"Yo que quería presentarme a la selectividad, estudiar una carrera, pero al final, al final... pollos y ya". La conformista es la primera novela de la escritora y traductora Alba Dedeu, que anteriormente ya había publicado recopilaciones de cuentos. Según el DIEC, conformista es un adjetivo con tres definiciones: que se conforma; que se adapta fácilmente a las circunstancias; y adepto de la Iglesia anglicana. Descartando esta última, encontramos que el libro claramente trata de esta conformidad, pero estaríamos muy equivocadas si creyéramos que no pasa de aquí.
La autora traza un retrato magistral de la protagonista con crudeza y sinceridad, mostrando la amargura de la cotidianidad y las dudas. Ubicada en la periferia de Barcelona, Eva comparte un negocio de pollos asados con su pareja, Pere. Dedeu ha puesto en el punto de mira una realidad que muchas veces no es protagonista, no es ningún extremo: ni la historia de superación de aquel que nace sin nada, ni la historia de éxito del famoso. Es un libro corto y engaña, porque tiene un universo entero dentro. Trata sobre los miedos de iniciar una familia, las proyecciones de futuro hacia las hijas, la tentación de dejarlo todo, la calidez y tranquilidad de aceptar al otro. La autora plasma el interior del personaje, la presión estereotípica, el no querer (o poder) ir "dejada", la frialdad con la pareja, los celos, las fantasías y el vencer las barreras para volver a encontrarse: "No me voy, decían mis caricias. Si te ha parecido que me alejaba, ya ves que ahora he vuelto".
Durante gran parte de nuestra infancia y adolescencia nos preguntan qué queremos ser de mayores. Sabemos todos las respuestas: astronautas, futbolistas o bomberas. Me atrevería a decir que un tanto por ciento bajísimo acaba haciendo de su trabajo ideal de la infancia su realidad. ¿Quiere decir que somos conformistas? ¿Simplemente acabamos tocando de pies en el suelo? ¿O la vocación llega más tarde? Sea como sea, todos tenemos uno (o más) momentos en que tuvimos que decidir un rumbo concreto, dejando atrás otra vía. Lo peor es cuando hay un día —o época— en que no te gusta tu realidad y te cuestionas las decisiones tomadas, el "y si" temido. A medida que nos vamos haciendo mayores llegan las decisiones, siempre se puede retroceder o coger un atajo, pero también aceptar lo que en un momento concreto decidiste. La protagonista evoluciona de la frustración a la calma: "¿Se había muerto alguna cosa? ¿La fantasía de una vida más glamurosa, más chispeante? Fuera lo que fuera, me permitía salir adelante, y para recular ya era demasiado tarde, ahora". Sea como sea; la calma no es para siempre y las dudas y las fantasías de otras vidas que podría haber vivido, así como otras familias que podría haber tenido o la tentación al antagonismo de tu pareja, van apareciendo a lo largo de los años.
¿Es eso, pues?, es eso y ya está, tu vida?
Los saltos temporales a lo largo de los 6 capítulos dejan entrever el crecimiento y consolidación de la familia. Hacia el final de la novela, una ruptura de la rutina y una decisión importante hace cambiar el rumbo de sus vidas. Es una novela que podría tener 100 páginas más, no por falta de información, sino por el simple hecho de contentar al lector con unas páginas complementarias de la vida de las protagonistas. Te quedas tan enganchada a la historia que casi podrías oler el hedor del pollo asado con un toque de Chanel nº. 5.