusta meterme en la boca del lobo: la lucha por encabezar el liderazgo carismático político del procés independentista catalán entre Puigdemont y Junqueras sólo se puede entender como dos figuras que tienen detrás a gente que practica el culto a la personalidad. Puigdemont se configura como un personaje carismático, y Junqueras también.
La democracia no es un estado estable, sino que siempre es una meta, a la que no vas a llegar nunca
¿Se puede mantener una democracia mientras la banca tenga tanto poder como tiene?
La democracia no es un estado estable, sino que siempre es una meta, a la que no vas a llegar nunca. Nadie en su perfecto juicio te podría decir que hay una república perfecta. La humanidad occidental se ha ido acercando a la democracia. Pero la democracia vive en un conflicto interno permanente… Los ricos van a intentar siempre mantener sus privilegios y acrecentarlos a costa de los intereses de los demás (e incluso de otros ricos, cuando pueden). Como por la evolución de las creencias, los viejos dogmas absolutistas autoritarios y antidemocráticos han caído en desuso y la democracia hoy disfruta de un buen nombre generalizado, los ricos deben mantener las formas democráticas, aunque vaciándolas de contenido. Mientras haya ricos esta lucha prevalecerá… Habrá avances y retrocesos. Pero, ¿es imaginable un mundo sin ricos? Hemos de hacernos a la idea que sólo tendremos la democracia que podamos conquistar con nuestras fuerzas. Y, además, deberemos estar atentos y tener en cuenta que la democracia nos la pueden arrebatar a la vuelta de la esquina. Si Rivera hubiera ganado, ¿España seguiría siendo una democracia? Probablemente no…
¿La democracia está en regresión?
En general, no corren vientos favorables para la democracia, pero hay sitios en que va mejor y sitios en que va peor. ¿Quién podía pensar hace unos años que en Estados Unidos el presidente iba a ser este enajenado, que puede provocar cualquier desgracia? Pero a la vez, uno pensaba que la Unión Europea era un sitio en el que apetecía entrar, pero nadie pensaba que alguien querría salir de él, y resulta que ahora hay uno que quiere salir alegando que no es un club democrático. Yo soy optimista, creo que a nivel global hay un progreso, en líneas generales, pero con grandes retrocesos en algunos puntos. El ascenso de las fuerzas neoconservadoras después de la caída del comunismo es fuerte. El neoliberalismo parece que está en las últimas, parece que está claro que no puede proponer soluciones. Pero no está claro qué puede sustituirlo. Las democracias deben funcionar en base a proyectos, y yo no encuentro alternativas. Yo escucho al señor Garzón, de Izquierda Unida, y lo veo hablar con mucha seguridad de que su partido tiene soluciones. Pero todavía no le he oído explicar cuáles son sus propuestas. ¿Qué proponen? Ni siquiera hablan de socialización de los medios de producción…
La bestia fascista ha estado siempre en el Partido Popular
¿Qué ha pasado en España para la espectacular subida de la ultraderecha?
No creo que haya habido una subida de la ultraderecha. Hay lo que ha existido siempre. Algunos argumentan que el nacionalismo catalán ha despertado a la bestia fascista, pero la bestia fascista ha estado siempre en el Partido Popular. Aznar ya lo dijo: “A mi derecha no hay nadie”. Lo que pasa es que la derecha se ha fragmentado, como siempre le ha pasado a la izquierda. Vox es la extrema derecha, pero, ¿cómo no va a existir extrema derecha en un país que tiene una fundación como la Francisco Franco que se financió hasta hace poco con fondos públicos? Vox está sentada en el parlamento, cuando no debería estar ahí, y también está formando parte de una acusación popular… Pero esto no es tan excepcional. La Audiencia Nacional es la continuación del Tribunal de Orden Público, los jueces son los mismos… Incluso se quedaron en él los que juraron fidelidad a los principios del Movimiento Nacional…
¿Confía que las nuevas tecnologías contribuyan a la democratización?
Le dedico una parte importante del libro a la cuestión digital. Las multitudes no son irracionales, como las veían los teóricos de la élite. Con la última revolución tecnológica, la digital, ha aparecido el fenómeno internet, que tiene una virtud clarísima: ha empoderado a la gente, que ha adquirido mayor capacidad. Cualquiera puede expresarse en público. Ahora la presencia de la gente en internet se hace percibir en todos los niveles, e incluso llega a la televisión. Internet y los medios se mezclan… Esto ha dado a la gente una capacidad de acción política que no había tenido hasta ahora. Las multitudes se han hecho inteligentes, y están haciendo su propia historia. Y esto tiene gran importancia: se pasa de la política a la ciberpolítica. La política ya no se hace en el parlamento: se hace en Twitter, en los platós de televisión…
El tsunami no es sino el imperio de la red
¿Qué repercusión ha tenido internet en la política catalana?
La revolución catalana en marcha es una revolución digital. La hace gente que tiene acceso a las redes. Hay muchos jubilados que dan soporte al independentismo: tienen tiempo, tienen capacidad adquisitiva y tienen conocimientos, porque han pasado por el mundo laboral. El tsunami no es sino el imperio de la red. ¿Y, qué puede hacer el poder frente a ello? El necio del ministro del Interior dice que van a encontrar quién está detrás del tsunami... ¡Pero si no encontraron ni las urnas! La revolución catalana es la primera revolución del siglo XXI, porque se basa en algo nuevo. Tiene algunos precedentes en las primaveras árabes: algunos países entraron en ebullición gracias a los móviles…. Se trata de una política que se mueve en un terreno distinto, nuevo, y por eso no pueden pararla. Aquí los Estados no controlan a la gente, ni a los medios…