Hay cosas que es mejor hacerlas rápido. Despegar una tirita, tirarse un pedo en el metro, esconder una chuleta o escuchar que nuestros referentes culturales son un fraude. Vale, ya lo hemos dicho. Piénsalo. Escuece y da rabia que te digan que las cosas que te gustan tienen taras, pero peor es seguir cantando Tinc fam de tu de Lax'n'busto sin saber de lo que habla y quedar como un auténtico rancio. O recordar que las revistas adolescentes eran super empoderantes cuando lo cierto es que te adoctrinaban (a las tías, of course) para depilarte hasta el último pelo. O enseñarle a tus sobrinos el juego de manos de Don Federico —el que "mató a su mujer, la hizo picadillo y la puso en la sartén"— sin titubear. Fuerte, ¿no? Pues de toda esta toxicidad nace Retrovisor pop, una sección audiovisual fast-food d'ElNacional.cat conducida por Alba Domingo y Marta Gambín para revisar la cultura pop que hemos consumido los millennials en los años 90' y 00's. 

La verdad es que ver que tus referentes no son tan bonitos como los recordabas te deja un sabor amargo en la boca. Como no va a doler darte cuenta que el amor de la pareja fetiche de la serie de tu vida era en realidad un maltrato abismal o que las canciones que cantabas a pleno pulmón incitaban a las violaciones masivas. Claro, luego empiezas a analizar aspectos de tu vida y te das cuenta de cómo la cultura pop nos ha influenciado en la percepción normativa de nuestros cuerpos o de cómo concebimos las relaciones con nuestro entorno, y te dices, ostras, esto habla de mí. Y te entra una mezcla de indignación y de culpa (¿en qué momento me he creído esta mierda?) que no es agradable de gestionar. Pero esto es como con las etapas del duelo. Primero, lo niegas; después, te enfadas, debates con tu entorno y te entristeces, pero lo acabas aceptando. Y, mejor todavía, lo combates. 

Nace Retrovisor pop para revisar la toxicidad de la cultura pop millennial

Damos fe que hemos flipado con la de salvajadas que hemos averiguado y que nosotras tampoco habíamos intuído. Y por eso mismo hemos llegado hasta aquí, para coger toda esa cultura pop que nos hemos comido y desmigajarla, entenderla y explicarla. Es necesario. No podemos cambiar el pasado pero sí podemos señalar el machismo, la LGTIBQfobia, la xenofobia, el clasismo y cualquier discriminación que hayamos consumido y que tradicionalmente ha servido para sostener el relato hegemónico en la cultura como una verdad absoluta. ¿Por dónde empezamos?

En Retrovisor Pop queremos tocarlo todo y descifrar qué aprendizajes nocivos transmitían algunos de los productos culturales del momento. Trataremos temas como el lastre que han dejado algunos dibujos animados, las canciones en catalán o en castellano como herramienta para violentar a las mujeres, el amor tóxico reflejado en las series, la falta de referentes trans en la televisión, el sexismo en los juguetes, los roles de juego asumidos en el patio del colegio, el racismo en los mensajes publicitarios o la gordofóbia en las revistas juveniles. Y lo vamos a hacer con una fórmula para todos los públicos: con una serie de vídeos rápidos de 1 minuto que se inaugurará este sábado 8 de abril para que la falta de tiempo no sea una excusa para no deconstruirse. ¿Naciste entre los 80 y los 90s? ¿Eres de los que ha desayunado con Tomàtic y Ruïnosa, de los que han leído la Súper Pop o la Bravo y de los que han jugado a Pokémon con la Nintendo? Si te sientes identificado (y si no, también), de verdad que esto te interesa. ¡Comenzamos!