Bruniquer es, para muchos barceloneses, una calle situada en uno de los laterales de la plaza Joanic. Y nada más. No saben que Esteve Gilabert Bruniquer i Riera (1561-1642) fue un notario que actuaba como escribano mayor del Consell de Cent y que elaboró, con los documentos guardados en el archivo municipal, una extensa cronología de los hechos sucedidos antes de acceder al cargo. Su tarea fue continuada por algunos funcionarios, hasta 1714, que todo terminó. Ahora, el Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, donde están depositadas las Rúbriques de Bruniquer, con la colaboración de Barchinona, han digitalizado las rúbricas, de tal forma que cualquiera las puede consultar desde casa. El proyecto, dirigido por Marc Hernández Güell, ha trabajado bajo la coordinación de Xavier Tarraubella, director del Archivo Histórico de la Ciudad. Se presentará al público hoy a las 18h30, en la Casa de l'Ardiaca, sede del Archivo Histórico.
464 años de historia de la ciudad
Las Rúbriques agrupan documentos de un periodo comprendido entre 1249 y 1713 y suman más de 13.000 entradas, sobre los temas más diversos. Estas entradas manuales se han transformado en más de 21.000 registros informáticos (ya que algunas rúbricas incluían datos diversos, que se han atribuido a varios registros informáticos). De cada rúbrica se ha hecho una síntesis en catalán, que aparece antes del texto original y que facilita la lectura al lector no acostumbrado al catalán antiguo. Por otra parte, se ha puesto en marcha, con la ayuda del departamento de Lingüística Computacional de la Universidad de Alicante, un sistema para facilitar la busca, de tal forma que si alguien busca un término en catalán moderno, la web reconozca también términos antiguos (por ejemplo, si se hace una búsqueda por "foc" (fuego), también localizará las entradas que contengan "foch"). La creación de este nuevo recurso electrónico coincide con el centenario de la publicación en papel de las Rúbriques (en 5 volúmenes) y también con el del Archivo donde se custodia el original de este texto.
Ligar en la misa y la monja pretenciosa
Las Rúbriques hablan de múltiples aspectos de la vida de la ciudad. El 4 de mayo de 1448, por ejemplo, menciona que el obispo comunicó a los miembros del Consell de Cent que excomulgaría: a "aquellos hombres que en la Seo den la espalda al altar para mirar a las mujeres". No es la única referencia a la Iglesia... También hay una entrada que menciona la jerarquía dentro de los conventos femeninos; el 17 de noviembre de 1450 "Los Consejeros escriben a sus Síndicos que asisten en las Cortes, explicando el caso de Sor Eleonor de Moncada que quiere ser considerada de noble linaje cuando es hija ilegítima. Los Consejeros también escriben al Papa". Y es que sor Eleonor no sólo era producto del adulterio sino, además, era hija de esclava, lo cual la relegaba a una posición secundaria en el Monasterio de Pedralbes, a la que ella rehusaba someterse.
De castigos ejemplares a la Casa Consistorial
Los textos de las Rúbriques dejan constancia de la brutalidad con que ha actuado el poder en la ciudad de Barcelona. Penas de muerte y torturas parecen haber sido moneda corriente en la Catalunya medieval y moderna. Llevar armas podía estar penado con la muerte, sobre todo si el portador era francés, según un apunte correspondiente al año 1637: "se publicaron llamadas de parte del Veguer, y Alcalde, mandando que todos los franceses habitantes en esta Ciudad denunciasen las armas, y privándoles de llevarlas bajo pena de muerte natural". Las torturas podían ser especialmente crueles, como las que se practicaban en 1501: "El juez de prohombres sentencia a tres delincuentes, a dos se les azota y a uno se le azota con un garfio en la lengua". Pero hay apuntes de carácter muy diferente. Por ejemplo, hay uno de 1369 en que se recuerda que en 1369 el Consell de Cent compró la casa de Simon de Rovira. Estaba, ni más ni menos, en el lugar donde se encuentra el actual Ayuntamiento de Barcelona.
Las edades media y moderna, con medios del siglo XXI
Esta tarea, obviamente, facilitará las tareas de investigación. Las Rúbriques, ahora, pueden ser vaciadas por cualquiera: se puede buscar desde el sofá las informaciones que contienen sobre lugares de la ciudad, sobre personajes históricos, sobre fenómenos determinados... Datos que de otra forma serían casi inencontrables se convertirán, ahora, en datos de fácil acceso, y no sólo para los historiadores, sino para cualquiera. "Rompes todos los corsés que tiene la publicación por sí misma", explica Xavier Cazeneuve, director del equipo de Barchinona y uno de los artífices del proyecto. Cazeneuve añade que "no hay ninguna ciudad que tenga una cronología similar a esta", y concluye: "Es una pasada". El recurso incluye una guía didáctica con el fin de usarla como material de aprendizaje a secundaria y a bachillerato, de tal forma que los niños puedan aprender historia de una forma próxima y sencilla. Las Rúbriques, obviamente, también pueden ser útiles como recurso para periodistas, para escritores que hacen novela histórica, para maestros... Pero Cazeneuve insta, sobre todo, a los ciudadanos a probarlas. Cualquiera puede quedar enganchado a la historia a partir de las Rúbriques de Bruniquer.