La calle Hospital se ha llenado de olores y de color. Como es tradicional cada 11 de mayo, con motivo de la celebración de Sant Ponç, patrón de los herbolarios, los puestos de mieles y hierbas aromáticas han llenado la calle, cortada para el acontecimiento. Hoy, como cada año, abuelas y escolares visitan esta feria. Pero en los últimos años el público ha crecido con nuevos públicos: aficionado a las dietas naturales, partidarios de las terapias alternativas, gastrónomos en busca de productos diferentes... 

Hierbas para todos los gustos

El tomillo y el romero son los reyes de la fiesta: su olor se encuentra por todas partes, pero hay muchas hierbas que compiten con ellos: menta, eucalipto, albahaca, hisopo... Se pueden comprar frescas o secas. E incluso ofrecen las plantas enteras, para aquellos que quieran tener hierbas para hacer el fricandó, la infusión o el mojito durante todo el año. En la feria de Sant Ponç, además de las hierbas de siempre, encontramos las plantas más de moda, como el áloe o el Kalanchoe. Y en alguna parada tienen pequeñas bolsitas de tela rellenadas de hierbas aromáticas para perfumar los armarios y la ropa (aunque esta costumbre se va perdiendo). También hay mezclas de hierbas preparadas para curar las patologías más diversas: colesterol, migraña, gases, dolores de la menstruación, gota, estrés, obesidad, hipertensión, diabetes, mocos, varices, hemorroides, acne, e incluso "frigidez e impotencia". No falta ni el mítico "ungüento de serpiente", el doloroso remedio que usaban las abuelas para los dolores musculares y mil afecciones más.

La dulzura absoluta

Curiosamente, en esta feria se combina la afición por la comida sana con los productos más azucarados que se pueden encontrar en toda la ciudad. Uno de los atractivos de la festividad, justamente, se encuentra en la fruta confitada. En la calle Hospital se pueden encontrar algunos productos que ya no se suelen ver en Barcelona. El más vistoso es el dulcísimo arrope (el rey de la fiesta, un dulce hecho de uva), pero podemos encontrar todo tipo de frutas confitadas: naranjas, cerezas verdes y rojas, albaricoques, melón, melocotón, sandía, mandarina, higos, almendrucos, macedonia...

Toda la miel

Los apicultores también tienen un espacio destacado en la feria. Puedes encontrar todos los productos derivados del trabajo de las abejas: desde el polen, hasta la apreciadísima jalea real, pasando por el panal. Y todo tipo de derivados: vinagre de miel, miel con nueces... La miel se presenta en todo tipo de recipientes: diminutas botellitas que parecen de perfum, frascos inmensos de tres quilos, pequeños envases con un dispensador como el jabón en un baño público... Pero los amantes de la miel aquello que adoran de verdad es la gran variedad que se puede encontrar aquí: miel de romero, de tilo, de girasol, de hisopo, de roble, de castaño, de naranjo, de tomillo, de acacia, de limonero...

Golosinas

Tradicionalmente la Fira de Sant Ponç acogía varios puestos que tenían caramelos de hierbas y regaliz. Este año, en los caramelos de hierbas se le han añadido otros tipos de golosinas, algunas de ellas con aspecto muy poco natural y muy poco sano. Y entre las golosinas no podía faltar otro de los productos estrella habituales del día: el pan de higos.

Confituras

La feria de Sant Ponç es un buen marco para buscar dulce de membrillo, jalea y confituras naturales. La jalea es un producto en recesión: es difícil encontrarla. El dulce de membrillo artesano disfruta de mejor salud. Las confituras gozan de una gran aceptación del público. Hay las de siempre: naranja, albaricoque, pera, limón... Pero éstas están en minoría. Es en las confituras donde más se nota la llegada de nuevos públicos; algunos de los productos son muy poco "tradicionales": hay confituras de kumquat (el naranjo enano de China), de kiwi, de "mix de melones", de pera al cava brut, de ratafía, de cebolla con Boletus edulis, de jalapeño, de espárragos, de naranja al jengibre e incluso de mojito. 

Para los gourmets

En la feria de Sant Ponç se encuentran productos destinados a los gourmets, que generalmente no se venden en los supermercados y que se presentan como producciones naturales. Entre las curiosidades, un alioli de manzana al curry, un chocolate con algas o una mostaza con membrillo. Y todas las especias que se puedan desear.

Viejos públicos y nuevos

Uno de los puestos de miel anuncia sus frascos como "The best of catalan gift". Alguna parada ofrece zumos de naranja con miel. Evidentemente, Sant Ponç en medio del Raval, no podía mantenerse inmune al turismo. Pero eso no quiere decir que se haya perdido la oferta tradicional: a los productos destinado al consumidor más conservador, se le ha añadido un abanico muy grande de productos muy diversos destinado a un público más joven y más arriesgado. Sant Ponç está más vivo que nunca.