Noche de rock sin artificios y versos a corazón abierto en el Parc del Fòrum de Barcelona, protagonizada por Robe. Quien fue líder de Extremoduro ha vuelto a la capital catalana como parada de Ni santos ni inocentes, la extensa gira que está realizando por toda la península para presentar en directo su último trabajo en solitario, Se nos lleva el aire, publicado a finales del pasado 2023.
Llegan los truenos
Expectación en un recinto que se ha vuelto a llenar de un público intergeneracional que ve a Roberto Iniesta Ojea, el otro Iniesta que maravilla a Barcelona, un ídolo cómplice que les canta sobre sentimientos y sensaciones que podrían ser los suyos. La vida real entre rimas elevada a himnos de rock urbano. Como cuando recita entre acordes sulfurosos aquello de "perdí la dignidad y el sentido del honor. Y no lo siento. Dirán que deserté y que no tuve el valor. Quizás sea cierto. Cómo podría explicar sin ver salir el sol. Qué denso sale". Líneas que pertenecen Destrozares, pieza que dio título al segundo largo sin la compañía de la banda con que se dio a conocer, Extremoduro, formación icónica en la historia del rock estatal, y que esta noche ha servido para marcar los primeros compases de la nueva cita del cantautor rock de Plasencia con la Ciudad Condal.
Con el sonar de Adiós, cielo azul, llegó la tormenta, la segunda composición que ha reverberado en el Fòrum, como premonición, lo que ha venido después ha sido un diluvio de decibelios y letras escritas en noches de insomnio y mañanas introspectivas. Una velada que ha basculado entre la celebración del presente, focalizando buena parte del repertorio en su último disco, álbum de qué ha sonado nuevo de sus diez canciones, y una mirada atrás nostálgica en la que Robe, eso sí, rehuyendo toda tristeza o autocomplacencia, ha rememorado clásicos de la formación con la que entregó ya clásicos como Rock transgresivo (1989), Deltoya (1992), Pedrá (1995) o Agila (1996).
De Extremoduro han sonado Segundo movimiento: Lo de fuera, Coda flamenca (Otra realidad), Dulce introducción al caos (el disco La Ley Innata ha tenido un peso relevante en este viaje hacia el pasado), Prometeo y Ama, ama, ama y ensancha el alma, con la que ha puesto punto y final a un concierto en qué también ha habido alguna sorpresa (in)esperada. Como la versión que ha hecho de La sequia, de su amigo y alma gemela Albert Pla, tal como ya hizo este verano a su paso por el festival Porta Ferrada. "Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbaran las montañas", ha sido uno de los últimos versos que han resonado esta noche. Cuando menos, lo que es incuestionable es que ha retumbado el Parc del Fòrum.