Divulgar la procedencia de algunas de las frases hechas de la lengua catalana, como "remenar les cireres", "afluixar la mosca", "estar tocat del bolet", "tocar el dos" o "treure foc pels queixals", es el objetivo del libro "El origen de 110 dichos populares", del escritor y artista Albert Vidal (Barcelona, 1940). Publicado por Albertí Editor, el autor explica al prólogo que ha reunido "pequeñas frases" que, por un motivo u otro, "se han emancipado de su primer origen y se han incorporado al habla cotidiana, casi siempre con un sentido diferente de lo que inicialmente tenían".
Muchas de estas frases proceden de costumbres antiguas, actualmente en desuso, de antiguas narraciones, cuentos o rondallas, y otros tienen un origen incierto, pero en conjunto forman "un entramado lingüístico que ha sobrevivido al paso de los años" y que ahora "se utilizan con el sentido interpretativo que la costumbre les ha dado", explica Albert Vidal. Estas son algunos de los dichos populares que recoge el libro y la explicación del sentido actual:
Afluixar la mosca
La expresión, que define lo que se ve obligada a pagar alguna cosa a su pesar, establece un paralelismo entre el dinero y una mosca cazada al vuelo, y alude al hecho de que, si se deja de apretar la mano, el insecto se marchará volante y no habrá manera de recuperarlo, como pasará con el dinero entregado.
Escampar la boira
Este dicho procedente de las tierras de Lleida con el significado de salir a pasear para distraerse, procede de una antigua costumbre de contratar personas iniciadas a las artes mágicas que recitaban conjuros y sortilegios por los campos para que se dispersara la densa niebla que los meses de invierno se forma en esta zona.
Bon vent i barca nova
Esta fórmula de despido de alguien o alguna cosa que no se lamenta de que desaparezca surgió en ambientes marineros como un deseo optimista después de las tormentas en que las naves sufrían daños, refiriéndose a que una situación desfavorable podría mejorar con una embarcación nueva y buenos vientos.
Estar carregat de punyetes
Aplicada a las personas muy escrupulosas o llenas de manías, la frase surge de las puntas de encaje o bordados de las mangas de las togas, denominadas puñetas, y del lenguaje complejo y lleno de formalismos de los profesionales de la justicia, por eso que se empezó a utilizar también para referirse a los que hacían razonamientos poco comprensibles, y a los que se mostraban recelosos y llenos de miramientos.
Estar tocat del bolet
Dicho de quien está trastornado o tiene ideas extravagantes, se remonta a tiempo de los romanos, que observaron que ciertos comportamientos extraños de algunos nativos de las tierras que conquistaban obedecían a la ingesta de determinadas setas tóxicas que podían provocar alucinaciones.
Passar la nit en blanc
Esta frase, que significa no haber dormido durante la noche, procede de la época de las órdenes de caballería, en qué, cuando un caballero tenía que ser armado, tenía que velar las armas despierto durante la noche anterior, prueba que tenía que hacer vestido con una túnica blanca.
Remenar les cireres
Usado con el sentido de tener poder e influencia, el origen se remonta a un antiguo juego popular durante el Corpus, en el que los concursantes tenían que coger cerezas de un recipiente lleno de agua mientras otra persona removía el contenido con un bastón, de manera que, dependiendo de su energía al hacerlo, podía determinar al ganador de la competición.
Ser un setciències
Dicho aplicado a quien presume de tener más conocimientos de los que realmente posee, la expresión se refiere a las siete disciplinas en que se dividía el saber humano a la edad media, el trívium (la gramática, la retórica y la dialéctica) y el quadrivium (la música, la astronomía, la aritmética y la geometría).
Tocar el dos
Dicho utilizado con el sentido de marcharse de un lugar, procede de la deformación de la palabra dorso, es decir, dorso o espalda, y se refería al último aviso de partida de las diligencias, cuándo se daba un latigazo a los lomos de los caballos para emprender el viaje inmediatamente.
Treure foc pels queixals
Frase con que se expresa una gran indignación o irritación de una persona, y que proviene de la leyenda del dragón furioso que escupía fuego por la boca y se enfrentó a Sant Jordi.