Las salas de conciertos pueden volver a levantar la persiana este lunes después de ocho meses de cierre. Convertidas en uno de los sectores más damnificados de la llegada de la pandemia a Catalunya, han tenido que aguantar la respiración hasta el sábado por la noche, cuando el Govern enmendó el error que las dejaba fuera del plan de recuperación.
Sin embargo, gran parte de estos espacios no programarán conciertos inmediatamente y algunos ni siquiera abrirán. De hecho, se calcula que menos de la mitad de las 85 salas asociadas a la ASACC volverá a sonar la música. Será, sobre todo, en las de pequeño aforo y a menudo autogestionadas. Las grandes esperarán que el aforo se eleve al 70% y haya servicio de bar, como es el caso del Apolo, Razzmatazz o la Mirona.
"Aforo demasiado reducido"
El director del Apolo, Alberto Guijarro, ha avanzado a la ACN que no prevén abrir hasta que haya servicio de bar. "Ya no es rentable abrir con aforo tan reducido, así que mucho menos sin la barra", asegura.
Por otra parte, ha explicado que es un servicio que no pueden dejar de dar a los clientes. Al mismo tiempo, ha detallado que en su caso necesitan un mínimo de diez días para ponerse en marcha, ya que tienen que hacer trámites como, por ejemplo, aumentar de nuevo la potencia eléctrica con la compañía, entre otras "funcionalidades".
Además, Guijarro ha remarcado que un local como Apolo "no puede programar de un día por el otro", y ha concretado que tienen algunos conciertos que todavía estaban programados en diciembre y, dependiendo si cambian estas condiciones de abrir con bar o sin, decidirán si los cancelan, si continúan cerrados o si abren.
Muchas salas todavía no abrirán
Por su parte, el codirector y gerente de la Sala Razzmatazz, Lluís Torrents, ha avanzado que este lunes esperan sentarse con el Departament de Cultura "para estudiar esta resolución", ya que les resulta todo "muy confuso" y no saben si alguien puede abrir. "Hasta que no sepamos exactamente qué es lo que podemos hacer, no podemos tomar ninguna decisión, pero no creo que nadie pueda abrir mañana", ha considerado.
Una de las salas más importantes de la demarcación de Girona, la Mirona de Salt, tampoco volverá a la actividad, por ahora. No lo hará, asegura su director Quim Marcé en declaraciones a la ACN, hasta que se pueda abrir el servicio de barra y se acabe el confinamiento municipal, dos circunstancias que garantizarían la viabilidad económica.
La Sala Zero de Tarragona no tiene previsto reabrir el local hasta el próximo año. Ve imposible reprogramar conciertos con las restricciones actuales. Su responsable, Àngel Lopera, lamenta en la ACN la reducción del aforo, la restricción del servicio de barra y que no puedan recibir público de otros municipios, muchos de los cuales, provienen de localidades del entorno como Reus o Torredembarra. "Es inviable desde el punto de vista logístico, las salas de conciertos no son como los teatros", ha admitido.
La Zero tiene una capacidad para 400 personas, pero con la limitación de aforo tienen que habilitar el espacio con mesas y sillas y, por eso, las localidades que pueden poner a la venta son unas 60. "Sólo con eso ya se reduce el aforo brutalmente, si aparte, suman que sólo puede venir el mercado de Tarragona no es viable abrir", insiste Lopera. También ha querido referirse al error de la publicación en el BOE y la posterior rectificación del Govern, que ha calificado de "muy amateur". "Nos piden mucha profesionalidad y responsabilidad a nosotros y por parte suya no parece muy responsable", ha añadido. El último concierto de la sala se celebró el 7 de marzo.
Las salas de concierto de Lleida, divididas
Por el contrario, La Llotja o el Espai Orfeó de Lleida han decidido abrir ahora que el plan de recuperación se lo permite. Son salas más parecidas a un teatro o auditorio, donde el público está sentado y, por lo tanto, su viabilidad no depende del servicio de barra. El Espai Orfeó ofrecerá el domingo el concierto de Xarim Aresté y están trabajando para ofrecer conciertos en otras salas de la demarcación de Lleida en el marco del proyecto 'Casa de la Música'.
El Cafè del Teatre es de las pocas salas con servicio de barra que también han decidido abrir al 50% y el viernes acogerá el concierto de Feliu Ventura. En cambio, salas de conciertos como la Manolita o el Comèdia, con servicio de barra y donde los espectadores pueden bailar y estar de pie en la pista, no abrirán. "Sin servicio de barra no nos salen los números", explica a la ACN su responsable, Santi Salvador. "Necesitamos el ingreso de las consumiciones. Es complicado soportar todos los gastos que supone hacer un concierto sólo con el precio de la entrada", asegura.
Salvador, cuenta con otras salas en Lleida, principalmente pubs, como el Baba Room o el Maracas y, se está planteando reformularse y abrir. Explica que lo hace gracias a las muestras de apoyo que están recibiendo de los clientes y de la opción que les ha dado la Paeria para readaptar sus licencias como bar para poder ofrecer bebidas y comida.