Quizás algunos sois demasiado jóvenes para recordarlo. De otros ya erais demasiado viejos para bailarlo. Pero el 13 de diciembre de 2017, en la sala de Razzmatazz de Barcelona, se hizo historia. Historia del electro-disgusting. Con todas las entradas vendidas, el dúo más irreverente de los afters de la ciudad dio uno de aquellos conciertos que nunca se olvidan. Las Bistecs, icónicas pioneras del mamarratcheo nacional, nos hicieron bailar, saltar, gritar, adorar a Mónica del Raval y caer absolutamente rendidos a sus pies a ritmo de pop electro-clash. Lo que no sabíamos ninguno de los asistentes es que estábamos presenciando su última noche bajo los focos. Aquella fue la última vez que vimos a Carla Moreno Parmenter encima de un escenario. Pero ya se sabe, mala hierba nunca muere, y la qué es un poco bicha, lo será siempre. Así que, después de un puñado de años de silencio, cuando su nuevo alter ego de medias de rejilla y maquillaje de Úrsula de La Sirenita irrumpió en escena, tuvimos que parar la rotativa. ¡BUM!

Carla Moreno Parmentier reaparece con el proyecto Svsto / Foto: Irene Vilà Capafons

Svsto, o el nuevo proyecto de techno-pop reivindicativo de Moreno, aterrizó en nuestras vidas el pasado 23 de octubre con el single MIL€. Un tema donde la precariedad y la crisis de vivienda suenan mejor que nunca a golpe de sintetizadores siniestros y acabados retro-apocalípticos. Quedamos una tarde, un poco más pausada, para hablar de todo lo que está por llegar. Alguien tenía que saciar la curiosidad que circulaba en las redes sobre qué saldría de aquel medio entrecot. Con un par de birras en una mesa del Raval, me explica que está muy ilusionada, con muchas ganas de volver a los escenarios y "volver a hacer música reivindicativa, porque creo que hay un nicho que no se está explotando." Al mismo tiempo, sin embargo, admite sentirse un poco agobiada: la próxima primavera aparecerá su disco de debut en solitario, trabajo que es el resultado de un proyecto que ha gestado durante más de cinco años. "Cuando cumplí30 años decidí hacer alguna cosa en solitario. En aquel momento Las Bistecs ya se habían acabado."

Laso Bistecs lo dejamos porque las dos queríamos ir por caminos muy diferentes. Era un proyecto de dos niñas de 25 años, las canciones se hacían casi de after y después nos petó en la cara

No lo puedo evitar. Es inevitable. Le tengo que preguntar por aquel final. Un concierto, un despido en Facebook y adiós. "Fue muy triste, porque aquella noche yo ya sabía que era una clausura. Quizás podría haber habido la posibilidad... Pero lo dejamos porque las dos queríamos ir por caminos muy diferentes. Era un proyecto de dos niñas de 25 años, las canciones se hacían casi de after y después se nos petó en la cara. No nos lo esperábamos y no lo supimos gestionar. Pero este final me generó muchas cosas. No lo llevé bien, estuve bastante mal después de eso, porque no sabía hacia dónde ir. Soy de la generación del 2008, que se ha comido una crisis tras el otro. Mi currículum era un caos. Había sido dependienta del Caprabo, verdulera, estrella del pop underground, profesora de inglés, recepcionista del MACBA, presentadora de Vice... Fue como... ¿busco trabajo, qué hago? Porque Las Bistecs me lo estaban dando todo. Hice un viaje a Asia, y me gasté absolutamente todo lo que había ganado con el grupo, que no era mucho. Volví con cero euros. Y después el paro. Disfruté del maravilloso mundo que es el SOC y el CEPE, y las sillas verdes y las mujeres que te atienden y cada una de las salas estériles."

Svsto, fiesta y conciencia / Foto: Irene Vilà Capafons

Durante aquella época, lo único con lo que Carla podía centrarse, era mirando capítulos de Drag Race y las Kardashians. Hasta que encontró un trabajo de autónoma. Fue, en parte, gracias a tener que tener un gestor, y los pequeños problemas de la burocracia, que Svsto empezó a coger forma... Y letra. "MIL€ salió el día que mi gestor me llama y me dice: 'Escucha, debes 1.000 euros. Te lo sacan, ¿lo puedes pagar'?. Yo estaba fatal de pasta y no entendía nada. Si no había facturado, ¿cómo podría permitirme pagarlo? Me pasé todo el día repitiendo mil... mil euros... mil, mil euros. La semana siguiente, por suerte, me llamó diciendo que era un error. Pero yo ya me había preocupado."

Una provocadora icónica

La irrupción de Svsto, como un parto de un ser que has ido incubando toda una vida, tarde o temprano tenía que pasar. "Svsto es un alter ego que tengo de una mujer mala. Es tan delicioso de hacer, a esta persona casi maquiavélica. Juego con un imaginario de mujer tullida, trastocada. Pero cuidado con eso, porque más que mala, se siente una mujer libre. Siempre se nos tilda como malas, cuando realmente es otra cosa. Y decidí explorarlo. En mi vida he sufrido experiencias muy desagradables, pero como todas las mujeres. Cada día te enteras de que otras chicas también han tenido que sufrir cosas horrorosas. Llegados aquí, mi ira es incontenible. Yo tengo la mecha muy corta, y este proyecto, este personaje, ha sido la manera de canalizarlo. Quiero ser el miedo que las mujeres sentimos en la calle, pero esta vez quiero que, cuando me vean, también lo sientan ellos."

Svsto es un alter ego que tengo de una mujer mala. Es tan delicioso de hacer, a esta persona casi maquiavélica. Juego con un imaginario de mujer tullida, trastocada. Pero cuidado con eso, porque más que mala, se siente una mujer libre

A partir de aquí fue un proceso lento. De crear, poco a poco, un imaginario; encontrar las palabras para transformar sus iras en ritmos estimulantes. Lo más importante, sin embargo, es que, a pesar de ser un alter ego, es sincero. Todo nace de sus propias vivencias, incluso su nombre. "Fui a uno de los Sarao Drag que monta Futuroa en el Apolo y se me ocurrió hacerme unas cejas de drag queen, porque yo estaba muy metida en el universo Drag Race. Muy exageradas, muy ridículas, con maquillaje del Kiko y poniendo pega Pritt, que estaba seca de la hostia. Me puse unas medias cortadas por los brazos y unas bragas y fui. Fue una noche genial. Pero a las doce de la noche, cuando abrieron las puertas, todo se convirtió muy hetero. El público cambió y las miradas también. Tenía la sensación que yo generaba 'susto'. Lo sentí durante toda la noche y me ha seguido pasando. Los tios se asustan. Y mira que yo no doy miedo, pero mis opiniones o que me pinte la cara de cierta manera, los asusta. Y dije: 'Pues con todas, me lo apropio'. Tampoco me quiero centrar en ellos, pero sí que quiero ser esta persona provocadora que asusta al patriarcado y es icónica."

Tecno, electro-clash, música club y todos los derivados que se necesitan para pasarlo bien entre las luces de neón de una noche oscura. A pesar de que su música, de tan adictiva, parece fácil de hacer, no siempre lo es. "Un día hablé con un señor rico que tenía un barco, y le pregunté cómo era tener un barco. Me dijo: 'Mira, hay solo dos buenos momentos: cuando lo compras y cuando lo vendes, todo lo que pasa en medio es una tortura'. Eso es lo que a mí me pasa con las canciones: cuando tengo la idea y cuando lo acabo, es fantástico. En medio, me estoy estirando los pelos. Para hacer canciones tan divertidas, soy muy perfeccionista dentro del trash. Soy muy autoexigente. Después la gente las escucha y dice que son una petardada. Pero tengo mucha suerte con mi productor, Alejandro Da Rocha. Con él he encontrado la felicidad creativa, nos lo pasamos super-bien, nos complementamos muy bien. Él hace música apara espectáculos de danza contemporánea, por directos, cosas serias, y yo he encontrado un diamantito."

Hacer un producto que no tenga un servicio mínimamente social, no tiene sentido

Dentro del disco hay espacio para gestionar mucha rabia, mucha impotencia, mucha frustración. Quizás un mal día conduciendo, quizás un tio al que ya toca pararle los pies, pero sin cuentos de hadas ni falsas promesas. "A mí no me sale hacer canciones de amor y de desamor. Quizás mamé mucho Ella Baila Sola cuando era adolescente y me he saturado. Para mí, hacer un producto que no tenga a un servicio mínimamente social, no tiene sentido. No me quiero meter en aguas pantanosas, pero, en los tiempos que corren, creo que todo el mundo tendría que utilizar su plataforma, sea la que sea, por un bien social de izquierdas. Me cabrea mucho cuando hay celebrities muy grandes que no se mojan. Svsto nace de espacios -siendo yo hetero- queers, underground, trash. De espacios como el Sarao, La Casa de la Pradera, el Madame Jasmine. Allí las personas que me encuentro son políticas y hacen política desde los márgenes, desde el hecho queer, y yo nazco gracias a ellas. La reivindicación desde el tecno, las discotecas, las fiestas, es necesaria, pero también puede ser muy divertida."

Fumar es malo

Desde los inicios de su carrera, cuando todavía cantaba a dúo sobre penes con pinceles, fue esta comunidad, quien la apoyó. Como diría Samantha Jones de Sexo Nueva York: "Primero vienen los gays, después las mujeres y después toda la industria". Le pregunto si de alguna manera eso le hace sentir en deuda con ellos, o si en todo caso, siente una mayor responsabilidad hacia el colectivo esta vez. "Lo hago cien por cien para ellos y ellas y ellis, y todas las terminaciones que quieras. Todo el resto serán añadidos. Será una muy buena noticia que haya un público hetero, pero no lo estoy haciendo para ellos. Si yo he bebido de esta cultura, lo quiero dar todo a esta cultura. Siempre lo hago con respeto, porque lo admiro mucho. Además, es que son los ojos que lo pillan ahora mismo. Si creo este producto, quiero su aprobación. Que me digan eso que me dicen, madreando. Me encanta."

Svsto, después de una crisis, una fiesta / Foto: Irene Vilà Capafons

Es un drag que abraza, transforma y subvierte un poco la belleza y lo que se espera de la belleza

Bebe del drag, pero no de las lentejuelas. Baila por polígonos, luce una camiseta donde se lee antifa y se presenta como una Ruinosa Gratandós club. "Para mí el referente son las drags del Reino Unido, que, en el fondo, se parecen mucho a las drags de aquí. ¡Es bastante más trash, feista, me encanta! Las americanas buscan este ideal femenino, pero a mí no me interesa por este personaje. Aquí es más político, un día ves a una con un vestido todo hecho de bolsitas de droga, o que se transforma en un contenedor. La otra es la drag independiente o va vestida de señora con mayúsculas como Jessica Pulla. Es un drag que abraza, transforma y subvierte un poco la belleza y lo que se espera de la belleza. Vestir con una cosa con que tendrías que estar fea, pero lo llevas con tanta actitud que el público está confundido. Y así con todo. Es lo que estoy intentando hacer con todo el disco. Por ejemplo, el videoclip. Yo soy del Vallès, y aquello es feísimo. En su momento quise salir, ser una hipster de ciudad, pero ahora miro todo lo que pasa a mi alrededor y digo: 'Si yo soy poligonera'. Y devuelvo y lo reivindico. Creo que vale la pena transformar y valorar estos espacios en los márgenes."

Yo soy del Vallès, y aquello es feísimo. En su momento quise salir, ser una hipster de ciudad, pero ahora miro todo lo que pasa a mi alrededor y digo: 'Si yo soy poligonera'. Y devuelvo y lo reivindico. Creo que vale la pena transformar y valorar estos espacios en los márgenes

Más allá de las dificultades, los malestares, y las piedras constantes en el camino con las cuales nos encontramos en el sistema en que vivimos, la música siempre sale adelante. Como bien dice, "después de una crisis, una fiesta," mientras que deja que las olas de su primer single se apoderen de nosotros. "Salir de fiesta y divertirse también es un acto de protesta y también es necesario. Para mí es superimportante que después de una crisis haya una fiesta, niña. Porque si no, ¿qué nos queda? Y como siempre ha habido una crisis en mi generación, siempre ha habido una fiesta a la cual volver." Antes de apagar la grabadora, le pregunto si hay alguna otra cosa con la cual nos tendríamos que quedar. "Que fumar es malo", y se echa a reír. En su primer concierto, pocos días después de la entrevista, durante las axctuaciones benéficas de #SOMVALÈNCIA, apareció cubierta de cigarrillos. Al fin y al cabo, el humor y la fiesta, en el drag y la vida, es lo último que se pierde.