Los espectadores todavía están digiriendo el éxito aterrador de Dahmer y ya tienen el ojo puesto en otra producción dirigida por Ryan Murphy e Ian Brennan que viene pisando fuerte. Hablamos de Vigilante, la nueva propuesta de los creadores de series como Glee Hollywood que llegó a Netflix el pasado jueves. Se trata de una apuesta de terror y suspense que se centra en el acoso que recibe una familia tras llegar a su nueva casa, consolidando a los dos guionistas como fieles retratistas de las realidades atroces que nos rodean. La serie, formada por un total de 7 capítulos, cuenta con un reparto de lujo liderado por Naomi Watts y Bobby Cannavale, que interpretan al matrimonio principal.

Igual que ocurrió con la historia de Jeffrey Dahmer, el caníbal de Milwaykee que evidenció el racismo y la homofobia en la sociedad americana después de asesinar a 17 personas, Murphy y Brennan vuelven a centrarse en un caso real para explicar la historia de la familia Broaddus, que vivió una pesadilla tras recibir cartas de un acosador en la casa donde acababan de instalarse. El argumento se inspira en los hechos reales ocurridos en 2014 en New Jersey para explicar los sucesos que vivieron sus miembros hasta verse obligados a renunciar a vivir en la casa: una persona que se hacía pasar por alguien llamado The Watcher decía vigilarles y observarles mientras insinuaba que la propiedad era más de lo que aparentaba a simple vista. ¿Pero qué pasó en realidad?

Basada en una historia real

En 2014, la familia Broaddus compró la casa de sus sueños, la que siempre había deseado: una propiedad de 1,35 millones de dólares y seis habitaciones en Westfield, Nueva Jersey. Pero, según un reportaje de 2018 publicado en la revista The Cut, Derek Broaddus, padre de la familia, recibió una carta cuando se instalaron en la que se leían un montón de preguntas: "¿Cómo has acabado aquí? ¿Te llamó el 657 Boulevard con su fuerza interior? La casa ha sido el objeto de vigilancia de mi familia durante décadas y, a medida que se acerca su 110º cumpleaños, me han encargado que vigile y espere su segunda llegada. Mi abuelo vigiló la casa en los años veinte y mi padre en los sesenta. Ahora me toca a mí. ¿Conoces la historia de la casa? ¿Sabes lo que hay entre las paredes del 657 del Bulevar? ¿Por qué estás aquí? Lo averiguaré".

La correspondencia se volvió más frecuente y amenazante, haciendo referencia incluso a detalles íntimos de la familia, como los apodos de los tres hijos de los Broaddus. Esto hizo que acudieran a la policía, que empezó a buscar al autor de las misivas, centrándose sobretodo en los vecinos. Desesperados por encontrar al aterrador vigilante, los Broaddus incluso contrataron la ayuda de un investigador privado y contactaron con un sacerdote para que les bendeciera la casa, pero las investigaciones se estancaron y tampoco se pudo identificar el ADN del culpable. Tras seis meses de miedo y pánico, decidieron vender la propiedad sin éxito; nadie quería comprar un lugar que algunos consideraban maldito. Tras intentar derribarla para construir otras dos casas en el solar y no conseguir los permisos, acabaron alquilándola, sin poder cubrir la hipoteca, y nunca se ha descubierto quién aterrorizó a los Broaddus. ¿Algún día se sabrá quién era el acosador de la familia? Quizás, como ha pasado con otros casos que se han viralizado en Internet, la producción de Netflix contribuya a esclarecer lo que pasó.