La histórica Sala Muntaner de Barcelona, ahora bautizada como Teatre Muntaner, reabrirá puertas este martes 22 de octubre, con el espectáculo Corta el cable rojo, de la productora Sandra Reyes y el actor Toni Cano, que serán quienes estarán al frente de este espacio de la calle Muntaner, que vuelven a arrancar, ahora enfocado en la comedia.

Las funciones en el teatro empezaron la semana pasada, pero será este martes que se hará la inauguración oficial del nuevo teatro, que se estrena con el montaje 'Corta el cable rojo' de los dos líderes del proyecto, que hace años que triunfa en la cartelera madrileña. Al lado de este espectáculo habrá otros también con el humor como eje transversal, con propuestas como Nozing, de Ulala producciones, Traficantes de endorfinas de Toni Cano, o Cosas de padres, de Raúl Massana.

Después de 24 años en funcionamiento, la sala hacía seis años que estaba cerrada, por problemas económicos. Los anteriores gestores atribuyeron el cierre de este teatro al impacto del IVA cultural (del 21%) y a la bajada del número de espectadores, que sufrieron todas las salas barcelonesas aquellos años. Aunque esta era una sala con el reconocimiento de la crítica, el público no acompañó. Ahora el propietario de la sala es el grupo de Pau Solé, que también lo es de la mítica sala de baile La Paloma, de la calle del Tigre. En el caso de la Sala Muntaner, ha apostado para que esta recupere su actividad tradicional, el teatro.

Un local con historia

El número 4 de la calle Muntaner es un local con cerca de un siglo de historia. Durante décadas, acogió la Sala Emporium (1927-1979), una mítica sala de fiestas en la cual se programaban conciertos en directo y espectáculos de variedades. Actuaron figuras reconocidas como Josephine Baker, Charles Aznavour, Tete Montoliu, la orquesta de Xavier Cugat, o Pedro Ruiz en sus inicios como monologuista.

Después del incendio de la sala Scala, sus propietarios, los hermanos Riba, se instalaron en este local, que llamaron Muntaner 4 (1979-1985). Funcionaba como discoteca a las tardes y a las noches ofrecía espectáculos humorísticos y de variedades. Más tarde acogió las discotecas Shadows y Metrópolis, hasta que en 1994, se transformó en la Sala Muntaner. En sus más de dos décadas de actividad pasaron los actores y directores más conocidos de la escena teatral catalana.