"¡Si ganamos el Oscar no respondo de mí!", dice entre risas. "Si cuando anunciaron la nominación parecía un perro al que iban a matar... Estaba enloquecida. No sé qué haré si ganamos, no lo sé... primero, intentar no caerme cuando suba al escenario", y vuelve a reír. Sandra Tapia es la productora de Robot Dreams, la preciosa, mágica, historia de amor (o de amistad o de ambas cosas) entre un perro y un androide que, desde su estreno, no ha dejado de darle satisfacciones. Los aplausos empezaron en su presentación en el Festival de Cannes, y con un montón de premios nacionales (Gaudí, Feroz o dos Goya, el de animación pero también el de mejor guion adaptado) e internacionales (el último, Annie Award), Robot Dreams sigue aumentando su condición de película-milagro, ahora camino de los Premios Oscar.
 

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Para esta gerundense de Celrà, socia de Arcadia Motion Pictures, la nominación al Oscar remata un par de años extraordinarios que la han convertido en una de las productoras de referencia del país. Primero fue el impactante recorrido de la exitosa As bestas, de Rodrigo Sorogoyen. Después el fenómeno de la serie El cuerpo en llamas, estrenada en Netflix. Y ahora todo lo que está sucediendo con Robot Dreams y lo que está compartiendo con Pablo Berger, su director. Para acabar de rematarlo, dentro de dos semanas llegará a las salas Los pequeños amores, el segundo largometraje de Celia Rico después de Viaje al cuarto de una madre, otra pequeña y delicada joya de la que escucharemos hablar.

Foto: Marco Fuente

"Disfrutamos de un momento en el que mencionas Arcadia y todo el mundo sabe quiénes somos. Que pides un mail y enseguida te llaman. O que vas a los Estados Unidos, a hacer promoción de cara a los Oscar o a recoger el Annie Awards, pero que aprovechas para hacer networking y agenda, y nos ha recibido gente muy top que quizás no nos habría recibido antes. Es un muy buen momento para nuestra productora", explica Tapia. "También es aquel momento en que todo el mundo quiere hablar contigo, todo el mundo te quiere ofrecer un proyecto, o tiene un actor que no sé qué, o un director... Yo, que soy muy sociable, ha llegado un momento que me estoy olviendo antisocial, no me da la vida", confesa.

La trayectoria de Sandra Tapia es la de Pablo Berger (a quien también produjo Blancanieves y Abracadabra), la de Rodrigo Sorogoyen (con quien hicieron Madre) y la de Celia Rico (con quien ya prepara el tercer filme). Son los cineastas, podríamos decir, de la casa. Pero Arcadia mira mucho más allá: "Aparte de nuestros directores, hay tres líneas más de producción: las óperas prima, los divertimentos con voluntad más comercial y, desde El cuerpo en llamas, las series". La productora nos deja con la miel en los labios insinuándonos un puñado de proyectos de los que no abre la boca, cosas del márketing y de este secretismo que hoy es clave en el mundo del audiovisual. Un ejemplo: hace cuatro semanas que ruedan un biopic sobre Miguel Gila, y todavía no se sabe el nombre del actor que lo interpreta. "Es una apuesta", dice misteriosa, y de aquí no la sacamos.

Es un muy buen momento para nuestra productora

También nos explica que acaba de empezar el rodaje de La isla de los faisanes, ópera prima de Asier Urbieta, un thriller fronterizo que Tapia sabe resumirnos para desear que se estrene pronto: en el condominio más pequeño del mundo, un islote fluvial en la desembocadura del Bidasoa que dibuja la frontera natural entre España y Francia, aparece un muerto. ¿Recuerdas la serie El puente? Pues sería eso mezclado con Fuerza mayor, la película de Ruben Östlund. Es una premisa buenísima, en un contexto real bastante desconocido, en el que se mezclan temas migratorios...".

Foto: Marc Font

Spielberg y el desayuno de nominados

Volvamos a Robot Dreams y a la carrera hacia el Oscar. Hace justo dos semanas, Sandra Tapia, Pablo Berger y los otros dos socios de Arcadia, Ibon Cormenzana e Ignasi Estapé, disfrutaron de una experiencia bien intensa, el desayuno de nominados que reúne prácticamente a todos los aspirantes a la estatuilla en una jornada en el Hotel Hilton de Beverly Hills, que incluye fotografías, entrevistas, y encuentros de talentos de todo el mundo. Hace unos cuantos años, el mítico Luis García Berlanga explicaba que su mejor experiencia con la nominación al Oscar de Plácido fue poder aprovechar el desayuno para compartir puntos de vista con John Ford o William Wyler. El Instagram de Sandra Tapia nos revelaba encuentros con Steven Spielberg y con Messi, el perro de Anatomía de una caída.

Una de las cosas que hacen muy bien [en Hollywood] es democratizar las nominaciones: tiene la misma importancia el productor de una película de animación que el del corto documental o que Margot Robbie

"Berlanga tenía razón", confirma la productora gerundense. "Una de las cosas que hacen muy bien es democratizar las nominaciones. Tiene la misma importancia el productor de una película de animación que el del corto documental o que Margot Robbie", afirma, explicándonos que, una vez acreditados y con una tarjeta identificativa convenientemente situada a la vista, todo el mundo se mezcla con todo el mundo. "Solo llegar, un hombre se me presentó, me dijo que había visto Robot Dreams con la familia y valoraba cómo lo habíamos emocionado tanto con tan poco. Era el productor de Spider-Man: Cruzando el multiverso, ¡la competencia!", recuerda, antes de explicarnos el encuentro con Steven Spielberg.

"La cosa es que estuvo hablando con Pablo, que no es que sea precisamente muy mitómano. Pero de golpe se me acerca, muy excitado, rojo, y me dice que ha estado hablando con Spielberg, y que había visto la película. Y que le habría pedido una foto pero le hizo cosa. Entonces nos acercamos, me presenté, y le dije que a Pablo le había dado vergüenza pedirle una foto [ríe]. Y nos la hicimos, es que era un poco sueño de infancia", relata.

Foto: Marc Font

David contra Goliat

Con espectadores de lujo como Spielberg, Robot Dreams ha ido haciendo camino entre los académicos, con el doble mérito de que la película todavía no se ha estrenado en tierras norte americanas. Lo hará pronto, de la mano de la distribuidora Neon, clave para que el filme haya llegado a la final de la madrugada del día 11. "Sin ellos habría sido mucho más complicado, quizás imposible. Tom Quinn, el CEO de Neon, nos explicaba que hacía mucho tiempo que buscaban una película que los cinéfilos pudieran ver con sus hijos. Es que somos David contra Goliat, porque competimos con Spider-Man, con Nimona que es una producción de Netflix, con Elemental de Pixar, y con Hayao Miyazaki. Impresiona estar allí".

Es un hecho que Robot Dreams ha ido conquistando a todo el mundo con su magia y sus capas de lectura según la edad de los ojos que la miran. "Yo he recibido mensajes superbonitos... mira, tengo una amiga que se está separando y fue a ver Robot Dreams con su hija. Y entonces la niña me envió unos cuantos audios preguntándome cosas del argumento. ¿Por qué eso, por qué aquello? Y la última pregunta que me hacía era por qué cuando al final el protagonista ve su amigo no corre detrás de él y lo va a buscar. Le dije que se lo preguntara a su madre. Enseguida mi amiga me dijo que nunca se habría imaginado que la película le serviría para explicarle su separación a la niña. Mira, es que se me ponen el pelos de punta".

La mirada de la productora

Cuando le preguntamos por los tres cineastas que mejor conoce —Berger-Sorogoyen-Rico—, nuestra entrevistada encuentra algunos puntos en común entre los tres. Ser trabajadores incansables, detallistas, muy fieles a sus equipos, y muy buenos líderes desde la empatía y la pasión. Y buena gente: "me gusta trabajar con gente buena, porque lo bastante difícil es de nuestro sector," apunta Tapia. "No me gusta la gente huraña, que grita, o que trata mal a los equipos". Y todavía destaca otra virtud: "Los tres son directores que escuchan, y que no ven al productor como el enemigo, sino al contrario. Ven al productor como el aliado necesario para hacer las películas".

Las productoras mujeres de una determinada edad resolvemos mucho mejor los conflictos

Es en este punto donde llegamos al meollo, para romper con aquella vieja idea del productor como alguien que corta las alas creativas de los cineastas. "Yo soy militante de la idea de que los productores y productoras somos personas creativas. Y muchas veces son motores de las historias. Muchas veces hay guionistas que me dicen que podría firmar un guion con ellos, y yo digo que no, porque aporto ideas, pero para mí eso ya entra dentro de mi naturaleza como productora, forma parte de mi trabajo. Siempre digo a los directores que yo estaré hasta donde ellos quieran: si me necesitan, estaré. Estoy involucrada en eso, en las propuestas de casting, en el diseño de producción, en quién formará el equipo de la película, dónde rodaremos, cuáles son nuestros referentes, dónde queremos llegar, pactamos a qué público nos dirigimos y las líneas de comunicación cuando damos entrevistas con el fin de explicar las mismas cosas a la prensa. Y no te he hablado ni de las ayudas, ni de la venta de derechos en la tele, ni de presupuestos...".

Foto: Marc Font

Y Tapia va todavía más allá, hablando de pactos: "Ganas más con la empatía que con ningún otro argumento, y creo que en eso se nota mucho el género femenino. Muchísimo. Y la generación. Pienso que, en general, las productoras mujeres de una determinada edad resolvemos mucho mejor los conflictos. Y acompañamos a los directores desde un lugar no tan agresivo, tenemos más sororidad con el resto de compañeros. Y eso lo digo yo, pero también compañeras productoras como Maria Zamora, Sandra Hermida, Marisa Fernández Armenteros... y no es que hablemos entre nosotros los domingos para ponernos de acuerdo y dar siempre el mismo discurso. Creo que hay un talante diferente que tiene que ver con el género y con la generación. Género y generación. Entonces, cuando se habla de relevo generacional... el otro día un productor hombre me decía: "ya me has matado". Y no, yo de ellos he aprendido muchísimo, no es que los anulemos, es que nos sumamos. Todo va de la mano. Y hay productoras más sensibles a explicar según qué tipo de historias. Porque cuando me dicen que hacemos otra película de relaciones materno-filiales, yo digo: ¿cuántas pelis de venganza me he comido?".

Nos despedimos deSandra Tapia preguntándole qué le gustaría producir, y la respuesta es inmediata: "Hacer películas... no digo grandes, sin embargo... ¿sabes lo que le ha pasado a Justine Triet con Anatomía de una caída? Esta es mi obsesión, hacer una película como esta. Y dignificar la comedia romántica, pero todavía no he encontrado el proyecto correcto".