"Tengo 21 años. Haré 22 en breve. Estudio física en la UB. Estoy a tercero". Así se presenta Artur Viñas. No dice, todavía, que también escribe canciones, otra vida como cantautor en que se presenta como socunbohemio. Canciones entre el pop y el folk con regusto a la metafísica de El Petit de Cal Eril y Ferran Palau. Canciones grandes como gigantes. Canciones emotivas como películas francesas. Canciones mágicas como un truco aprendido en Hogwarts. Canciones, expuestas al EP Les coses que no et diré mai, colección de creaciones que cobraron vida durante el primer confinamiento, y a la reciente colección de singles Conte de primavera, Conte d'estiu, Conte de tardor y Conte d'hivern Un regalo para los oídos con que se ha descubierto como una de las nuevas voces a descubrir de nuestra escena musical. "La música y la Física son dos mundos distantes que me gusta mantener alejados para que uno sea el refugio del otro. Cuando estoy cansado de estudiar pillo la guitarra. Y si alguna vez me estreso un poco con la música me refugio en los libros".
Oh là là
Artur confiesa que no sabe por qué, pero cuando creó su perfil en Instagram, le puso de nombre socunbohemio. "No recuerdo el porqué del nombre. Tenía 15 años y me fascinaba este espíritu. Y así se ha quedado. Recuerdo que pasé por una época en que me fasciné con la Nouvelle Vague y por el cine francés en general". Una influencia bien manifiesta en el EP Les coses que no et diré mai. Pero eso es empezar por el final.
Si tiramos atrás, Artur recuerda que su padre tenía un teclado antiguo. Un Roland. Era un teclado muy cutre, pero a él le fascinaba. "Fue mi padre quien me propuso ir a clases de piano". Lo más curioso del caso es que la abuela de Artur era profesora de piano, pero su padre no tenía ni idea. "Pero tenía un teclado. Eso sí, le encanta la música. Teníamos un montón de discos. Y a mí me compraron un mp3 y mi padre y mi madre me lo llenaban de canciones. Recuerdo que eran temas de Queen, Beatles... Mucho pop y rock clásico inglés. En la adolescencia, cuando descubrí a Youtube i Spotify, abandoné la librería de discos de mis padres porque me di cuenta de que fuera hay todo un universo que desconocía".
Las cuatro escacions
El primer contacto de socunbohemio con el nuevo pop catalán fue con Manel. No esconde que se los descubrió un monitor del esplai. Enloqueció. Se obsesionó con Guillem Gisbert y compañía... Después vendrían Els Amics de les Arts, La Iaia, El Petit de Cal Eril... Y más tarde le estalló la cabeza cuando empezó a escuchar playlist de bandas|lados y artistas de indie americano e inglés. "Eran listas infinitas. Y aunque ya han pasado unos años, su influencia todavía se ve en mis canciones". Bon Iver o Men I Trust son dos de estos nombres con una huella muy evidente en su música. "Compuse mi primera canción a los 12 años. Era en inglés. No recuerdo el título ni de qué hablaba. De hecho, era como una mezcla de frases de canciones de otros artistas que me había aprendido. Un poco más adelante, con 14, ya empecé a escribir temas en catalán. En aquella misma época formé mi primer grupo. Éramos una versión mala de Manel: guitarra, batería, ukelele... Ensayábamos en el salón de casa".
A Artur lo decubrimos como socunbohemio en el 2019 con el elepé Le temps détruit tot, un trabajo autoproducido. 10 temas en los que mezclaba inglés, francés y castellano, donde ya dejaba intuir su talento, pero en que el proyecto todavía se dibujaba con trazos muy confusos. Todo acabó de tomar forma con el confinamiento. "Pero cuando publiqué el EP, Les coses que no et diré mai, justo después del primer confinamiento, no pasó nada", advierte. "Es un disco que grabé yo, lo distribuí yo... Todo fue culpa de Juliana Canet. Colgó un vídeo cantando una de las canciones y... Uauuu, desde entonces las cosas no han parado de ir hacia arriba". Más todavía con la aparición los últimos meses de la colección Conte de primavera, Conte d'estiu, Conte de tardor y Conte d'hivern, cuarteto de singles conceptuales bordados con progresiones de acordes indie folk metafísico y unas letras con una innegable pulsión poética. "Como artista, lo que más me gusta crear en mis letras es un imaginario. Refugios donde la gente pueda sentirse cómoda. Trabajo mundos, me imagino historias y personajes...".
¿Eres muy nostálgico?
Mucho. Los cuentos de las 4 estaciones, son diferentes momentos de una misma historia. Una historia de amor que empieza, para acabar en 'Conte d'hivern', donde narro un reencuentro amargo después de una ruptura. Es aquel momento en que empiezas a ser feliz de nuevo y entonces reaparece la persona que no habría y pides por favor que no cambie nada porque ahora estás muy bien. Evidentemente, cambia todo (risa).
¿Podrías escribir desde la felicidad?
Sí, aunque es en los malos momentos cuando tengo ganas de componer. Los momentos buenos los quiero vivir.
¿Dónde surge la inspiración?
En el metro yendo hacia la uni. Y entonces tengo que hacer una nota de voz para no olvidarme. No podría soportar perder una buena canción por no poder recordarla.
Eres de Barcelona, pero en algunas canciones utilizas el artículo salado y pones acento de las tierras de ponente!
Me gusta utilizar el artículo salado para endulzar las letras. Por lo del acento, mi abuelo es de Cervera y sólo con que me esté un par de semanas, se me contagia el acento.
¿Ya estás grabando tu próximo disco, verdad?
Sí, pero va lento. Será como unos cuentos de las cuatro estaciones pero con el concepto más desarrollado. Vaya, canciones nuevas que van transcurriendo entre las estaciones. Es la primera vez que trabajo con productor. Todo está sonando muuuuuuucho mejor.