Esta tendría que ser la típica carta de presentación de un nuevo proyecto, pero no lo es. Ya sabéis cómo van las presentaciones: haremos tal cosa, seremos los mejores en tal otra y os prometemos una docena de sorpresas más. Bien, pues no. Aquí somos poco amigos de los vendedores de motos, por eso preferimos que los contenidos hablen por nosotros. Que hablen de la cultura tal como lo entendemos: un cúmulo de creaciones artísticas y tendencias que transforman la sociedad y que explican el mundo a tiempo real.
La cultura evoluciona, nosotros también
De alguna manera os tenemos que dar la bienvenida, sin embargo. Vamos a ello. Hoy mismo, La Llança se convierte en Revers, el vertical de cultura y tendencias de ElNacional.cat. El objetivo, seguir siendo tu puerta de acceso de referencia al mundo de la cultura. Pero queremos serlo de otra manera.
Y como lo pensáis hacer, os estaréis preguntando. Pues a través de una pátina crítica, directa y fresca. En un universo precario y en constante evolución como el de la cultura, quedarse atrás es sinónimo de desastre, por eso nosotros también nos hemos propuesto evolucionar. Es el momento de ser atrevidos.
Revers, como su nombre indica, tiene el ánimo de demostrar —porque hay que demostrarlo— que la cultura no empieza y acaba en los espacios que todos tenemos en la cabeza. Lo queremos hacer, y eso es innegociable, con el rigor de siempre y una mirada más amplia de lo habitual, con afán de ser más atrevidos, de llegar a todas las generaciones —todas es todas, especialmente las que reciben menos atenciones— y de ofreceros nuevos formados. El debate entre cultura popular o elitista es viejo y nos da pereza: entre nuestras líneas todo el mundo tendría que encontrar o descubrir su espacio. Es por eso que dejamos de ser un suplemento para convertirnos en una sección fija con presencia en la portada del diario.
El equipo encargado de hacerlo posible estará formado por Pau Cusí, como coordinador, Joan Safont, Pep Antoni Roig, Anna Rodríguez, Mercè Terès y Maria López; además de otros colaboradores que ya irás viendo.
Decir alguna cosa más resultaría grandilocuente, autocomplaciente y poco honesto. También porque queremos que nos digas la tuya a medida que avanzamos o retrocedemos. De hecho, que hayas llegado hasta aquí ya es una buena señal. Es tu particular forma, quizás sin que lo sepas, de decirnos "adelante", casi como cuándo la madre te espolea antes de coger la bicicleta sin ruedecillas por primera vez. Después te puedes partir las muñecas y la crisma, por supuesto. Pero c***. Que no sea dicho que no lo hemos intentado.