Míriam Martín Lloret lo tiene muy claro: "los catalanes estamos demasiado acostumbrados a las sentencias apocalípticas sobre el futuro del catalán". Míriam forma parte del equipo de asesoramiento lingüístico del Optimot. Por cierto, viva el Optimot y, sobre todo: ¡viva el Twitter del Optimot! En Terapia lingüística (Ara Llibres) Míriam propone cuatro sesiones de risoterapia. No quiero hacer ningún spoiler, pero según mi opinión es la última sesión de terapia del libro la que explica y justifica la cita con la que he empezado este artículo. La lectura es muy amena y engancha, porque es un escribir de tú a tú, los ejemplos son prácticos y sobre todo: útiles. El contenido es una buena selección de cuestiones trascendentales, problemáticas y curiosas de la lengua catalana: verbos vacíos de significado, una carta de amor al, ahí es nada, el drama nacional de los diacríticos, etc.
Míriam Martín Lloret lo tiene muy claro: 'los catalanes estamos demasiado acostumbrados a las sentencias apocalípticas sobre el futuro del catalán'
Bien, después de este spot publicitario descarado y gratuito (en todos los sentidos) y después de haber leído y hecho la terapia, se constata que tenemos muchos complejos como catalanohablantes y la sensación es que necesitaremos muchas más sesiones de terapia para terminar. Porque los catalanes no sólo nos hemos acostumbrado a vivir con este "ay en el corazón" del cuándo y cómo morirá nuestra lengua con teorías apocalípticas y predicciones catastróficas, sino que, además de estos vaticinios y presagios, también nos hemos acostumbrado a vivir esperando cuál será el nuevo ataque (político, económico o social) hacia el catalán. De manera sistemática y totalmente normalizada, esperamos que nos la den de nuevo y lo hacemos siempre en minoría y, como buenos lliristes a quienes nos encanta hacernos las víctimas, lo vivimos con miedo y siempre, absolutamente siempre, pidiendo permiso y perdón.
De manera sistemática y totalmente normalizada, esperamos que nos la den y lo hacemos siempre en minoría y, como buenos lliristes a quienes nos encanta hacernos las víctimas, lo vivimos con miedo y siempre, absolutamente siempre, pidiendo permiso y perdón
No soy negacionista: todas estas teorías y previsiones serán reales. ¡Bien, serán reales siempre que no hagamos nada, claro está! Para mí no es tanto la situación en que nos encontramos: emergencia lingüística, disminución del uso catalán en las escuelas, pérdida de referentes y contenidos audiovisuales en catalán y etc., sino más bien: qué estamos dispuestos a hacer para evitarlo. Dejemos de analizar la situación y hacer previsiones alarmistas. Financiemos podcasts en catalán, hagamos programas para niños en catalán, prioricemos a cualquier creador de contenido en catalán, seamos usuarios de cualquier material hecho en catalán y, sobre todo, actualicémonos: el catalán tiene que estar en las plataformas y debe estar en los soportes del siglo XXI. Nos lo tenemos que creer y lo tenemos que hacer posible. De momento, parece que vuelve el Club Super3 (ahora SX3). ¡Vale más tarde que nunca! Ahora es trabajo nuestro: miremos el SX3, ayudémoslo a crecer, hagamos difusión y a poder ser que no vuelva a desaparecer.
Nos lo tenemos que creer y lo tenemos que hacer posible. De momento, parece que vuelve el Club Super3 (ahora SX3). ¡Vale más tarde que nunca!
¡Ah!, y si después de esta vomitona todavía queréis saber qué es un 'matxilingus', en qué consiste hacer una sesión de 'fangteràpia' o queréis apaciguar un poco este complejo de inferioridad que tenéis como buenos catalanes, siempre os quedará hacer cuatro sesiones de terapia lingüística con Míriam Martín.