Parejas besándose y niños bien vestidos jugando en las calles de París son las escenas que captó el fotógrafo Robert Doisneau (1912 - 1994) entre 1934 y 1971. 50 fotografías en blanco y negro restan ahora expuestas en la galería Foto Nostrum hasta el 5 de marzo bajo el título Le tiemps retrouvé.
El fotógrafo francés tenía una gran habilidad para captar momentos espontáneos y las imágenes seleccionadas por esta exposición revelan instantes tiernos de la vida cotidiana que se respiraba en París. Robert Doisneau siempre fue un activista de la fotografía entendida como arte y se lo considera a uno de los fotógrafos más importantes de los años 40. Si a eso añadimos que la muestra incluye Le Baiser de l'Hôtel de Ville (1950), el beso más famoso de la fotografía de posguerra, el éxito de público está garantizado.
Las 'tietes' catalanas y el romanticismo parisino
Esta es una exposición para todos los públicos; las 'tietes' catalanas disfrutarán sintiendo nostalgia por el romanticismo parisino, y los jóvenes con cierta inclinación por la cultura quedarán contentos de haber conocido a un fotógrafo de la generación de Robert Capa (1913 - 1954). Ahora bien, todo el mundo que quiera presumir de haber asistido a esta exposición tendrá que preparar el bolsillo, ya que el precio de la entrada ronda entre los 5,50 y los 11,50 euros, excepto los más pequeños de 13 años que tienen acceso gratuito. ¡Que jodido es ser un millennial interesado por la cultura!
Es la primera vez que se expone una individual de Doisneau en Barcelona; y es que la galería Foto Nostrum, a pesar de su reciente existencia, acumula varios debuts. Es una galería que se centra en un público más internacional que local. Las fotografías están acompañadas por algunas frases icónicas del mismo fotógrafo escritas exclusivamente en inglés, aunque él era más francés que un cruasán.
Doisneau y la pantalla de Proseguro
Hay algunos detalles que otorgan un tono algo dejado a la exposición: un router medio caído bajo una de las fotografías expuestas, bastantes errores ortográficos y gramaticales en los pocos textos de pared que hay o una pantalla gigante de Prosegur con una cámara en directo que interrumpe el recorrido de la visita.
La fotografía es un arte que acostumbra a llamar la atención a un amplio abanico de público, solo hay que ver el éxito anual del World Press Photo en el CCCB. Las exposiciones de fotografía son una apuesta segura y la obra de Robert Doisneau es paradigma de ello. Se nota la vocación que hay detrás de cada imagen, ya sea por la paciencia de esperar el momento idóneo o bien por la pasión que proyectaba a través de su cámara. Una pasión que te mueve a besar incluso al vigilante de Prosegur.