Los Reyes Magos son un referente muy potente en la Iglesia cristiana. Aunque la tradición tiene mucha fuerza en el Mediterráneo católico, también está presente en la tradición copta, en la armenia y en la ortodoxa. A pesar de todo, en los evangelios las menciones a los Reyes Magos son extremadamente breves (si no tenemos en cuenta los evangelios apócrifos). En realidad, sólo aparecen en el Evangelio de Mateo (Mt2, 1-12), y allí no se los menciona ni como reyes, ni como magos. Se les define, sencillamente, como "sabios de Oriente". Eso sí, se hace mención a "la estrella" del niño Jesús, que los guía hasta Belén (aunque no se describe cómo era). Y también menciona los regalos que llevaron estos sabios al niño. No había juguetes: había oro, mirra e incienso.
¿Tres?
Es probable que a partir de la lista de los presentes reales se divulgara la idea de que los reyes eran tres, aunque Mateo en ningún momento menciona cuántos eran. En realidad, tenemos imágenes de los Reyes Magos en las catacumbas romanas donde se representan dos, tres o cuatro monarcas. Parece ser que fue en el siglo V cuando el Papa León I Magno estableció que eran tres (tal vez por simple media aritmética). Pero en ciertas tradiciones orientales se decía que los magos eran doce, como los apóstoles. En los evangelios no se menciona sus nombres, y durante siglos no se les atribuía ningún nombre en particular. Pero en el siglo VI, por primera vez, se les otorgó los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. Está documentado en el mosaico de la basílica de Sant'Apollinare Nuovo.
Trío peculiar
Algunas visiones medievales de los Reyes Magos los presentaban como representantes, no de la humanidad entera, sino de las diferentes edades del individuo. Hasta el siglo XV, pero incluso en alguna representación posterior, era habitual mostrar a Melchor, a Gaspar y a Baltasar como un joven, un adulto y un viejo. En la Edad Media, en un período de feudalismo, ya era típico representar a los sabios del Evangelio de Mateo como nobles o monarcas.
Lost in traslation
Patricia Grau-Dieckmann, en un estudio sobre la iconografía de los Reyes Magos, apunta que uno de los primeros problemas es de traducción. La expresión "magos venidos de Oriente" que figura en la versión griega que se conserva del Evangelio de Mateo, no sabemos exactamente a qué se refiere. Según la tradición armenia, los magos vendrían de India; algunos los consideran procedentes de Mesopotamia, pero es posible que la traducción no sea muy exacta. El Papa Benedicto afirmó que incluso podían venir de Tartessos, de Andalucía; según él, la expresión bíblica sólo quería definir a alguien que llega desde muy lejos.
Tres razas
A partir del siglo XV los Reyes Magos ya no se consideran como procedentes del Oriente, sino que se les considera como representantes de las diferentes comunidades de la humanidad. Durante mucho tiempo se consideró que cada uno de ellos venía de una de las tres partes del mundo antiguo conocido: Asia, Europa y África. Quizás procede de aquí la costumbre de representar al tercer rey como un negro (el papel le correspondería, finalmente, a Baltasar). A pesar de todo, en la tradición se ha preferido representar a un rey como moreno y el otro como rubio (o como canoso), en vez de incorporar en el imaginario a los indios americanos o los asiáticos a la tríada real.
Regalos recientes
En la catedral de Colonia aseguran que se conservan las reliquias de los Reyes Magos, llevadas por Federico Barbarroja I a Alemania desde Constantinopla. En los países católicos la fiesta de los Reyes se celebra con la Epifanía, el 6 de enero. Pero la tradición de hacer regalos a los niños es más bien reciente: no apareció hasta el siglo XIX. Y aunque a mediados del siglo XIX hubo algunas cabalgatas, en Catalunya no se popularizaron hasta principios del siglo XX.