Hemos quedado a La Kate, el estudio de The Tyets, a las 10. El país se ha despertado nevado (hoy es viernes, pero cuando esto pasa es el lunes) e incluso en la californiana Mataró hace un frío que pela. Por favor, un poco de sol solito, y si es épico, mejor. El primero que aparece es Xavier Coca sobre su moto. Ha apurado el fin de semana, me dice. Poco después lo hace Oriol Ramon. "Ha llegado la semana!!!", deja ir eufórico, con aquella sonrisa que mezcla alegría y nervios. Mañana se publica su segundo elepé, Èpic solete, un trabajo de pop urbano redondo como el astro rey. Una obra desacomplejada que resuena a reguetón y sardana que los tiene que certificar como una de las propuestas más fundamentales de nuestra escena musical actualmente. "Estas últimas semanas hemos estado liadísimos de trabajo. Un curro que no acaba hasta el día de la publicación del álbum. Y ni así, porque ahora ya estamos picando piedra preparando el nueve directo". De l'1 al què, que lo petan?
Todo ha ido muy rápido
"Este julio hará cinco años que empezamos con The Tyets. Tres que nos cerraban por la pandemia. Todo ha pasado muy rápido", apunta Xavier, a quien si no lo pillo mal, Oriol llama Jotas. Un lustro ya, cierto, desde que irrumpieran en escena con RRHH (Tinc una casa). Después vendrían Hamaking, Se queda, Ronaldinho, Menorca, Txarango al Canet Rock, Amics, tiets i coneguts... Sí, todo, absolutamente todo, en su vida y en la nuestra, ha pasado a toda prisa. Últimamente, todavía más. "Estos últimos dos años ha sido un no parar. Un no parar de componer, de producir, de construir nuestro espacio, de dar forma a nuestro directo... Todo lo que hemos conseguido es fruto de nuestro trabajo constante y de mantener una ilusión que no hemos perdido nunca".
Componíamos y producíamos mucho, pero esta creatividad la dedicábamos a otros artistas y grupos. Nos liamos la manta a la cabeza y decidimos priorizar The Tyets por encima de todo el resto
Muy redondo. Muy perfecto. Todo temazos. O casi todo, porque en estos cinco años también han tenido sus momentos de crisis o, como puntualiza Xavier, de microcrisis. "Hay épocas en que trabajas más para el grupo y momentos que le das más importancia a otros proyectos vitales", sigue Oriol. Este momento lo tuvieron ahora hace un año, cuando estaban liados produciendo para otra gente y se olvidaron de The Tyets. Componíamos y producíamos mucho, pero esta creatividad la dedicábamos a otros artistas y grupos. Nos liamos la manta a la cabeza y decidimos priorizar The Tyets por encima de todo el resto".
Xavi y Oriol se conocen casi desde la cuna. Ahora siguen siendo igual de'amigos como lo eran antes, sumando el componente que actualmente también son socios. "Es importante saber diferenciar cuando son cosas de trabajo y cuandono. Cuesta, porque somos dos personas que están constantemente pensando y creando", argumenta Xavier. "Hay momentos que nos tenemos que autocensurar. No es normal que estemos de calçotada con los amigos y acabemos hablando de las cosas que tenemos que hacer con The Tyets". Con el tiempo, la pareja ha aprendido a darse su espacio. A disfrutar por separado o con otros amigos. "Y a mantener aquellas aficiones que nos gustan a los dos, pero no como grupo de música sino como amigos. Cuando vamos a esquiar, por ejemplo, no somos The Tyets, somos Oriol y Xavier, dos amigos de siempre que lo flipan esquiando juntos. Ahora, desgraciadamente, quizás ya no estamos tan metidos en el grupo de amigos como lo estábamos antes de formar The Tyets, pero por una simple cuestión de tiempo. Pienso en los veranos, unos meses en que, literalmente, para estar siempre de gira, desaparecemos".
Èpic solete es el disco de la consagración de The Tyets, el disco paradigmático de su propuesta, un trabajo que pone orden en aquel tetris por encajar de sonidos y ritmos que eran sus anteriores producciones. Los de Mataró siguen jugando con todo lo que los excita, pero ahora la combinación se presenta más homogénea. Todo tiene más sentido global. "Y eso también es fruto de nuestra exigencia con el proyecto. Escuchamos ahora el disco anterior y somos supercríticos", expone Xavier. "Entendemos el contexto en el que lo hicimos y no nos arrepentimos de nada. Pero ahora cambiaríamos muchas cosas". Para su compañero de proyecto, visto con perspectiva, su disco anterior les ha servido para descubrir qué es lo que no querían hacer y, consecuentemente, tener mucho más claro hacia dónde querían ir. "El pipeig fue una suma de temas que íbamos haciendo. No había ninguna reflexión tras los temas que incluimos. La premisa que nos marcamos para Èpic solete es que todo fueran temazos". All killers no fillers, que dicen los yanquis. "No queríamos temas para llenar. Obviamente, hay que nos gustan más, y de otros que menos. O temas que sabemos que funcionarán muy bien como singles, y de otros que tanto. Pero incluso estos, en el disco anterior, serían un bombazo. Èpic solete es un disco que hemos hecho con tiempo y a fuego lento".
Urbana a ritmo de sardana
Èpic solete es un álbum sobrado de hits, algunos de ellos ya viejos conocidos de su cada vez más extensa parroquia de adeptos. Ellos, sin embargo, juran y perjuran que no tienen ninguna fórmula secreta para modelar temas totales. "Los hay que lo ves clarísimo desde el principio. Y con otros no apostarías nada por ellos y lo acaban petando. Un ejemplo bien claro es De l'1 al què, que no lo íbamos a publicar ni como single. Incluso teníamos nuestras dudas con el tema que hicimos con Els Amics de les Arts. Sr Chen (productor de Lildami, ndr) dijo que si no tienes miedo de publicar un tema, es que este tema no es lo bastante bueno. Coincido al 110% con él".
C. Tangana cogió el folclore español y lo adaptó a la música urbana, por qué no podíamos hacerlo nosotros con la sardana?
"C. Tangana cogió el folclore español y lo adaptó a la música urbana, por qué no podíamos hacerlo nosotros con la sardana?". Entre la lista de temas que presenta el segundo largo de The Tyets destaca Coti x Coti, una pieza que baila sobre una base de sardana, aunque en su origen, confiesan, este tema era una cumbia-reguetón. "Ya lo habíamos acabado, pero sentíamos que había alguna cosa que fallaba", revela Oriol. Lo tenían en el cajón hasta que un día lo recuperaron, surgió una estrofa y de repente... "Pensamos: 'Y si ponemos una sardana?'. Llamamos a Jordi Montasell, un fiscorno de Mataró buenísimo, que forma parte de la Cobla Sant Jordi, y se apuntó al momento. Vino al estudio y al instante nos dimos cuenta de que aquello era lo que el tema necesitaba".
Nos hemos desarraigado mucho de la sardana, nos da vergüenza, pensamos que es para abuelos. Y no, es nuestra tradición
Coti x Coti es una canción que si cierras los ojos te lleva a la plaza del Ayuntamiento el día que se baila sardanas por fiesta mayor. "Nosotros", toma la palabra Xavier, "siempre hemos participado de todas nuestras tradiciones, muy especialmente de Mataró: las Santas, Capgrossos... No tenemos ningún complejo, todo lo contrario, nos sentimos muy orgullosos. El otro día nos dijeron que Coti x Coti desridiculizaba la sardana, y es un gran halago. Nos hemos desarraigado mucho de la sardana, nos da vergüenza, pensamos que es para abuelos. Y no, es nuestra tradición". No podemos mirar adelante si no sabemos de dónde venimos. "Un miembro de La Coixinera, un grupo de folclore muy popular en Mataró, me habló del concepto 'toma de tierra', que se basa en aquellas piezas artísticas que toman las raíces de donde vienes," explica Oriol. "Para él, Coti x Coti es toma de tierra porque bebe de nuestra tradición. Está pasando una cosa mucho guay, y es que con Coti x Coti ya se están bailando sardanas a la sala Clap de Mataró y en la Cabra de Vic e incluso en la sala Apolo de Barcelona".
"Si nos limitáramos a cantar con un catalán ultranormativo, estoy seguro de que no llegaríamos a una audiencia no catalanohablante. Me viene ala cabeza el youtuber thegrefg, que compartió nuestro tema Bailoteo, y seguramente debe entender un 10% de lo que decíamos. Pero él se debió quedar con esto del hangeo y el bailoteo". The Tyets no tienen complejos por mirar atrás para vivir el presente y ver el futuro. De hecho, uno de sus grandes aciertos es haber sabido captar la esencia de su tiempo. Llevar a sus canciones la voz de su generación con letras en que se filtran neologismos y expresiones bien vivas en las calles de Mataró, Girona, Gelida, Cornellà o Flix el año 2023. "A veces", no se esconde Oriol, "tenemos dilemas: hasta qué punto tenemos que respetar el catalán normativo y lo que pone el IEC o tenemos que ser fieles a la manera con que hablamos con nuestros colegas, sin faltar a la lengua. Lo que está claro es que cuando salimos de noche, no decimos 'vamos a bailar', decimos 'salimos de bailoteo'. Hay quien se pone las manos en la cabeza, pero nosotros lo vemos supernatural. Estoy seguro de que a la gente, en parte, les gustamos porque les hablamos como les hablan sus colegas y no sus profes".