La 57.ª edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges ha arrancado este jueves con la proyección de la última película del cineasta norteamericano Steven Soderbergh, Presence, un thriller psicológico entre el género de casas encantadas y el cine de fantasmas.

La única manera de hacerlo

"Reunir a tantas personas en una sala para ver una misma cosa es mágico", ha declarado el reputado cineasta norteamericano antes de la proyección matutina de Presence ante un público mayoritariamente formado por la prensa que cubre el festival. La película ha causado una diferencia de opiniones entre los asistentes y, en general, cierta decepción ante la primera incursión en el género fantástico de Soderbergh, director de películas como Sexo, mentiras y cintas de vídeo, Ocean's Eleven, Traffic o Erin Brockovich.

Siguiendo las pautas más clásicas del género, Presence, que, con un cásting en el que figuran nombres como Lucy Liu y Chris Sullivan, se estrenó con éxito en el festival de Sundance, sigue a una familia que se muda a una casa en las afueras de la ciudad. Allí, una presencia sobrenatural y fantasmagórica va afectando al conjunto de sus miembros, con una especial atención a su hija, Chloe, una adolescente, rechazada por su madre y su hermano y marcada por la muerte de dos amigas compañeras de instituto. Sin recurrir a grandes efectos especiales, Soderbergh construye un thriller psicológico en el que juega un papel determinante la cámara, convertida en los ojos de esta presencia misteriosa e invisible.

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Steven Soderbergh ha inaugurado la nueva edición del Festival de Sitges con su nuevo filme, Presence / Foto: Alejandro García / EFE

Sin recurrir a grandes efectos especiales, Soderbergh construye un thriller psicológico en el que juega un papel determinante la cámara, convertida en los ojos de esta presencia misteriosa e invisible

Soderbergh, que en contra de la tradición de Sitges, no ha ofrecido una conferencia de prensa, ya expresó en Sundance sus dudas ante el punto de vista adoptado: "Tenía serias dudas sobre la elección, porque la realidad virtual en primera persona no funciona, nunca funcionará como narrativa", pero al final llegó a la conclusión que "era la única manera de hacerlo".

Filmada con una lente ultra grande angular de 14 milímetros, el espectador observa una distorsión notable del espacio cuando la mirada se desplaza por la casa, especialmente a las grandes salas comunes (cocina, sala y comedor), donde se reúne esta familia a punto de descomponerse. Al contrario que experimentos similares anteriores, en el caso de Presence juega a favor suyo que, actualmente, el público más joven consume cada vez menos cine y televisión. Narrativas con guiones tradicionales. Contrariamente, pasa mucho más tiempo jugando a videojuegos, juegos de rol en primera persona o viendo vídeos grabados con cámaras de teléfonos móviles.