Joan Dausà no ha perdido el fenómeno viral con lo que nos enganchó cuando supo sacar rédito del juego del 'yo nunca nunca' con su canción, cuando nos sacó una sonrisa durante el confinamiento mientras cantaba bajo la ducha, cuando se lanzó al público y acabó lesionándose o bien ayer sábado llenando un Palau Sant Jordi lleno hasta los topes, 16.500 personas, con las entradas agotadas desde hace días. El cantautor catalán se ha convertido en una marca propia y él sol, a pesar de contar con un espléndido grupo de músicos, pero solo al fin y al cabo, ha encontrado la fórmula perfecta para no envejecer nunca ni pasar de moda.

Uno de los aspectos que más preocupa a los músicos es ser flor de un verano. Recuerdo cómo Els Catarres me lo comentaban hace justo diez años cuando sacaron su 'Jennifer' a través de youtube. Pero los y las cantantes catalanes cuando llegan arriba de todo, saben como mantenerse y el público sabe como valorarlos. Dausà se ha ido transformando con el paso del tiempo y haciéndose a él mismo. Anoche ya lo advirtió: 'Primero tocaré las lentas y después me iré animando'. Y así fue: respeto por el perfil más clásico con lo que nos sorprendió y máxima sorprendida cuando deja de estar encorsetado por los tempos más lentos.

El cantautor catalán del siglo XXI

A Dausà no le han regalado absolutamente nada. Desde colaborar con el Súper 3 hasta reivindicarse que con su voz tan exageradamente personal puede estar a la altura de Lluís Llach o Joan Manuel Serrat cuando se trata de triunfar con el efecto llamamiento. Precisamente ayer, el palco de autoridades estaba llena, al 100%. Una anomalía que no encontramos con otros cantantes, la más reciente Aitana, donde este espacio estaba prácticamente vacío. El president del Govern de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, empezaba a llenar una lista de vips y conocidos que se mezclaban con un público absolutamente anónimo.

Concierto Joan Dausà / Foto: Irene Vilà Capafons

Volviendo al tema de la viralidad, Dausà protagonizó dos momentos siguiendo la pauta: un preparado y otro improvisado. Lo que ya llevaba de casa era contar con la cantante Julieta para asegurarse el tiro con las nuevas generaciones, aunque también colaboraron Santi Balmes de los Love of Lesbian o la actriz Sara Espígul para emular a nuestra Judit. Y lo más improvisado y que puso la carne de gallina es verlo llorar solo empezar el 'partido': en vez de un gol a la contra como le pasa al Barça, el cantautor fue hacia la línea del éxito rotundo.

¿Y ahora, qué?

Y así es como acabó poniéndonos deberes en todos los que estábamos presentes: llenar un palacio Sant Jordi, pero trasladando la ciudad de Barcelona en Madrid, París o, incluso, Donostia. A partir de ahora, volviendo a eso del Barça, veremos más capacidad de movilización con autocares y aviones para ver Dausà que Xavi y los suyos. Y no me extrañaría nada de que lo consiguiera porque tiene una comunidad de fieles que ya no lo fallarán nunca. El próximo reto es preparar canciones para el 2025.

En definitiva, durante más de dos horas, Dausà ha desplegado sus grandes éxitos ofreciendo grandes momentos para el recuerdo con una puesta en escena a la altura de las grandes ocasiones del recinto, con una escenografía y conceptualización diseñada por el equipo creativo de las giras de Aitana, Love of Lesbian o C. Tangana, entre otros. A pesar de actuar en un espacio mastodóntico, Dausà ha ofrecido un show próximo que ha conseguido conectar con el público a través de las emociones de sus canciones.