El universo de Tarta Relena es infinito. Basta con ver (y observar) los créditos de las canciones; hay multitud de referencias, vías que han explorado a través de la poesía, temáticas diversas a las que normalmente no recurren otros y, sobre todo, la voluntad de crecer, enseñar y cautivar con sus canciones: con esas dos voces que funcionan como un imán. Sin duda, no hay otro grupo en la actualidad como Tarta Relena, tan singular y tan rico. “Nos gusta escarbar, hay un proceso de búsqueda. Son temas que de repente nos despiertan interés y provocan esas ramificaciones, esa serie de cosas infinitas que puedes ofrecer. Ese es un tipo de trabajo que nos gusta hacer. Es como nosotras entendemos la manera de hacer arte, y en estos procesos sí nos sentimos como que estamos aprendiendo. Y ese también es un desafío”, dice Marta. Este És pregunta es otra muestra más, la cuarta ya en su catálogo, y que en esta ocasión edita el sello francés Latency. Una oportunidad para que su música llegue a otros oídos. Algo que ya sucede, pues tocan en cualquier lado, también llevando el catalán al formato americano Tiny Desk.

Este álbum, perpetrado por Marta Torrella y Helena Ros, habla sobre el destino y lo que este nos depara, las consecuencias intencionadas o no de nuestra existencia. Con esa ambición y un único propósito: ser cada día más sabías. “Lo que pasó aquí es que, de buenas a primeras, ya teníamos muy claro cuál era el concepto que nos interesaba. Y luego ya nos llegaron los libros, las poesías, todo ese material que nos nutre, y nos fue más fácil ver qué proyectos tenían fuerza y nos encajaban. Otros, en cambio, se quedaron fuera, si bien quizá algún día sí tengan cabida en otras historias”, explica Helena. La música de Tarta Relena no se entiende sin la poesía, estas van siempre de la mano. En este han musicado desde el 141 de Safo de Lesbos, a Abbas Kiarostami o la lírica de Felipe El Canciller del siglo XIII. Para Helena, “están muy ligadas porque al final la poesía busca la musicalidad en la lengua, y esto es parte del juego; hay una relación muy estrecha que lleva hasta el formato de canción. Al final no es solo recuperarlas, simplemente es coger referencias que nos gustan y mezclarlas con nuestro contenido. Es una manera de conectar puentes y que sea una mezcla de mensajes”. 

Foto: Carlos Baglietto

Este es un proyecto que comenzó en la habitación de Marta a principios de 2022, en el piso que compartían entonces en Barcelona. Aunque esto empezó a coger forma un año más tarde, una vez vieron como iba a ser el linaje de las canciones, creadas algunas en esas estancias en L'Esquirol, Vallirana y Calonge y que fueron fuente de inspiración. “A la que aprendes a separar lo que es hacer el disco de lo que luego va a ser el directo, ahí coge mucha importancia tu actitud. El disco es otra cosa porque puedes formar muchísimas capas, de cosas que como oyente puedes revisitar mucho. Es trabajarse todo el paquete completo para que este sea como un viaje”, explica Marta. En su universo hay folklore de distintos colores, electrónica experimental, música antigua. Su propuesta no conoce límites, ni estilísticos, ni geográficos. “Algo interesante es conocer de nuevo el material que tienes desde cero. Familiarizarse con lo que este contenido te va a generar, con las nuevas emociones, con lo que el cuerpo te va a pedir que hagas. Tienes que comenzar un proceso de adaptación, de reconocerte a ti misma mientras estás en contacto con esto”, comenta Helena. En estos procesos tan largos y exigentes también hay algo físico, algo que se puede tocar y es tangencial. “Los discos nunca dejan de crecer y de transformarse, y más aún cuando ya las has desarrollado en directo. Es divertido ver esa evolución, y no solo es un tema de destreza vocal, también que te las has hecho más tuyas”, subraya Marta.

Hay 6.000 lenguas diferentes, así que nos podemos abrir muchísimo

El disco, por primera vez en su carrera, lo han producido ellas mismas. Han contado para la grabación con una figura importante, la de Juan Luis Batalla. “Para nosotras, como técnico de sonido, es importante su criterio. Es alguien que desde el principio ha estado cerca y muy disponible. Y nos ha ayudado a encontrar nuestro sonido. Y además sabe hacer comentarios muy constructivos ante ciertas dudas”, dice Marta. Incluso, destacan que se han beneficiado de la sesión de Tarot de una buena amiga, y que las ayudó a encontrar el camino, reafirmarse en lo que iban a vivir. Fue una especie de juego. Como el que las llevó hasta los conocidos Tiny Desk Concerts, una experiencia que nunca olvidarán. “Nos impresionó desde el momento en que sabíamos que había la posibilidad de ir, y aquel día, mucha ilusión y nervios, porque sabes que tienes 12 o 15 minutos para estar preparadas ante ese escaparate al mundo, y queríamos representar bien qué es Tarta Relena. Es un sitio en el que te hacen sentir cómoda, y realmente es todo muy crudo, la primera toma es la que vale. Es muy sincero, porque lo que ves es lo que hay”, explican.

Como es habitual en ellas, cantan en distintos idiomas, esta vez catalán, castellano, latín, ladino e italiano. “De cada lengua nos gusta que despierte todo un imaginario, una puesta en escena, una sonoridad. La manera de cantar en latín no es la misma que en catalán, ni es castellano, y esa es una herramienta compositiva que nos sirve para despertar ciertas sensaciones. Y aquí también jugamos a dibujar paisajes diferentes utilizando lenguas diferentes. Hay 6.000 lenguas diferentes, así que nos podemos abrir muchísimo, y eso nos da mucha riqueza y permite que haya diversas capas”, matiza Helena. Además, Marta Torrella ha sido madre recientemente, en el que ha sido un proceso nuevo a la hora de crear y grabar el disco, y de alguna manera las sensaciones se han multiplicado. “Ha sido divertido estar hablando de todo eso tan incierto y de cómo te enfrentas al destino, teniendo un bebé generándose dentro mío. No sabiendo muy bien cómo lo gestionaríamos y como incorporaríamos a ese bebé a nuestras vidas. En ese proceso creativo, sentía que se estaban cociendo ambas cosas, y coincidió que acabamos la producción justo antes del parto, por tanto el disco ya no estaba en nuestras manos”, concluye.
 

Foto: Carlos Baglietto