"Alan quería ser un héroe, porque así no le harían el daño que le hicieron como hombre". Así explicaba Ester Albert como su hijo se hizo suyo el famoso mensaje del superhéroe Batman. Y así, rodeados de pósteres, tazas y gorras del mítico personaje en el escenario del Teatro Poliorama, Ester y Ander, actor, me hicieron entrar dentro de la historia de Alan Montoliu, un chico trans de diecisiete años que se suicidó a causa de la transfobia y el bullying que sufrió.
"Siempre había querido que la muerte de Alan no quedara en una bolsa abandonada"
Esta historia real, que pasó el año 2015 en Rubí, vuelve a subir al escenario de la mano de Ander Mataró, también un chico trans, de veintitrés años, que interpreta el protagonista de la historia. Mar Puig y Mateu Peramiquel, vecinos de Ullastrell, conocían la historia de Alan y decidieron crear un musical basado en su vida, con el apoyo de Ester Albert, la madre de Alan en la vida real e interpretada por Patricia Paisal. "Siempre había querido que la muerte de Alan no quedara en una bolsa abandonada", explicaba Ester. "Al principio claro que tuve dudas, pero mientras se pudiera ayudar a una sola persona con esta historia, ya me vale la pena". Convencida relataba que la obsesión de su hijo era estudiar para ayudar a la gente y que, como él no pudo, se lo había propuesto ella misma.
"Vi a Ander como mi hijo"
Ander Mataró, el actor encargado de interpretar al protagonista, reconocía la complejidad del personaje."Creo que lo que me ha sido más difícil es intentar explicar la historia desde la verdad. Estamos haciendo teatro, pero estamos tratando una historia real y estamos enseñando la vida de gente de verdad", comentaba. Madre y actor se conocieron poco antes de estrenar la obra y la primera reacción fue clara. "Vi a Ander como mi hijo", me decía Ester. El objetivo estaba más que conseguido. "En la obra me vi a mí, vi a Alan, vi a mi padre, como era yo, las peleas, las alegrías, etc. Cuando la gente veía a Patricia haciendo de mí, me decían que me había clavado", reiteraba. Todo gracias a un trabajo impecable de los creadores, los cuales solo tuvieron dos encuentros con la madre de Alan para crear la historia y todos sus personajes. "Cuando la vi por primera vez me afectó muchísimo, porque vi una obra sutil, triste, alegre, lo tenía todo. Y lo hicieron con un tacto tremendo", aseguraba Ester.
El bullying y la transfobia sobre el escenario
El caso de Alan es único, pero no es una excepción dentro del colectivo. Aunque existiera un acompañamiento emocional durante su transición por parte de los miembros de su familia, como el de su madre, nada impidió que otros le hicieran la vida imposible. El acoso escolar es uno de los temas centrales de la obra y, desgraciadamente, también lo es para la vida de muchos niños y adolescentes. "Pensamos que es una cosa que pasa muy poco, pero no. Cuando salimos al photocall después de la obra nos encontramos con muchos casos reales entre el público", explicaba Ander.
Uno de los propósitos de Ester era ayudar a la gente y "evitar que más historias acaben como lo hizo la del Alan". Por este motivo, la obra se dirige a todos los públicos. El Ander explicaba que "no hay que ser una persona trans para entenderlo, cualquier persona con empatía podría empatizar con la obra". Sin embargo, él consideraba que aquellas personas que están menos familiarizadas con el tema son las que más tendrían que llenar las butacas. "Es muy bonito cuando vienen las familias y después, ves gente de muchas generaciones diferentes compartiendo puntos de vista", comentaba el actor.
"Yo creo que he hecho un favor a mis padres porque creo que han mejorado como personas"
Aunque el caso de Ander es bien diferente del caso de Alan, su familia, hace unos años, era uno de estos casos. "Yo creo que he hecho un favor a mis padres porque creo que han mejorado como personas. Ahora son mucho más conscientes de realidades que eran muy alejadas de la suya. De golpe, las viven muy de cerca y eso los ha hecho ser más conscientes y más respetuosos con todo lo que nos rodea" explicaba.
"Pedí ayuda y no la recibí"
Y es que ante un desconocimiento tan generalizado, 'Alan, el musical' se hace más necesario que nunca. "Yo era la primera ignorante y hasta que no me lo encontré, no tenía ni idea de qué era un chico trans", confesaba a Ester. La información y la ayuda por parte de las instituciones en estos casos son imprescindibles. Sin embargo, en la obra se resalta, precisamente, el camino que queda por hacer en este sentido. La madre de Alan creía que "Sanidad y Educación tendrían que venir a verlo". Queda reflejado en la obra que, en su caso, la familia pidió ayuda, pero no recibieron ninguna.
El talento, el afecto y la delicadeza se mezclan sobre el escenario para crear un relato con una responsabilidad imperiosa. Alan se enfrentó a la sociedad que le impedía vivir su vida libremente e, incluso de esta manera, acabó con uno de los finales más injustos. Sin embargo, su lucha ya no es solo suya y este musical se ha encargado de hacerla compartida. La semilla de Alan ahora ya forma parte de nosotros, gracias a este homenaje a todas aquellas personas que luchan por hacer este sistema un poco más justo.