Fueron uno de los nombres esenciales de la escena independiente barcelonesa de finales de los 90 e inicios de los 2000 surgida bajo el mecenazgo del sello BCore. Irrumpieron en escena con el ruido más abrasivo del hardcore para ir perfilando una propuesta que con el tiempo y los discos se fue decantando hacia la experimentación y la búsqueda constante de la vertiente menos evidente y más artística del rock. Incorruptibles, siempre fieles a sus principios e ideales, (quizás por eso) acabarían separándose en el 2015 dejando tras de ellos obras tan imprescindibles como The Ionic Spell (BCore, 2001), Vivalaguerra (Buena Suerte / Intolerancia, 2006) o Adelante Bonaparte (Buena Suerte 2010); legado de que beberían muchas bandas posteriores con un reconocimiento popular más masivo. Es lo que tiene ser un grupo de culto. Desde entonces, varios proyectos en solitario. Y cuando ya nadie lo esperaba, casi una década después de haber iniciado su silencio, Standstill anunciaron su retorno. Reunión que en los últimos meses ha vivido momentos tan emotivos como su primera actuación en el festival Vida o el concierto que semanas atrás protagonizaron en la Sala Apolo. Verlos siempre es una experiencia. Hoy lo podéis vivir en la NauB1 de Granollers. Hablamos con su cantante y motor creativo, Enric Montefusco.

🎸Standstill, el retorno a la sala Apolo del grupo que no se vendió nunca
 

¿Cómo recuerdas, cómo fue, el primer momento en que os volvisteis a reunir después de casi diez años sin que os vierais?
Al vivir en ciudades diferentes, fueron varias charlas por teléfono. Cuando nos vimos todos ya habíamos tomado la decisión. El primer ensayo fue muy emocionante. Por el hecho de volver a encontrarnos y, sobre todo, por volver a sentir desde la primera canción una energía que ya ni recordábamos.

¿Qué fue lo que más añoraste del grupo durante este tiempo?
La intensidad extrema y la ilusión compartida.

¿Qué falló en aquella primera etapa? ¿Qué os faltó?
Son muchos frentes los que friccionaron hasta el desgaste, en general creo que el grupo no estaba dispuesto a hacer las concesiones necesarias para encajar y prosperar. Por ejemplo, no estuvimos dispuestos a todo lo que suponía en aquel momento ser un grupo más en el bulevar de los festivales.

No estuvimos dispuestos a todo lo que suponía en aquel momento ser un grupo más en el bulevar de los festivales

Nunca os traicionasteis y, eso, seguramente debe ser un arma de doble filo.
Siempre es una complicación tras otra a corto plazo, pero al mismo tiempo, y por suerte, hace que lo que hemos hecho y representamos sea siendo amado y más vigente que nunca. En esta gira es muy evidente.

¿Qué es lo que más te gusta de aquellos Standstill jóvenes?
La fe inagotable.

Formabais parte de una escena surgida en torno al sello BCore que casi ha desaparecido del todo. ¿Añoras algo de aquella época?
La sensación que lo tienes por delante y de conquista, del mapa y de tus sueños, es realmente irrepetible. En cualquier caso, ahora en nuestra madurez nos llenan otras cosas, como, por ejemplo, la conexión profunda con el público y sentir que ayudamos y acompañamos a muchísimas personas en sus problemáticas íntimas.

Standstill, el retorno de la banda que siempre fue a la guerra / Foto: Gustaff Choos

No me lo dirás tú, pero yo sí que te lo digo: sin Standstill no habría un grupo tan popular como Vetusta Morla, y sin estos, no habría toda una escena de bandas similares.
​​​​​​​Pienso que nosotros tampoco existiríamos sin otros grupos que nos han ayudado a descubrir todo lo que teníamos a dentro, y que es bonito formar parte de esta rueda. Estamos todos aquí de paso y solo somos portavoces y transmisores de formas y contenidos que nos trascienden completamente. Son de todo el mundo y nadie puede osar decir que son suyos.

¿Qué te interesa de la escena musical actualmente?
Cada uno de nosotros te diría cosas diferentes, esta es parte de la gracia.

Seguramente ya habéis vivido unos cuantos momentos especiales en estos últimos meses, pero seguramente el concierto del Apolo ha sido el más especial. ¿Qué os dijisteis antes de salir al escenario?
Tanto en aquel irrepetible concierto en el Apolo como en el resto de la gira, siempre nos decimos básicamente lo mismo: "Vamos a disfrutar". Nos tomamos esta gira como un regalo de la vida.

Cuando tienes tendencia a abrir camino, es normal que llegue cierto reconocimiento más tarde de lo que habríamos deseado para hacer viable el proyecto en su momento

¿Cómo lo estáis viviendo?
Evidentemente, el recibimiento increíble que estamos teniendo tiene que ver con un reconocimiento muy real de un trabajo de muchos años muy real, también. Y cuando tienes tendencia a abrir camino, es normal que llegue cierto reconocimiento más tarde de lo que habríamos deseado para hacer viable el proyecto en su momento. En cualquier caso, no es artificioso en absoluto. Lo que sí que es cierto, es que con esta gira no nos encontramos con las problemáticas de entrar en la rueda de la industria musical otra vez y sacar material nuevo, que efectivamente son dinámicas complejas y llevaron al desgaste en su momento.

Ahora que ya los habéis vuelto a tocar, cómo revives todos aquellos temas. ¿Cómo te interpelan? ¿Les has descubierto nuevos significados, nuevas interpretaciones?
Sí, efectivamente las canciones tienen lecturas diferentes para cada persona y cada momento, y ahora es muy evidente.

¿Es inevitable preguntarte, pese a que ya has dicho que os sentís libres de seguir dinámicas, si este reencuentro irá adelante, si habrá más conciertos y si habrá disco en un futuro más o menos próximo?
Cuando acabamos la gira valoraremos todo.

¿Cuáles son tus versos favoritos de Standstill?
Va cambiando, ahora me han venido estos: "...El pueblo de mí es inmortal. El viejo de mí dice 'moriréis todos los jóvenes'..." (estos versos pertenecen al tema Moriréis todos los jóvenes del disco Adelante Bonaparte (Una fábula circular) publicado el 2010).