18 puestos de rosas en una esquina de la Avenida Gaudí, cerca del Hospital de Sant Pau; 14 en otra esquina de la misma avenida, junto a la Sagrada Familia; 7 en un pequeño trozo del Passeig Sant Joan... A todo eso se le añaden los vendedores francotiradores, que se mueven por ciertos barrios sin puesto: niños, adolescentes, chinos...
Todo el mundo se apunta
Ya era típico que vendieran rosas los grupos scouts, los centros de esplai y los estudiantes que preparaban el viaje de fin de curso. Pero a estos últimos años se ha sumado mucha gente, desde ONG hasta las organizaciones más diversas. No parece que pueda haber compradores para tanta oferta de rosas.
La lucha por la venta
En estas circunstancias no es nada fácil que el potencial comprador se fije en un determinado chiringuito, y los vendedores se las ingenian todas para atraer a la clientela. Además de la competencia por los precios, hay un intento de diversificar la oferta con el fin de poder colocar tu producto. Así, encontramos rosas azules, rosas multicolores, rosas lilas, rosas verdes e incluso rosas amarillas con líneas rojas, imitando la bandera catalana. También se venden "rosas solidarias", "rosas con mensaje" y "rosas personalizadas"...
Otras opciones
Hay también aquellos que venden el rosal entero (de rosas de pitiminí, obviamente). O los que ponen las rosas en una maceta, o en un jarrón especial, "personalizado", o en una canasta... Con el fin de que aquel que ya ha comprado la rosa tenga la opción de hacer una segunda compra, también se venden rosas de los más diferentes materiales: de papel, de ganchillo, de caramelo (muchas), de pasta hojaldrada...
El pack
Pero la solución idónea para muchos vendedores es ofrecer la rosa con un pack. Un "dos por el precio de uno". Las rosas se pueden mezclar con rosas, o con productos relacionados con el Sant Jordi: pendientes con forma de rosa de ganchillo, un libro "low cost", una rosa de caramelo, una chapa de Sant Jordi... Pero también se pueden obtener cosas que no tienen ninguna relación con la fiesta: entradas de cine, "una piruleta o una cookie" o un café. Hoy hay rosas para todos los gustos.