La sala Bataclan de París, donde los atentados yihadistas dejaron 90 muertos hace un año, ha vuelto a abrir las puertas con un concierto de Sting. 1500 personas han vibrado con el cantante, en un emotivo espectáculo donde no han faltado extremas medidas de seguridad, ni lágrimas.
Hacía un año que la mítica sala Bataclan de París -fue inaugurada en el año 1864- permanecía cerrada a causa de los ataques terroristas sufridos en la capital francesa.
Esta noche, el encargado de reabrir -y llenar- la sala ha sido la estrella de rock Sting, que ha empezado el espectáculo con una frase corta, pero profunda: "No les olvidaremos", en referencia a los muertos de aquel día.
A partir de ahí, todo ha sido música, ya que Sting no ha querido hacer ninguna referencia más a la masacre del 13 de noviembre del año pasado. Tras honrar a las víctimas, había que hacer lo mismo con la música, ha clamado.
No quiere decir, sin embargo, que esto haya quitado carga emocional al concierto. Y ha quedado demostrado con el primer tema interpretado por el cantante: "Fragile". Tras esta canción, el bajista ha combinado temas clásicos con otros del nuevo disco.
Al concierto no han acudido sólo seguidores de Sting. De las 1500 personas que han llenado la sala, medio millar eran supervivientes o familiares de víctimas del ataque terrorista. Por el contrario, según ha criticado el mismo grupo, no se ha permitido la entrada a Eagles of Death Metal, la banda que actuaba en el momento que los yihadistas entraron la sala de la capital francesa ahora hace un año.
Sting, por su parte, no recibirá ninguna compensación económica por el concierto. La cederá, en su lugar, a dos asociaciones representantes de víctimas del 13-N: 'Life for Paris' y '13 de novembre: Fraternité et Vérite'.