Parece ser que se han encontrado en Verona los restos de Arnau de Torroja, un noble catalán que fue Gran Maestro de la Orden del Temple a finales del siglo XII. Si se confirma la identidad, serían los primeros restos de un Gran Maestro en encontrarse. A pesar de todo, habrá que hacer un análisis comparativo con el cadáver de su hermano, Guillem de Torroja, inhumado en la catedral de Tarragona, para poder confirmar la identidad del difunto.
El sarcófago encontrado
En 2016, a raíz de unos trabajos de restauración en la iglesia de San Fermo de Maggiore, en Verona, apareció tras una pared un sarcófago de piedra con la cruz de los templarios esculpida. La principal hipótesis era que se trataba de la tumba de Arnau de Torroja, un noble catalán nacido en Solsona, y el noveno Gran Maestro de la Orden del Temple a finales del siglo XII. De De Torroja, se sabía que viajó a Tierra Santa, donde había negociado una tregua con Saladino y había intentado hacer de mediador en las tensiones con la Orden de los Hospitalarios. La muerte sorprendió a Arnau de Torroja en el viaje de vuelta, el 30 de septiembre de 1184, en Verona. Fue enterrado en el Templo de San Vitale de esta misma ciudad, presumiblemente en un sarcófago de piedra, tal como era costumbre para los Grandes Maestres. Al disolverse la Orden, el Templo de San Vitale pasó en manos de los Caballeros de la Orden de Malta. La iglesia se clausuró en 1760 a causa de los daños provocados por el desbordamiento del río Adige, y los objetos que estaban depositados en su interior fueron distribuidos entre las iglesias próximas.
Un noble
El sarcófago fue abierto por un equipo de investigadores italianos liderado por el arqueólogo de la Universidad de Bolonia Giampero Bagni y el antropólogo Fiorenzo Facchini. Dentro, encontraron los restos de un hombre de edad adelantada, cubierto con un sudario de seda - lo cual evidenciaba que era una persona preeminente. La datación con carbono 14 reveló que los restos eran de entre 1020 y 1220, unas fechas coherentes con la época en que vivió Arnau de Torroja. Los científicos tomaron una muestra de un diente para poder hacer un análisis genético, que se hizo con la colaboración con David Reich, de la Universidad de Harvard. Se genotiparon más de medio millón de posiciones informativas del genoma nuclear, y se confirmó que se trataba de un hombre. El ADN mitocondrial era un T2b16 y su cromosoma Y un R1b, y la contaminación de la muestra era muy baja. En el estudio ha estado implicado Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) ―un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Los estudios genéticos, a pesar de todo, hasta ahora no son concluyentes.
El hermano arzobispo de Tarragona
Pero se da la casualidad de que en la catedral de Tarragona está inhumado el hermano del Gran Maestre, Guillem de Torroja. Los restos del que fue arzobispo de Tarragona entre 1171 y 1174 se encuentran en un arca de mármol colocada en una pared de la capilla de Santa Bárbara de la catedral de Tarragona; el arca ha sido estudiada por Leticia Darna, medievalista experta en heráldica. Recientemente, el arzobispado de Tarragona y el capítulo catedralicio han dado permiso a los investigadores para que puedan acceder a la tumba y extraer una muestra de los restos de Guillem de Torroja. Los resultados de los análisis llevados a cabo hasta ahora se presentarán este sábado, 21 de abril, en un congreso histórico-científico titulado «Il sarcofago ritrovato aVerona i templari», que tendrá lugar en el Auditorio de la Parroquia de San Fermo de Verona, en Italia.
La militia Christi
Durante la baja edad media, se produjeron las cruzadas, unas expediciones armadas convocadas por la Iglesia para combatir los pueblos de otras religiones, en especial los musulmanes. A pesar de los elogios que recibieronlos cruzados que se marcharon a Jerusalén, se estimó que hacía falta una militia Christi que se caracterizara por un compromiso permanente y abnegado. En 1120, nueve caballeros liderados por Hugo de Payens se reunieron en cofradía, hicieron votos monásticos, decidieron vivir en comunidad, y juraron proteger a los peregrinos en su tráfico en los Lugares Santos. De esta manera nacía la Orden del Temple, la primera orden religiosomilitar formada por monjes que a la vez eran guerreros; se les llamó templarios porque ocuparon las estancias del palacio del rey Balduino II, considerado el templo de Salomón. La orden fue disuelta en 1312, y mientras que en Francia muchos templarios fueron quemados en la hoguera, en la Corona de Aragón y en otros partes de Europa fueron arrestados y, finalmente, declarados inocentes.