El Pleno Municipal de Sant Feliu de Guíxols aprobó el cambio de nombre de la Rambla Antoni Vidal por La Rambla, una modificación que ya había pasado anteriormente por la Comisión del Nomenclátor. Este cambio fue propuesto por Guíxols des del Carrer después de que se supiera que Antoni Vidal, un rico patricio de Sant Feliu, había estado implicado en el tráfico de esclavos.
Paradójicamente, si la localidad había honrado a Antoni Vidal (1806-1868) con el nombre de una vía pública es porque tenía fama de benefactor de la humanidad. Antoni Vidal había dejado cuando era muy joven su Sant Feliu natal y se había instalado en Marsella. Allí se había dedicado al comercio internacional con la empresa de su familia, Vidal Frères, y después reinvirtió parte de las ganancias en los sectores inmobiliario y financiero. Ganó tanto dinero que llegó a mantener una cierta amistad con Napoleón III, quien le llamaba, jocosamente, "el catalán rico de Marsella". En vida dio trabajo a muchos de sus compatriotas, ya que encargó la construcción de alguno de sus barcos a los astilleros de este pueblo del Empordà. Y cuando murió dejó un cuantioso legado a su pueblo natal que sirvió para financiar durante muchos años la enseñanza de esta localidad y para ayudar a los pobres.
Vidal Frères se dedicó principalmente al comercio con Extremo Oriente, pero también tenía negocios en Adén, en India, en Cuba... Antoni Vidal envió a su primo Bonaventura Mas i Calzada a la isla de Zanzíbar, en África Oriental, para dedicarse a la compra de esclavos. Algunos de estos cautivos fueron vendidos a los plantadores franceses de la isla de la Reunión. Más tarde, cuando los esclavistas cubanos tenían problemas para encontrar esclavos porque los ingleses les habían cortado el acceso a las zonas habituales de tráfico de esclavos, Vidal Frères empezó a vender esclavos para el mercado cubano. Los ingleses recogieron pruebas de la implicación de la empresa en más de media docena de operaciones negreras, en las que fueron esclavizadas miles de personas y murieron algunos centenares. A pesar de las pruebas en su contra, ni Bonaventura Mas ni Antoni Vidal fueron juzgados nunca por estos crímenes. Hasta ahora.