A menudo los hablantes reaprovechamos palabras existentes referidas a algo para designar cosas semejantes. He aquí algunos ejemplos con verbos: si uno dice A mi això em rellisca! '¡a mí esto me resbala!', aquí el verbo relliscar no significa 'deslizarse, moverse sobre una superficie de modo suave y sin fricción' (que es su significado recto). Esta frase significa 'no me importa'. Asimismo, podemos decir Els diputats han decidit congelar-se el sou 'los diputados han decidido congelarse el sueldo'. No es que hayan puesto el dinero que ganan en un congelador (en el principio, congelar significa 'hacer pasar de líquido a sólido el agua que contiene un objeto en su interior'): en realidad, aquí congelar significa 'no aumentar'.

A la hora de realizar significados figurados, solemos aprovechar conceptos concretos para expresar conceptos abstractos. Esto tiene lógica: los conceptos concretos son tangibles y por tanto ya los tenemos en la mente (en el caso de congelar, todos podemos tocar y ver algo que está congelado); entonces, cuando tenemos una idea más abstracta (como no subir el sueldo), recurrimos a imágenes concretas para expresarlo (sabemos, por ejemplo, que cuando se congelan las cosas están en quietud). Un ejemplo: La Rosa i el David han trencat (o tallat) 'Rosa y David han roto (o cortado)'. No es que hayan roto un jarrón o hayan cortado una manzana por la mitad (cosas que podemos ver): es que han dejado de ser pareja sentimental (algo más abstracto). Casos similares serían L'euro cau 'el euro cae, pierde valor' (no va de lo alto de una mesa al suelo) o Sovint se submergeix en la feina (literalmente 'a menudo se sumerge en el trabajo', realmente 'dedica todo el tiempo a su trabajo'; en principio, submergir solo se puede hacer dentro un líquido). El ejemplo extremo sería la frase Ja ve l'hivern 'ya se acerca el invierno'. El invierno no puede venir; nomás pueden hacerlo las personas, los animales o los vehículos, o como mucho una nube o un meteorito...

La exageración, un aliado de los significados figurados

A veces el significado figurado implica una exageración: Ves volant a l'hospital! 've deprisa al hospital' (¡no va a ir sobre un avión!); Va haver-hi una allau de queixes 'muchas quejas' (allau, en castellano alud es un desprendimiento de nieve); La faenada que tenim mos ofega! 'tenemos más trabajo de lo que podemos resolver' (ofegar-se significa 'ahogarse, no poder respirar').

Uno de los términos técnicos para denominar el uso figurado de las palabras es metáfora. Se enseña en clases de literatura, sobre todo al hablar de poesía. Entonces parece que sea algo de los poetas. Pero cada día, cuando hablamos, hacemos un montón de metáforas sin darnos cuenta. Os pongo un diálogo cotidiano: En la negociació encara hi han diversos serrells per resoldre, però ara hem topat amb un escull, i no sé si la negociació s'encallarà o directament naufragarà. —No t'enfonsis, encara tenim un ventall de possibilitats prou ampli. ('en la negociación todavía hay varios flecos por resolver, pero ahora hemos topado con un escollo, y no sé si la negociación se atascará o directamente naufragará. —No te hundas, todavía tenemos un abanico de posibilidades bastante amplio'). Si miramos el significado original de muchas de las palabras de esta frase, veremos hasta qué punto todo son metáforas: un flequillo (serrell) es un tipo de peinado; solo puede toparse con un objeto; un escollo (escull) es una 'roca que sobresale del agua y puede hacer accidentar embarcaciones'; cuando algo se atasca (encallar-se) es que el mecanismo choca con algo y deja de funcionar; naufragar significa 'una embarcación, ir al fondo del mar'; hundirse (enfonsar) significa 'caer en el fondo de un líquido'; y un abanico (ventall) es un 'instrumento para abanicarse, que extendido tiene una forma de semicírculo'. ¡Ya veis cuánta figuración!