Los Tiny Desk son los conciertos en que todo músico querría actuar. Un deseo (un sueño ha dicho ella) que ahora ha materializado Sílvia Perez Cruz, la tercera catalana que ha participado en una de las propuestas más virales de los últimos años, siguiendo lo que meses atrás ya hicieron Tarta Relena y el 2019 Lau Noah. Y eso que la idea es bien sencilla: llevar un artista o grupo a la redacción central de la NPR en Washington D.C. y que ofrezca un concierto de no más de cuatro o cinco canciones desde un rincón de la oficina: la mesa de trabajo del entrañable locutor Bob Boilen.
Sílvia Pérez Cruz desde el escritorio
Los shows se graban sin grandes prodigios técnicos en la producción y después se cuelgan en Youtube. Más allá de ser acústicos, no hay un formato estándar en las actuaciones. Cada espectáculo es único y diferente del anterior. Seguramente, en esta espontaneidad, relajación, intimismo y proximidad con que los músicos (artistas procedentes y practicantes de todos los estilos y géneros) encaran los conciertos, que en la red acaban teniendo millones de visualizaciones.
Los Tiny Desk Concerts se empezaron a realizar en el 2008. Desde entonces han pasado por los estudios de la NPR más de un millar de artistas, algunos de ellos talentos incipientes, otras leyendas de la magnitud de Sting o estrellas del actual firmamento musical como Billie Eilish, Dua Lipa, Adele o Florence and the Machine. Una lista a que ahora se ha sumado Sílvia Perez Cruz.
En su Tiny Desk, Pérez Cruz, que justo hace una semana protagonizaba el espectáculo inaugural de la nueva edición del festival Grec, ha estado acompañada de la violoncelista Marta Roma y del contrabajista Agapit Llibori. El concierto ha durado veinte minutos durante los cuales la artista ha presentado cuatro canciones de su último disco, Toda la vida un día: Salir distinto, La flor, Man of the trees y Mañana. Una delicia con que la catalana ha enamorado la audiencia norteamericana.