Con Peter Pan. El musical, el Teatro Apolo ha bajado el telón. El popular local del Paralelo no ha programado ningún espectáculo más, da la temporada por cerrada y hay incógnitas sobre si volverá a abrir sus puertas. La empresa Ethika Global, propietaria del teatro, parece que despedirá a los trabajadores, que hace tiempo que litigan con el teatro por impagos reiterados.
En diciembre Ethika Global ya se rescindió el contrato del director del teatro, Ricard Reguant, y se suspendió la representación de la obra Sherlock Holmes y el destripador, con acusaciones cruzadas entre la empresa y los trabajadores. En aquel momento Reguant ya declaró que sospechaba que el teatro haría suspensión de pagos y entraría en concurso de acreedores.
Menos tuits y más acción directa.
— Oriol Puig Taulé (@oriolpuigtaule) 6 de marzo de 2019
Lita Claver, La Maña, reclamando ante el Teatro Apolo el dinero que le debe los de Ethika Global.
El nombre de la productora tiene gracia, también. pic.twitter.com/5hws1gaNmh
En los últimos años el Apolo se había especializado en espectáculos musicales, incluso con la producción de espectáculos propios, pero pese al éxito del género, no ha conseguido sobrevivir. En los últimos espectáculos el taquillaje ha sido bajo. El cierre no afecta a la Sala Apolo, que funciona de forma independiente. El diario El Punt Avui apunta que hay empresas interesadas en adquirir la Sala Apolo, pero que no están dispuestas a asumir las deudas que deja Ethika Global.
Más de un siglo de historia
El Apolo se inauguró en 1901. Era una pequeña barraca de feria especializada en espectáculos musicales. Más adelante, después de que esta barraca desapareciera, se inauguró el teatro de obra, y se dedicó a programar revista, zarzuela y music hall. Fue muy famoso a las primeras décadas de siglo XX, en los años de gloria del Paral·lel. También programó teatro de texto; en 1928 se estrenó La dama enamorada, de Joan Puig i Ferreter. Fue en este local del Paral·lel donde se presentó la primera obra de teatro en catalán después de la guerra: El ferrer de tall, de Pitarra. En los años sesenta, con Matías Colsada, "el dios de la revista", como propietario, se convirtió en un teatro musical, con artistas de gran éxito como Lina Morgan o Tania Doris. Pero en los años ochenta este tipo de teatro entraría en decadencia. Con la renovación olímpica, las viejas instalaciones dieron paso al hotel Tryp Apolo, y en los bajos se mantuvieron las Atracciones Apolo y la Sala Apolo.