Minutos antes de empezar la ceremonia, Sofia Otero corría con sus hermanos por uno de los pasillos de la Berlinale enmoquetado rojo y gritaba: "¡La alfombra roja!". Sin duda, un mar de emociones para la joven actriz que culminó con la subida al escenario para recoger la estatuilla de plata para la mejor interpretación en 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola, una de las película que formaban parte de la sección oficial de la 73ª edición de la Berlinale. Un premio que a lo largo de los años han recogido personalidades del mundo del cine como Nicole Kidman o Michelle Pfeiffer y que este sábado recaía en las manos de Otero por su primera película. Acompañada por Urresola, la pequeña, visiblemente emocionada, dedicó el premio a toda su familia, al equipo y a la asociación Naizen de familias de menores transexuales de Navarra y País Vasco. Incluso dejó lugar|sitio a las rimas cuando dedicó el premio a su padre: "A mí padre, Fernando Otero, el mejor del mundo entero". Otero interpreta en la nueva película de la directora vasca a una niña trans y su estancia en el pueblo de su abuela durante un verano, que le servirá para cuestionarse su identidad y su relación con el mundo que lo rodea.
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Un canto a la vida
Sur l'Adamant, del director francés Nicolas Philibert, se llevó el Oso de Oro a mejor película. Basada en la historia del Adamant, un barco situado en las costas del río Sena que sirve de centro de día para personas con enfermedades mentales, el documental hace un retrato social en detalle de las vivencias de los usuarios del centro y entremezcla sus historias con el día a día a bordo de esta institución. Bajo una mirada plenamente libre, Philibert documenta historias muy personales sin juzgar, uno de los argumentos por los cuales el jurado de este año ha decidido premiar su producción. Al recoger el premio, Philibert hizo un llamamiento a la situación crítica de la inversión pública en salud mental. El documental, que recuerda a gritos L'Atalante (1932), de Jean Vigo, también es un canto a la vida, a la diversidad y a las diferentes posibilidades del ser humano para crear conexiones y amistades.
Philibert documenta historias muy personales sin juzgar, uno de los argumentos por los cuales el jurado de este año ha decidido premiar su producción
La de este año ha sido una edición de los premios marcada por las caras públicas que formaban al jurado. Con Kristen Stewart como presidenta y conformado por personalidades del mundo del cine como la directora catalana Carla Simón o la actriz iraní Golshifteh Farahani, el jurado quiso destacar especialmente aquellas producciones que tenían una fuerte carga social. Stewart (32 años), que es la presidenta más joven que el festival berlinés ha tenido nunca, fue también la encargada de dar el premio a Otero. El premio del jurado fue para Mal Viver, del director brasileño João Canijo, que relata la historia de cinco mujeres que regentan un hotel, mientras que el Oso de Plata a la mejor interpretación de reparto fue para la actriz Thea Ehre por Bis ans Ende der Nacht, del alemán Christoph Hochhäusler, donde interpreta a una mujer trans que mantendrá una relación con un policía infiltrado en una red de narcotráfico.
Otro plato fuerte de la noche fue el Oso de Plata a la mejor dirección, premio que se llevó Philippe Garrel, director de largo recorrido en Francia,por Le grand chariot, donde actúan sus tres hijos, entre los cuales destaca Louis Garrel, una de las caras actuales más conocidas del cine francés. El cineasta dedicó el premio a Jean-Luc Godard, que murió el año pasado, y de quien Garell recordó su trayectoria dentro del festival berlinés. Además, Hélène Louvart, la directora de fotografía de Disco Boy, fue la ganadora del premio en la mejor aportación artística, y Angela Schanelec, guionista y directora de Music, obtuvo el reconocimiento a mejor guion. La directora mexicana Tatiana Huezo fue una de las caras más visibles durante la velada, ya que subió dos veces al escenario para recoger el premio a mejor documental y a mejor dirección de El eco dentro de la sección Encounters, un premio que fue celebrado por muchas cineastas mujeres ya que la presencia femenina entre los nominados y premiados no fue muy equitativa. También se echó de menos títulos premiados como Tótem, de la mexicana Lila Avilés, que no se llevó ni una estatuilla y era uno de los nombres que sonaban como favoritos durante el festival.