Hemos quedado con Sidonie al Psycho. En el Poble-sec, no muy lejos del Apolo, uno de los epicentros, todavía diría más, templos, rockístics de Barcelona. Ellos han bebido y han bailado aquí. Nosotros bailaremos hoy y mañana, primero en el Heliogàbal (todas las entradas agotadas), después en el Sant Jordi Club (todavía queda alguna a la venta); en los dos conciertos que, enmarcados dentro del festival Cruïlla d'Hivern, ofrecerán como clausura de la gira de presentación de su último disco, Marc, Axel y Jes.

Todo carisma, miran y admiran una fotografía de los Byrds que cuelga en una de las paredes del local mientras Charly, su entrañable gerente, carga cajas de cerveza arriba y abajo. Tiene que hacer el pedido semanal. Los mesmeriza la imagen de la icónica banda californiana de los sesenta. Y entonces recuerdo una entrevista a Liam Gallagher, cantate de Oasis, en la que declaraba que él, incluso antes de formar el grupo, ya andaba por la calle como una estrella del rock. Actitud. Te lo tienes que creer. "Pete Townshend, el guitarrista de los Who y uno de los padres musicales de Oasis, decía que la distribución, el reparto para ser una estrella del rock es un 40% actitud, un 40% y un 20%...", Marc hace memoria, ríe y acaba completando la frase... "Me olvidaba de que hacemos canciones, también. El 20% restante es la música. Es importante, porque si estos chicos de Los Angeles no hubieran vestido de esta forma y con estos peinados, seguramente ahora no conoceríamos a los Byrds. Es un lenguaje que te llega como un pack, el pack del pop, de la canción de tres minutos". Formulando la ecuación de Townshend: actitud por imagen por canciones, es indudable, el cantante y guitarrista Marc Ros, el batería Axel Pi y el bajista Jes Senra, Sidonie son unas estrellas del rock.

El pack del pop no muere nunca

El pack del pop no muere nunca. Llegan nuevas tendencias, parece que las guitarras desaparecen, pero siempre acaban saliendo tres chichos o tres chicas que vuelven a hacer ruido distorsionado. Y, mientras tanto, desde hace casi 30 años (¿o son 26, Axel?), Sidonie siempre están allí. "Sobre todo si te lo crees", remacha al batería. El motivo por el cual las cosas vuelven es porque alguien ha seguido creyendo. Es esencial creer en lo que estás haciendo. Hacer el disco que quieres hacer, aunque no sea tendencia". Y entonces Jes nos lanza un piropo y nos dice que le encanta al titular de nuestra entrevista con Dan Peralbo: "El rock en Catalunya no ha muerto, ahora se llama Dan Peralbo i el Comboi". "Un grupo como los Dan Peralbo es una alegría para la escena. Tocaron con nosotros cuando hicimos los bolos en la Razzmatazz meses atrás y fueron todo un descubrimiento. Su último disco es una maravilla. Un trozo de grupo que espero que lleguen muy lejos. Realmente hacían falta unos Dan Peralbo en el rock catalán".

Entrevista a Sidonie / Foto: Irene Vilà Capafons
Sidonie en el bar Psycho de Barcelona / Foto: Irene Vilà Capafons

La trayectoria de Sidonie es paradójica, o quizás no tanto. Siempre han tenido el apoyo del público, pero se han tenido que reivindicar una y otra vez ante la prensa especializada. "Nunca nos dan premios", se queja Marc sin amargura (o con ella). "La revista Enderrock nos dio dos y se lo agradecemos muchísimo, pero ya está. Llevamos 27 años (¿no eran 26, Axl?) en la industria musical y ni un premio. Tenemos el premio del público, cierto, y también el premio de seguir siendo una banda tan unida. Todavía somos amigos y nos lo pasamos muy bien después de tanto tiempo junto. Toda esta gente que recibe un premio cada puto año, que siempre son los putos mismos, seguro que no se lo pasan tan bien como nosotros. Eso sí que es un premio, somos los ganadores. Pero un reconocimiento de vez en cuando... Cuando nos dieron el Enderrock estábamos tan contentos. Se agradece muchísimo". ¿Dónde los guardáis? "Uno está roto", admite Jes. "Y el otro luce orgulloso en el local de ensayo".

Está la fuerza del amor entre nosotros y de nuestra amistad. Por eso hemos durado tanto tiempo y por eso nos lanzamos hacer cosas entretenidas y arriesgadas, como ahora hacer un disco en catalán, un movimiento muy importante en nuestra trayectoria

Dice Marc que no sabe si su psicólogo estaría de acuerdo, pero que, a veces, siente que, como decían los Manel, están compitiendo. Que sienten celos de lo que hacen otras bandas. Que escuchan un temazo por la radio y hay alguna cosa dentro que los despierta cierta envidia. Una envidia sana, supongo. "Y también insana", ríen los tres. "Ahora estamos en el Psycho", recuerda Marc. "Todas estas grandes bandas de los pósteres que hay en las paredes han competido con otras bandas. Es ley humana, es ley de vida. Este punto de envidia que te motiva a hacer una canción como mínimo igual de buena que la de tus compañeros. Y después está la fuerza del amor entre nosotros y de nuestra amistad. Por eso hemos durado tanto tiempo y por eso nos lanzamos hacer cosas entretenidas y arriesgadas, como ahora hacer un disco en catalán, un movimiento muy importante en nuestra trayectoria". Ya hablaremos de esto. Antes, sin embargo, cerremos el ciclo del último disco.

El pop es y tiene que ser esto

Marc, Axel y Jes es un pedazo de disco. Efervescente y a cara de perro. Rabioso y radiante. Melodías instantáneas y adictivas de dos minutos y medio y ya. No necesitemos nada más. No queremos nada más. El pop es y tiene que ser esto. "Hay aquella frescura del trío", indica Marc. "No hay colaboraciones, no hay sobreproducción. Es intentar recrear el sonido del local de ensayo de Sidonie en verano. Por eso, aunque es un adjetivo muy quemado, suena tan fresco". Axel recoge el discurso de su compañero y lo alarga exponiendo que han buscado premeditadamente que el disco sonara así. "Porque con el paso de los años te acabas dando cuenta de que has perdido la espontaneidad de los inicios. La mejor manera de recuperarla era que grabáramos solo los tres, como al principio. Hemos reivindicado el local de ensayo, hemos reivindicado la sala pequeña, hemos reivindicado el trío".

Entrevista a Sidonie / Foto: Irene Vilà Capafons
Sidonie, 40% de actitud, 40 de imagen, 110% de temazos / Foto: Irene Vilà Capafons

Con el paso de los años te acabas dando cuenta de que has perdido la espontaneidad de los inicios. La mejor manera de recuperarla era que grabáramos solo los tres, como al principio. Hemos reivindicado el local de ensayo, hemos reivindicado la sala pequeña, hemos reivindicado el trío

También han reivindicado las canciones que no van más allá de los tres minutos. "Me compré un reloj de arena por internet que dura tres minutos", confiesa Marc (todavía no sé si tomándome el pelo o no). "Mientras componía las canciones del disco lo ponía y si me iba más allá de los tres minutos, fuera, descartaba la idea". Paramos el reloj. Vuelvo aquí a una de mis parafilias favoritas: Oasis, a aquella declaración de Liam Gallagher que decía que dejaron de ser la mejor banda del mundo cuando su hermano, Noel Gallagher, compositor del grupo, se hizo millonario y se aburguesó. Sin retos, sin miedo, no hay creación. "Interesante. Muchas veces me pregunto qué tipo de discos haríamos si nos hubiéramos hecho millonarios. ¿Habríamos hecho un disco como el que hemos hecho ahora? Vivir siempre al límite de la ruina te espabila como compositor y como intérprete. Siempre quieres dar el concierto de tu vida y escribir la canción de la vida. Yo he estado unas cuantas veces al límite". Axel se suma y repasa las muchas crisis que han superado Sidonie a lo largo de los años. "Hemos vivido la crisis de Operación Triunfo, lo supuso cuando llegó y cómo se cargaron todo el panorama musical. He vivido la crisis del top manta, la crisis de las descargas ilegales, he vivido la crisis del reparto de las plataformas digitales, la crisis de la irrupción de un nuevo estilo musical que parece que acabará con el pop y con el rock. Crisis que a menudo se traducen también en una crisis económica. Lo que es interesante es aprender de cada uno de estos momentos. Lo hemos pasado muy mal en muchas ocasiones, pero aquí estamos".

El nuevo primer disco de Sidonie

Otro de los atractivos de Marc, Axel y Jes son sus letras. Si el sonido recupera su declinación más efervescente, las letras se adentran sin complejos y un punto autoparódico en el universo de unos músicos ya en la cincuentena. "Si había una verdad en el sonido, también tiene que haber una verdad en las letras", apunta Marc. "No puedo cantar al amor adolescente en primera persona porque ya no lo vivo. No puedo hablar de las noches en el Apolo, de ir a currar de empalme y de las rayas, porque ya no lo hago. Además, también he simplificado mucho mi manera de escribir. Antes intentaba ser Machado y ahora prefiero ser Marc Ros y hablar de las cosas que me pasan. He tenido que reabrir mucho y logarlo es mucho más complaciente. Después leo la canción y pienso, quñé clavada, tío" (ríe). Jes amplifica las palabras de su compañero de grupo. "Que no os engañe, este tipo era bueno escribiendo canciones el año 2000, en el 2002, en el 2007, en el 2010, el 2021 y lo sigue siendo en el 2024 y en el 2025".

Entrevista a Sidonie / Foto: Irene Vilà Capafons
Bona nit, ells són Sidonie / Foto: Irene Vilà Capafons

Si había una verdad en el sonido, también tiene que haber una verdad en las letras. No puedo cantar al amor adolescente en primera persona porque ya no lo vivo

Un 2025 en el que Sidonie publicarán su primer disco en catalán. "Hacía mucho de tiempo que queríamos hacerlo y ahora ha llegado el momento". El disco ya está grabado, se publicará en septiembre y, hoy por hoy, no tiene título, aunque ya juegan con cuatro opciones: Aquesta nit és la nitCatalan graffiti, Cançons que maten i Bona nit, som Sidonie. ¿Cuál es vuestra favorita? "La ilusión por publicar este disco es tan potente y tan fuerte. De alguna manera es como si estuviéramos nuevamente delante del primer disco de Sidonie. Suena guapísimo. Es muy hermano de Marc, Axel y Jes, pero tirando un poco más hacia el sonido de la costa oeste. Será uno de los buenos discos de Sidonie". Esta noche en el Heliogàbal y mañana en el Sant Jordi Club adelantarán dos de sus nuevas canciones en catalán. Si ya tenéis entrada, seréis testigos privilegiados.