Caspe, 28 de junio de 1412. Hace 612 años. Fernando de Trastámara ganaba la votación de la asamblea que había debatido el relevo de Martín I, muerto sin sucesión legítima en 1410. La elección de Fernando implicaba un giro radical en el guion político de la cancillería de Barcelona. Se ponía fin a una tradición dinástica catalana de más de cinco siglos, que se remontaba a la época de Wifredo el Velloso. Se producía el hecho, totalmente inédito, de que una estirpe extranjera pasaría a gobernar la Corona. Y se inoculaba la ideología autoritarista propia del régimen castellanoleonés, totalmente opuesta a la tradicional cultura política estamental y pactista catalanoaragonesa. Fernando se postuló al trono por su condición de sobrino de Martín I, y alcanzó su objetivo gracias a los importantes apoyos que lo acompañaron. Pero, ¿quiénes eran, realmente, y de dónde venían los Trastámara?
¿Quién era Fernando de Trastámara?
Fernando de Trastámara había nacido en 1380 en Medina del Campo, que en esa época compartía con Burgos la categoría de principal plaza financiera de la mitad norte de la Corona castellanoleonesa. Fernando era el segundo hijo del rey Juan I de Castilla y León y de su esposa, Leonor de Aragón, hija del rey Pedro III de Catalunya y Aragón (denominado "el Ceremonioso" o, también, "el del Punyalet"), y hermana de Juan I y Martín I (los últimos Bellónidas). Por lo tanto, Fernando era nieto de Pedro III y sobrino de Juan I y Martín I. Pero su condición de segundón no le auguraba un futuro de protagonismo y, por ello, sus padres lo casaron con Leonor de Alburquerque (Salamanca, 1374), la heredera más rica de la Corona castellanoleonesa y la financiera de sus futuros proyectos políticos.
¿De dónde venía Fernando de Trastámara?
Mucho antes de que Fernando ganara la elección de Caspe (1412), se habían producido una serie de acontecimientos que lo situarían en la primera línea política castellanoleonesa. Su padre, Juan I, murió prematuramente en 1390, y su hermano mayor, que reinaría como Enrique III, se sentó en el trono con tan solo once años (Fernando, en ese momento, tenía diez). Enrique III, llamado "el Doliente" (el enfermo) —sufría una enfermedad que los médicos actuales asocian con alguna patología neurodegenerativa—, moriría, también prematuramente, con tan solo 27 años (1406). El hijo del difunto rey, que sería coronado como Juan II, solo tenía un año, y las cortes castellanoleonesas nombraron una regencia bicéfala: Catalina de Lancaster (viuda de Enrique III y madre de Juan II) y Fernando de Trastámara (hermano pequeño de Enrique III y tío de Juan II).
¿Cómo se foguea Fernando de Trastámara?
Esta bicefalia respondía a una fuerte tensión que había llevado al reino al borde de una guerra civil. Catalina, siguiendo la tradición de la casa Trastámara, había buscado el apoyo de la aristocracia latifundista, a cambio de reorientar la tradicional política autoritaria castellanoleonesa hacia un sistema estamental y pactista, parecido al catalán. En cambio, Fernando sería el primer Trastámara en tejer complicidades con las clases mercantiles y con la baja nobleza, partidarias de intensificar las tradicionales políticas autoritarias y erosionar el poder de su enemigo secular: la aristocracia latifundista. Poco después, los intereses de Fernando pasarían a Barcelona (1412) y Catalina moriría de una trombosis (1418). Pero el clima de guerra civil no cesaría y el conflicto acabaría estallando en tiempo de su sobrina-biznieta Isabel, llamada la Católica (1475).
¿Cómo llega Fernando al trono de Barcelona?
El papel que asume Fernando en la crisis castellanoleonesa (1406-1412) es el que explica el rol que adquiriría en Caspe (1412). Fernando se convirtió en el candidato perfecto de las potentes clases mercantiles de Barcelona y València. No solo porque tenía suficiente prestigio y experiencia como para hacer frente a Jaime de Urgell, "la esperanza blanca" de la aristocracia catalanoaragonesa, sino porque era el perfil perfecto para inocular un sistema político autoritario, que tenía que mandar a los grandes barones feudales a la papelera de la historia. Además, Fernando era una apuesta clarísima para acelerar un proyecto de unidad dinástica peninsular —de fábrica catalana— que perseguía un propósito clarísimo: que los mercaderes de Barcelona y València actuaran en la Baja Andalucía (plataforma de lanzamiento de los viajes atlánticos) como "naturales" y no como "extranjeros".
¿De dónde venían, realmente, los Trastámara?
Fernando ganó la elección de Caspe por la fuerza de sus apoyos y por la extensa nómina de agentes secretos y no tan secretos (pero siempre muy bien remunerados) que trabajaban para su causa. Y no solo puso la primera piedra de una dinastía extranjera y de unas políticas autoritarias, sino que también rompió una ley no escrita, que impedía a los hijos ilegítimos o a sus descendientes sentarse en el trono de Barcelona. Fernando era nieto —por lado paterno— del rey Enrique II de Castilla y de León, el primer Trastámara en el trono de Toledo (1366). "El abuelo" Enrique era uno de los hijos de la relación extramatrimonial entre el rey Alfonso XI de Castilla y León (Salamanca, 1311) y la viuda Leonor de Guzmán (Sevilla, 1310), que sería tan escandalosa que se convertiría en una cuestión de estado. Alfonso y Leonor tuvieron diez hijos, y Guzmán actuaría como la reina "de facto".
¿Cómo llegan al poder, por primera vez, los Trastámara?
Enrique II llegó al trono tras asesinar —con sus propias manos— a su hermanastro Pedro I (el primogénito legítimo de Alfonso XI y último rey de la estirpe Borgoña). El trágico destino de Pedro I se enmarca en el contexto de la Primera Guerra Civil castellana (1351-1369), que enfrentó a las clases mercantiles (en torno a la figura del legítimo) con la aristocracia latifundista (en torno a la figura del Trastámara). Era una situación radicalmente inversa a la que se produciría, medio siglo más tarde, en Toledo (crisis Catalina-Fernando, 1406-1412) o en Caspe (1412). Pero lo que no cambiaría serían los métodos. Enrique II, que en su particular carrera al trono convertiría el reino en un inmenso charco de sangre, siempre remuneró muy bien a sus partidarios. Como lo haría Fernando. Por este motivo, sería llamado "el de las Mercedes".
¿Por qué "Trastámara"?
El ascenso de Enrique II al trono de Toledo catapultaría a sus descendientes a metas más ambiciosas. Pero la pregunta es, ¿por qué el patrónimo de Enrique era "Trastámara"? Pues resulta que la familia real castellanoleonesa ostentaba el título de condes de Trastámara desde el siglo XI, que era un dominio señorial situado en el centro de Galicia, y que los reyes concedían —a título vitalicio— a personajes de su entorno. Eso significaba que a la muerte del conde de turno, el título y el dominio revertían a la Corona. El primero había sido un tal Froilán Bermúdez (1060). Pero a mediados del siglo XIV lo ostentaba Rodrigo Álvarez, el preceptor (el profesor) del futuro Enrique II. Cuando Álvarez murió (1345), fue otorgado a su aventajado alumno, que lo convertiría en su patrónimo y en el de una de las estirpes reales más poderosas de la Europa del siglo XV.