Inmaculada Salinas (Guadalcanal, 1967) dedica una serie a Santa Eulàlia. La copatrona de Barcelona sufrió trece martirios, uno por cada año que tenía cuando fue condenada por no renunciar a la fe cristiana. Así pues, la serie de la artista andaluza consiste en trece obras, todas ellas tituladas con una palabra relativa a cada uno de los martirios. Esta serie se puede visitar hasta el 11 de junio en la Virreina de Barcelona bajo el título Veus al bosc.

El poder de la mujer y la importancia del tiempo

Visitar esta exposición es parecido a asistir a una ópera: leer el argumento antes de ir no es un espóiler, sino una ayuda para disfrutar del espectáculo. Salinas repite un conjunto de patrones en su obra que, si no se conocen, dificultan la comprensión del mensaje. Eso sí, una vez captado su código, se pueden entender las obras expuestas. Por ejemplo, en la obra Cárcel (2022) se pueden detectar la mayoría de estos patrones, es decir, que la explicación de esta obra se puede aplicar, en gran parte, al resto de trabajos expuestos.

Visitar esta exposición es parecido a asistir a una ópera: leer el argumento antes de ir no es un espóiler, sino una ayuda para disfrutar del espectáculo

Es una pieza formada por 115 dibujos en lápiz de color y fotografías sobre papel. Solo leyendo la cartela, ya se adivina el vínculo que establece la artista entre Santa Eulàlia y Antígona; dos niñas (sí, niñas) que fueron fieles a sus ideales a pesar de la amenaza de muerte. Esta relación, Salinas la construye mediante fragmentos extraídos del ensayo La tumba de Antígona (1967), de María Zambrano. Todos los dibujos tienen el mismo formato y están el uno al lado del otro. Salinas integra la repetición en su lenguaje creativo. Estos dibujos se forman a partir de unas fotografías de archivo y una gama de colores que sigue la gradación de la típica caja de lápiz que todos hemos tenido de pequeños.

Imagen de la exposición Veus al bosc / Foto: Archivo Icub

De entre todos los materiales que conforman la obra, cuesta discernir qué ha creado ella desde cero y qué son reproducciones de elementos ya existentes. Esta ambigüedad es intencionada, ya que quiere disolver la frontera entre las diversas artes visuales. Al fin y al cabo, lo que interesa a la artista son los mensajes que transmite; el poder de la mujer y la importancia del tiempo. El primer mensaje se explica mostrando fotografías del crecimiento de una niña que supera los trece años. El segundo mensaje lo marca indicando en cada impresión la fecha de creación. Para Inmaculada Salinas, el tiempo que pide su proyecto es primordial.

Lo que interesa a la artista son los mensajes que transmite; el poder de la mujer y la importancia del tiempo

Esta exposición, de entrada gratuita, ha sido comisariada por Joaquín Vázquez y ha contado con la colaboración de Mónica Valenciano (coreógrafa) y Laura Vallés Vílchez (editora, docente, crítica de arte y comisaria).