Fue el 25 de noviembre de 1994, recuerda Sicus Carbonell, cantante, guitarrista y eje de rotor de la popular formación de rumba Sabor de Gràcia. Fue en la sala Tradicionarius, que, como Carbonell apunta, entonces la llamaban Centre Cívic Artesà de Gràcia. "Allí, en aquel teatro antes de remodelar, Jordi Fàbregas y Jordi Gasull, que era el presidente de la asociación de vecinos del barrio, nos dieron la oportunidad de dar el primer concierto. No éramos más que un grupo de jóvenes que estábamos haciendo rumba y nos propusieron tocar en una fiesta que hacían". No se lo pensaron dos veces. Un mes más tarde hacían su segunda actuación. "En la Plaça de la Vila, que antes se llamaba Rius i Taulet, durante la fiesta de Fin de Año con Lloll Beltran". De todo eso ahora hace 30 años, una efeméride que Sabor de Gràcia celebran esta noche con un concierto imperdible para todos los amantes del género en la sala Paral·lel 62. "De aquel primer concierto recuerdo los nervios. Pasamos muchos nervios. De aquella primera formación, el único que tenía un poco de bagaje, que ya había grabado con otro grupo y había hecho bolos, era yo. Ninguno de nosotros nos dedicábamos a la música. Y de aquellos seis críos que subimos al escenario de la Tradicionarius, aparte de mí, lo único que ha seguido dedicándose a la música ha sido Jumitus, el sobrino de Moncho, que es el pianista del Cigala. Sí, pasamos muchos nervios, pero fue bien".
Fuera complejos
Dice Sicus Carbonell que en Catalunya somos especialistas de los complejos, que tenemos complejos de y para todo. Y la rumba catalana es uno de nuestros mayores complejos. "No se le da el valor que tiene", reclama. "Más allá de las Olimpiadas del 92, porque interesó para mostrar la música que teníamos, nunca se le ha dado el valor y relevancia que tendría que tener". Ciertamente, pocos géneros más autóctonos y nuestros que la rumba. "Los últimos años se está hablando mucho de música urbana y la única música urbana que tenemos en Catalunya es la rumba catalana, que nació en la calle. Todo el resto... El rock catalán no es rock catalán, es rock en catalán. Lo único que cambiamos es el idioma. La base del rock es la misma. O la salsa cantada en catalán. O incluso el flamenco cantado en catalán". Y entonces Sicus insiste que el único género estrictamente catalán y nacido en la calle, la única música catalana urbana ha sido la rumba.
Más allá de las Olimpiadas del 92, porque interesó para mostrar la música que teníamos, a la rumba catalana nunca se le ha dado el valor y relevancia que tendría que tener
La rumba catalana, ritmos y sonidos nacidos en la calle, hijos de Cuba y de un gitanet, ahora aspira al reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Sicus Carbonell es el vicepresidente de la plataforma que está luchando por conseguir esta declaración. La presidenta es Rosita Pubill, la hija del Peret. "Somos un grupo payos y gitanos. Porque aquí de lo que se trata es de la rumba". Del reconocimiento a la memoria y el legado de todos los gitanos que empezaron a hacer girar el ventilador décadas atrás, pero también de figuras como "Gato Pérez, que era argentino, o los Rumba 3, que son del barrio del Bon Pastor, y fueron los primeros payos que hicieron rumba catalana con éxito y bien hecha". Una candidatura, declara, que si se hubiera presentado bajo el nombre de rumba española, "ya la tendríamos". Se negaron. "Todavía más. Teníamos el apoyo del gobierno francés si la denominábamos rumba gitana. Habría sido una candidatura internacional, sumando la rumba de los gitanos franceses y la de los gitanos catalanes. Lo teníamos fácil". Se volvieron a negar. "Nosotros, los gitanos, dijimos que no, porque estaríamos excluyendo los rumberos que no son gitanos: el Gato Pérez, los Rumba 3, Estopa, Los Manolos, Maruja Limón, Las Migas... Todos hacemos rumba y con esta candidatura internacional los habríamos excluido. Y los gitanos no excluimos, al contrario, abrimos".
Una noche de juerga
Sabor de Gracia celebran 30 años, y hoy tienen fiesta grande con un concierto en la sala Paral·lel 62, velada programada dentro de la actual edición del Festival Mil·lenni. "Será un concierto irrepetible", nos alerta en Sicus. "Desde aquí hago un llamamiento a todos los fans Sabor de Gracia durante estos 30 años para que vengan. Disfrutarán muchísimo". Un bolo en que los rumberos gracienses estarán acompañados de una lista interminable de amigas y amigos. Hoy, por el escenario de la sala del Poble-sec también desfilarán nombres como Lucrecia, Pep Sala de Sau, María Toledo, o incluso propuestas aparentemente tan alejadas de la suya como los traperos 31 Fam. "También vendrá Juan José Carmona de Ketama y tendremos una colaboración que me hace mucha gracia, porque aquí ves que con la rumba no hay fronteras: Aziz Ibrahim, que ha sido guitarrista de Stone Roses y Simply Red. Vendrá desde Inglaterra a hacer rumba catalana. Tendremos a Muchachito. Tendremos a José Fernández, un gitanet catalán de Figueres que emigró a los 7 u 8 años hacia Francia. Después se fue a vivir a los Estados Unidos y hace unos años que lo volvemos a tener aquí. Este chico canta increíble, increíble. Y pocos días atrás también nos confirmó que venía Original Elias, un rapero de Madrid que lo revienta. Y después, al final del concierto, haremos una cosa que no la hemos hecho nunca. Nos desharemos de toda la puesta en escena, cogemos las guitarras, cogeremos los bongos, cantaremos, haremos palmas y montaremos una juerga, como las de nuestras bodas o nuestras Navidades". Rumba hasta que el cuerpo aguante.