Rafael Aranda (1961), Carme Pigem (1962) y Ramon Vilalta (1960), de RCR arquitectos, un estudio de Olot, han obtenido hoy el Premio Pritzker, el principal premio de arquitectura a nivel mundial. Es un galardón de gran importancia para este equipo, que ha trabajado sobre todo en Catalunya, pero que ha alcanzado resonancia mundial. El galardón es concedido por la fundación estadounidense Hyatt y lo han obtenido arquitectos tan famosos como el brasileño Oscar Niemeyer, al británico Norman Foster o el francés Jean Nouvel. El premio y los 100.000 dólares de dotación se entregarán a los galardonados el 20 de mayo, en Tokio.
Además de la realización de proyectos arquitectónicos, desde 2008, RCR ha organizado el Laboratorio Barberí, en Olot, y a través de la RCR Bunka Fundación Privada se ha vinculado al mundo de la dinamización cultural desde una perspectiva multidisciplinar, más allá de la arquitectura. Así, RCR ha organizado talleres de Arquitectura y Paisaje, de Audiovisual y Fotografía, de Escenografía y Arquitectura efímera; programas de Danza y de Diseño Gráfico... El Laboratorio Barberí organiza grandes encuentros internacionales, virtuales y físicos, sobre la investigación en temática de espacio.
Los miembros de RCR estudiaron a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès y al acabar sus estudios se establecieron en Olot. Durante bastante tiempo trabajaron principalmente en Catalunya, aunque en los últimos años han tenido muchos encargos en el exterior. Entre sus obras cabe destacar la Biblioteca del barrio de Sant Antoni en Barcelona, el restaurante Les Cols d'Olot, el Jardín de infancia Els Colors de Manlleu, el campo de atletismo Tussols-Basil en Olot, la bodega Bell-lloc en el Empordà, el Museo Soulanges en Rodez... Han ganado numerosas distinciones, como el Premio Nacional de Cultura, que obtuvieron en 2005. Su trabajo ha despertado mucho interés en revistas especializadas y el RCR ha sido invitado a la mayoría de grandes encuentros internacionales de arquitectura.
RCR da prioridad a adaptar los edificios al lugar donde se tienen que construir. Es una arquitectura que tiene una relación directa con el paisaje, que pretende aprovechar al máximo los valores que ya tiene el sitio antes de la construcción (como en las bodegas Bell-lloc, perfectamente integradas a los campos de viñas). Por lo tanto, siempre intenta usar pocos materiales, y da preferencia a materiales muy básicos, auténticos, siempre que sea posible procedentes del entorno... RCR reivindica, sobre todo, una arquitectura que transmita bienestar a los usuarios y que facilite espacios funcionales. El jurado que los ha galardonado ha valorado especialmente su vinculación con sus raíces.