Hay quien dice que el miedo es el sentimiento más bajo que puede sentir el ser humano, aquel que lo rebaja hasta límites impensables y le puede llevar a hacer todo tipo de locuras. Stefan Zweig explora este sentimiento en Miedo, una novela corta que publica Acantilado, en traducción de Roberto Bravo (en catalán: Quaderns Quema con traducción de Joan Fontcuberta). Una obra escrita hace un siglo en que explica la zozobra que vive una mujer que teme que su marido descubra la aventura que tiene con un pianista.
Más allá del placer
La historia de Zweig casi no presta atención al adulterio. Esta no es una historia de lujuria, de deseo, de pasión desatada... En realidad, para la protagonista la relación con el pianista ni siquiera es un episodio memorable de su vida. La obra se centra en el miedo. El miedo que siente la mujer de ser descubierta y perder su status de mujer casada. El miedo de verse expulsada del universo lujoso donde siempre ha vivido. El miedo a la estigmatización social. El miedo a tener que volver a empezar de nuevo, sin haber tomado nunca una iniciativa... La vida de la protagonista se convierte en un infierno, sin haber pasado ni siquiera por placeres celestiales. Y todo en base a un hecho meramente hipotético.
La lectura pendiente
No estaría nada mal releer la historia de Zweig con una mirada femenina. Veríamos cómo una historia de amor puede ser, al mismo tiempo, una historia de dominación. El autor no plantea este miedo como un fenómeno específicamente femenino, sino que en su relato la historia de la adúltera podría servir como retrato de cualquier individuo torturado por el miedo en cualquier punto del mundo. Pero, pese a todo, el miedo que sufre la protagonista no tendría sentido al margen de la sociedad donde vivía Zweig, una sociedad marcada por las desigualdades. El miedo de la protagonista es un miedo específicamente femenino, porque responde a las circunstancias que vivían las mujeres en su época.
Volver a Zweig
Stefan Zweig (Viena, 1881 - Petrópolis, Brasil, 1942) llegó a ser un escritor tremendamente popular en los años veinte y treinta. Fue un firme opositor al belicismo y al fascismo y se suicidó, con su mujer, cuando creyó que el nazismo se extendería por todo el Planeta. Sus novelas, como Los ojos del hermano eterno o Veinticuatro horas de la vida de una mujer, siguen reeditándose hasta hoy. Además de sus novelas, Zweig es famoso por sus biografías, como la de Fouché, el jefe de la policía francesa durante la revolución y el imperio napoleónico. También tiene algunos ensayos que han hecho historia, como El mundo de ayer (que da nombre a una revista de historia catalana) o Momentos estelares de la humanidad (todas ellas traducidas al castellano por Acantilado y al catalán por Quaderns Crema) Algunas de sus obras, como Maria Antonieta o El gran Hotel Budapest, se han llevado al cine. Miedo, un texto breve y sugerente, constituye una pequeña muestra de la excelente y original prosa de Zweig. Una magnífica forma de aproximarse al autor para los que no lo conozcan, y una ocasión de reencontrarse con el estilo de Zweig para los amantes del escritor austríaco.