Ahora, a los 10 años ya empiezas a saber de todo y cierto entorno trastocado da por normal cómo, en cuestión de un par de años como mucho, empezarás a pasar de jugar con Kens de plástico a hacerlo con los de carne y huesos. Feminizo el punto de vista porque escribe una servidora pero en términos de sexualidad, obviamente, se hace extensivo el ejemplo para todo el mundo y como cada uno se sienta. Volviendo a la edad, mis 10 años los recuerdo, o mejor dicho, soy capaz de archivarlos, gracias a las canciones de verano.
Una que me llamó la atención y sorprendentemente nunca fue trending topic, que en aquella época equivaldría a ser la canción del verano de TV3, es 'Toca'm els ous Maria', de los Lax'n'Busto cuando cantaba el bueno, Pemi Fortuny. Que me perdonen a los que han venido después pero la sustitución de Pemi y la del actor Quim Gutiérrez haciendo de David en El cor de la ciutat son las dos estafas mayores que ha dado el mediatismo catalán de las últimas décadas. Seguimos.
¿Por qué me marcó tanto 'Toca'm els ous Maria'? De entrada, considero que esta letra vista ahora no es nada rompedora. Pero entonces le veía una sexualidad y un inicio al mundo del porno poder decir estas cosas cantando en catalán... Y yo escucharlas. No me preguntéis el por qué, yo tampoco lo entiendo. Intentamos transportarnos tan sólo a la mente de una niña de 10 años en la década de los noventa. Letras como "Tócame los huevos Maria, verás qué alegría", ahora por un niño de esta edad en el 2020 es lo mismo que sentir llover. Las cosas han cambiado y el otro día, recordando qué decía, me di cuenta de la chorrada que representaba. Pero entonces se me hacía toda una quimera, incluso, escucharla delante de los padres. La descubrí gracias a mi prima, siete años mayor que yo, en su habitación, a escondidas. En el apartamento de vacaciones de Llafranc, parecía que hiciéramos estraperlo: con un walkman rebobinábamos la cinta de casete arriba y abajo tan sólo para sentir de forma repetida aquel preciso instante en que decía: "Tócame los huevos Maria".
Lo más inquietante era la frase que venía a continuación y representaba que pronunciaba Maria como respuesta: "Tócame los huevos Joan, verás qué gozo que hacen". Es decir, que Maria, igual que Joan, tenía testículos. O quizás, por cuestiones de androcentrismo (poner el hombre o la masculinidad como el centro de todo), no se llevaba en el terreno de la mujer el clamor de decirle a Joan que estaba harta. El mundo ha evolucionado tanto que decir "Tócame los ovarios Joan, verás qué gozo que hacen", todavía era impensable. O nada de todo eso. Los Lax'n'Busto eran unos ultra avanzados y hacían el relato de una pareja trans. Es curioso cómo a mis 10 años de hace dos décadas tan sólo me enganché a la letra por la palabra "huevos" y cómo ahora, a mis 33, me detengo para analizar y radiografiar a los protagonistas de esta canción.
De lo que tanto la Núria de entonces como la de ahora comparten es que nunca entenderán qué querían decir los Lax'n'Busto en una de las últimas estrofas de la canción sobre el final de la historia de Maria y Joan: "Que se fueron a la playa, con un kilo de queso, para tocarle la patata y bendecir la palma". Lo siento pero el queso aquí no sé qué pinta. Y cuando dicen un kilo me imagino una macro bola de queso andorrano envuelto con papel rojo y todavía se me hace más esperpéntica la situación sexual de estos dos protagonistas en una playa. Pero en la vida no hay que entenderlo todo. Tampoco la letra de una música, aunque hayan tenido la gracia de hacer que, esta, fuera la que marcara los veranos de una época.
Por cierto, el título del artículo era inspirado en aquellas recopilaciones de cuentos donde siempre queda bien poner "y otros..." y lo que sea. Pero eso tan sólo es una humilde columna para haceros abrir el apetito vintage. Para listas musicales, consultad Spotify.