Teodoro Nguema Obiang Mangue, Teodorín, hijo del dictador de Guinea Ecuatorial y vicepresidente segundo del país, no asiste al juicio, en París, donde se le juzga por corrupción. Él está en Malabo, y el 25 de junio convocó una gran fiesta, para celebrar que cumplía 48 años. Rogaba a sus invitados que fueran "con sus mejores trajes de época de los años veinte".
En realidad, el personal a su servicio, a los invitados, les explicaba directamente que era una fiesta "estilo de los gangs de New York".
Invitados de todo el mundo
A la fiesta de Teodorín han ido, invitados, muchos artistas negros de Estados Unidos, de Brasil y de diferentes partes de África (Teodorín tiene una discográfica, ha tenido un affaire con la rapera norteamericana Eve y se presenta como un promotor de la música africana y afroamericana). Estaba la actriz cómica norteamericana Wendy Raquel Robinson. En su grupo, que ha llegado a Malabo en un avión privado, también había la rapera Tiffany Fox y la actriz afroamericana Kym Whitley. También ha estado en Malabo la modelo keniata Huddah Monroe.
También había el afrobrasileño Tony Salles, líder del grupo bahiano Parangolé, con algunos de sus compañeros de grupo. Hicieron el viaje de vuelta en un avión que les fletaron especialmente; en él improvisaron incluso un baile. En la fiesta había alguna bailarina de samba, como Thai Rodrigues. No es extraño. Teodorín, que presume de playboy, hizo amistad con algunas sambistas, y en el carnaval de 2015 financió con 3,5 millones de dólares la escuela de samba Beija Flor, que ganó el premio del desfile de Río de Janeiro con un espectáculo dedicado a Guinea Ecuatorial (la Fiscalía brasileña todavía investiga esta subvención).
Los invitados se han alojado en las lujosas viviendas construidas en Sipopo, cerca de Malabo, en 2014, para la cumbre de jefes de Estado de la Unión Africana. Se les ha hospedado a cuerpo de rey. Los camareros servían champán Louis Roederer Cristal, un cava de gran prestigio que cuesta aproximadamente 175 € la botella. A los invitados también se les ofrecían trajes de los años veinte para la fiesta.
La fiesta se hizo por la noche, y no faltaron los guineanos y extranjeros que fueron a rendir homenaje al Patrón (como le gusta hacerse llamar). No había mucha gente con trajes de época y sonó mucha música latina. En los vídeos y en las fotografías que se pueden ver en las redes sociales, solo se encuentra una imagen de Teodorín. Parece ser que se cuidó de no salir retratado.
Huddah Monroe explica que no permitían entrar móviles en la fiesta, pero que ella pudo entrar el suyo. En realidad, no fue la única, porque hay alguna otra imagen de la fiesta, entre ellas una de Teodorín.
Al día siguiente, los invitados todavía recibieron más atenciones: a algunos se les llevó a ver la cima del pico Basilé, de 3.000 metros. A otros, como Wendy Raquel, les llevaron a dar una vuelta en helicóptero para que vieran la isla desde el aire.
No se sabe cómo se ha pagado la fiesta de los gángsteres, pero todo el mundo lo sospecha. La keniata Huddah Monroe, con extraordinaria sinceridad, aseguraba en las redes: "No conozco a ningún vicepresidente tan rico como Teodoro Nguema Obiang". Otros invitados agradecían la generosidad y la hospitalidad del heredero a la presidencia guineana. Mientras tanto, los jueces, en París, siguen juzgando al Patrón Teodorín.