Desde que empezó a despuntar como creador televisivo, el guionista, productor y director Ryan Murphy se ha convertido en uno de los nombres más incombustibles, y también controvertidos, de la ficción moderna. Sus obras no dejan nunca indiferente, pero tampoco son nunca una ciencia exacta. Nos proponemos repasar sus títulos más acertados y enumerarlos por su calidad.

5. Glee

Cuando la televisión todavía no se prestaba a los experimentos de la era de las plataformas, Murphy nos salió con un proyecto tan curioso como temerario: un musical que cogía los clichés de las historias de instituto, pero los enfocaba desde una perspectiva más adulta. El resultado siempre fue desigual y discutible, pero era profundamente adictivo y establecía las bases de su estilo. Con el tiempo, además, la leyenda negra que rodea la serie todavía la ha hecho mayor.

4. American Horror Story

Esta antología del horror hace una cosa muy meritoria y nunca lo bastante reivindicada: hacer que cada temporada aborde una faceta diferente del género, desde las casas encantadas hasta los slashers, pasando por el bestiario fantástico y los payasos asesinos. No todas las entregas tienen la misma calidad, pero las que funcionan son extraordinarias por mórbidas, por arriesgadas y, sí, por terroríficas. Aparte que sus repartos siempre han sido espléndidos.

3. Pose

Seguramente la serie más personal de Murphy, y también la que acabará siendo de más culto. Una mirada rigurosa y desacomplejada a la escena cultural LGBTQ+ de la Nueva York de los 80 que funciona en el retrato más íntimo (es una de aquellas series en que acabas sufriendo, y mucho, por sus personajes) y también en la vertiente más estética y musical. Al final, es un retrato apasionante de la distancia que separa la vida diaria de la ficción que se crea cuando se encienden los focos.

2. Nip/Tuck

El fenómeno Murphy tiene su origen en esta serie absolutamente impagable sobre las desventuras de dos cirujanos plásticos. Doctores Frankenstein en un universo de monstruos más humanos que ellos, los protagonistas son la viva imagen de la progresiva transformación de una (alta) sociedad que planta batalla al paso del tiempo y, por descontado, pierde. Y el doctor Troy, encarnado por Julian McMahon, sigue siendo uno de los mejores cabrones de la televisión moderna.

1. Feud

La joya de la corona de Murphy. Tanto la primera temporada, centrada en el legendario enfrentamiento entre Joan Crawford y Bette Davis, como la segunda, sobre Truman Capote y las conocidas como The Swans (los cisnes), son una auténtica delicia por su mirada a las interioridades de Hollywood y de unas esferas culturales donde la empatía brilla por su ausencia. Son también las mejor encontradas con respecto a guion, puesta en escena y elección de intérpretes. Esperamos que la fiesta continúe.